Personajes Garza
La maternidad, un rol social poco reconocido

Observatorio Materno

Por Jorge Mimbrera
Fotografía: Investigadora


La Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), como institución social, siempre celebra las fechas destacadas del año con los miembros de su comunidad. En este mes de mayo, en el que tenemos el Día de las Madres, la Gaceta UAEH no dejó pasar la oportunidad de dedicar artículos enfocados en este día.

Para nuestra sección de Personajes Garza platicamos con la doctora Alejandra Araiza desde una perspectiva feminista sobre este rol social. Durante la serie de preguntas, la investigadora del Área Académica de Comunicación nos cuenta sobre su postura como madre y analiza si existen diferencias entre la maternidad como universitaria y la maternidad en la sociedad.

También habló de lo que implementaría para mejorar los temas de igualdad entre las madres, sobre un proyecto relacionado con la crianza colectiva que desarrolló en un momento de su carrera y abordó el origen del Día de las Madres desde una postura feminista y política.



¿Cuál es su nombre completo, cargo que ocupa en la Universidad y desde hace cuánto ejerce?



Soy la Doctora Alejandra Araiza Díaz. Trabajo en el Área Académica de Comunicación desde el año 2014.



¿Qué significa para usted pertenecer a la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo?



Para mi pertenecer a la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo ha sido la oportunidad de estar como profesora investigadora, después de haber estudiado tanto en Ciudad de México en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), la maestría y el doctorado en Psicología Social en la Autónoma de Barcelona, significa una oportunidad para regresar al país mi formación que obtuve a través de becas, y eso es lo que más me gusta de trabajar en una universidad pública.

Trabajar en la universidad para mí significa formar gente joven con criterio y con la capacidad crítica para poder cambiar este país, con base en las problemáticas nacionales más importantes que ahora mismo son la violencia, las violencias de género, la pobreza y todos estos asuntos que aquejan producto de la colonialidad. Entonces, poder trabajar en esa dirección es lo que más valoro de estar en una institución pública.



Partiendo desde una perspectiva feminista, ¿cómo definiría su posición como madre en la sociedad y madre universitaria?



La maternidad es un tema que muy a menudo ha incomodado a la Teoría Feminista, porque el mandato de género, como decía Marcela Lagarde, hace que uno de los cautiverios más importantes de las mujeres sean los de ser madre y esposa al mismo tiempo como si no se tuviera otra opción y eso es lo que ha impedido salir al espacio público.

Sin embargo, si pensamos desde la economía feminista en el trabajo de cuidados y en el acabar con la división entre la idea de autonomía y la idea de dependencia absoluta de las mujeres hacia los hombres, que son los que se han considerado autónomos, nos daríamos cuenta de que en realidad somos seres interdependientes y que los cuidados, la crianza y en general los trabajos de reproducción de la vida se pueden poner en el centro.

Entonces, desde ahí defendería la idea de las maternidades y de que las maternidades se tengan que hacer en colectivo y, por supuesto, en donde también los compañeros se puedan implicar. Entonces, creo que en ese sentido debería trabajarse más en tema de la conciliación familiar y de que quede muy claro que los permisos para ir a recoger o buscar a los hijos e hijas, para cuidarlos si están enfermos, no sean solamente de las mujeres madres trabajadoras y, en este caso, universitarias, sino también que se puedan compartir con los varones que serían también padres responsables. Creo que también se podrían hacer políticas públicas mejores.



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¿Cree que debería haber diferencias entre ambas posturas de madre?, ¿Por qué?



Si debería haber diferencias entre ser madre en la sociedad o madre universitaria no estoy para nada de acuerdo, creo que la maternidad es un rol social y que finalmente todas las personas que trabajamos en la universidad somos parte de la sociedad. Es decir, en ese sentido me percibo como una madre trabajadora más que tiene ciertos privilegios, porque no es un trabajo explotado, pero tengo ciertas responsabilidades y debería tener ciertos derechos, y eso me parece importante que podamos garantizar para las mujeres en cualquier espacio laborar.

Así que, como este es un espacio laboral, hay que pedir y exigir, si es necesario, esos derechos porque también estamos haciendo un trabajo para la sociedad del futuro y la ventaja que tenemos las universitarias es que tenemos acceso a educación.



¿Ha trabajado en algún proyecto de investigación relacionado con las madres?



Sí, exactamente en un grupo de crianza compartida que se llamaba “La Mainada”, que es en catalán, se podría decir como “la chiquillada” y ahí estábamos varias familias que compartíamos el cuidado. Era como una alternativa autogestiva a las guarderías en la que entre todas las familias pagábamos a una educadora acompañante y nosotros, hombres y mujeres, también hacíamos turnos para estar con los pequeños, acompañarlos, cambiarles los pañales y darles de comer. Fue toda una experiencia realmente maravillosa.



¿Qué implementaría a la sociedad para mejorar los temas de igualdad entre las madres?



Yo creo que necesitamos otras maneras de pensar en el cuidado, que no pase necesariamente porque sean las mujeres desde su rol con una doble jornada las que se hagan cargo o el Estado, y entonces nos desentendamos del cuidado de las criaturas, así como desapegado y con desafección.

Creo que tenemos que encontrar soluciones para darle sentido a eso en comunidad y, sobre todo, los derechos; que sí se haga un trabajo de conciliación familiar en el que se entienda que esto requiere tiempo, que es también un trabajo para la sociedad que no recibe remuneración y que debería estar contemplado en diferentes derechos laborales y no tenga que ser como pedir un permiso que discrecionalmente te digan que sí o que no, sino que simplemente puedas acceder a él como parte crucial de todos los derechos laborales que podemos gozar gracias a las luchas sindicales desde hace muchos años.

Entonces este debería estar incluido entre uno derechos por los cuales pelear, y eso incluye la baja de maternidad que debería ser mínimo de 6 meses porque la lactancia materna exclusiva es mínimo de ese tiempo y eso también implicaría garantizar el derecho de niños y niñas de recibir esa lactancia materna exclusiva y no como sea ahora de mes y medio antes y después de parir que realmente no permiten que todos esos mandatos de la OMS, de la UNESCO y demás en favor de las infancias se puedan garantizar. Creo que es un tema en el que todavía falta mucho por incrementar y tiene que ver con que no es reconocido ese rol de las mujeres en la sociedad y tampoco es un trabajo que se reparta equitativamente.



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¿Le gustaría añadir algo más?



Justamente el Día de las Madres es una fecha que me parece un poco incómoda en términos políticos, no es que no disfrute mi experiencia de maternidad y me parezca que sea algo importante que también conviene celebrar con los hijos y las hijas, pero sí recordar cuándo se inventó esta fecha y por qué se inventó, y tiene mucho que ver con el primer Congreso Feminista de 1916, en Yucatán, en el que ya se estaba hablando del derecho al aborto y otros derechos a la autodeterminación y al propio cuerpo, y de alguna manera los grupos más conservadores de este país que querían contrarrestar todos estos avances del feminismo empezaron a hablar, más desde los medios de comunicación, de lo sagrado de la maternidad y ahí sí fue como inventaron el 10 de mayo, como una fecha que en realidad es más bien des politizante, si se quiere, y comercial.

También entiendo que está tan arraigada en nuestra sociedad y muchas madres esperan una felicitación en ese día y todas y todos estamos acostumbrados a hacerlo. Pienso que se puede vivir y tener una experiencia de la maternidad que vaya en otro sentido y me parece que, como bien se dice desde el movimiento, la maternidad será deseada o no será.

Y cuando lo ves es también un cambio completamente necesario para las niñas y los niños que necesitan adultos responsables, económicamente autosuficientes y emocionalmente estables para que los acompañen en todo su proceso de desarrollo, físico, psicológico, mental y emocional. Y eso es lo que queremos, una sociedad más colectiva y comunitaria que no es lo tenemos hoy en día, donde de violencia y agresión que, en gran medida, tienen que ver con esos entornos en los que la gente crece y se desarrolla.