Niños migrantes, los viajeros solitarios

Niños migrantes

Por Fannia Cadena
Fotografía: Investigadora y Especial


La dureza de la política anti migratoria en Estados Unidos dejó a miles de niños solos en su travesía hacia el sueño americano. Cifras sin precedentes de migración infantil se han convertido en la señal de alarma para que los gobiernos nacionales generen estrategias conjuntas, no para deportar migrantes, sino para crear las condiciones de empleo y bienestar en sus lugares de origen y de tránsito en México, así lo planteó la profesora investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Laura Myriam Franco Sánchez.

La integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), nivel I, expuso que la intensificación de la migración de centroamericanos hacia Estados Unidos está relacionada con la falta de oportunidades de trabajo en sus países, violencia y situaciones coyunturales como la pandemia actual. Durante la administración de Donald Trump se agudizó la política anti migratoria, sin embargo, con la llegada de Joe Biden a la presidencia de los Estados Unidos, cambió la perspectiva de los migrantes, de forma que, si no pueden traspasar la frontera familias completas porque corren mayor riesgo de ser deportadas, buscan que al menos lo logren los niños.



Las familias completas que emigran suelen ser deportadas, por ello los padres envían a sus hijos a Estados Unidos para que vivan mejor.



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“Ya no se tiene que reportar el estatus migratorio de la persona, ya sea familiar o conocido, que va a recibir y patrocinar al niño migrante en Estados Unidos. Entonces los centroamericanos dicen: si yo estoy mal acá, pues que se vaya mi hijo, y allá mi hermano, mi primo, etcétera, lo va a recibir”, explicó la especialista en movilidad, migración y desarrollo urbano, al mencionar que muchos de los migrantes menores se van siendo tan pequeños que ya no recuerdan o no reconocen a sus papás.

Ese cambio, se ha reflejado en cifras, pues en mayo de 2019, las autoridades migratorias de México registraron 11 mil 475 migrantes niños que no iban acompañados en su búsqueda del sueño americano. Para junio de 2014, se registraron 10 mil 620, siendo estas las cifras más altas de migración infantil. Sin embargo, en enero de 2021, fueron más de nueve mil infantes en estas condiciones, pero para marzo de este mismo año, se registraron 18 mil 407 menores en estas condiciones.

“No solamente hablamos de la migración de Honduras, El Salvador, Guatemala, sino que estamos hablando de un problema que nos atañe a nosotros como mexicanos”, refirió, al agregar que “son datos no solamente para el gobierno federal sino para los estatales y municipales; todos debemos estar atentos a esta problemática porque nos vamos a enfrentar en estos tiempos a grandes oleadas de migración. Sabemos que de lado de Ciudad Sahagún pasan muchos migrantes y nos podemos encontrar con personas que necesiten apoyo y orientación”.

El hecho de que los índices de migración se hayan disparado resulta preocupante, comentó la investigadora, por la xenofobia y la inseguridad a la que se arriesgan los migrantes al transitar por territorio mexicano.

“Los niños son los más vulnerables ante todos estos grupos de trata de personas, que buscan aprovecharse de la situación de los migrantes”, afirmó. Por ello reconoció el esfuerzo que ha emprendido el gobierno mexicano para generar estrategias de protección para los migrantes y principalmente los niños que viajan sin acompañante.



Fortalecer casas de migrantes y mejorar las condiciones de vida de las familias mediante el trabajo, recomienda la investigadora para disminuir el tránsito de niños sin acompañantes.



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Entre las acciones que debe tomar el gobierno mexicano, consideró, es apoyar las casas de migrantes que están en los lugares de mayor tránsito de esta población hacia Estados Unidos, mediante una mayor atención de salud, psicológica y de nutrición que se brinde a los migrantes, por lo que debe existir un equipo multidisciplinario en el que se cuente con pediatras para atender a los infantes.

La investigadora adscrita al Área Académica de Sociología y Demografía destacó que no solamente se trata de atender a los niños y niñas migrantes que provienen de países del sur del continente, sino también a la infancia y la juventud mexicana, pues este sector también es susceptible de encontrar en la migración una salida ante la falta de oportunidades para vivir dignamente. “Se trata de ver qué se puede mejorar en las condiciones de los jóvenes y niños para que no se vayan; cómo mejorar las condiciones de las familias en el país para que no lleguen a esa situación tan compleja de decir, que se vayan los niños solos”, mencionó.

Como una medida para contener la migración hacia Estados Unidos, el gobierno mexicano incrementó el salario mínimo en todo el país en un 15 por ciento, con lo cual en los estados de la frontera norte, como Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas y Nuevo León, el salario pasó de 185.56 pesos a 213.39 pesos en este 2021. Se trata de una buena medida, señaló la doctora en Urbanismo, sin embargo, es necesario mejorar las condiciones de vida en todo el país, toda vez que existe una gran desigualdad entre el sur y el norte del país, por lo que muchos migrantes provienen de la región sureña.

Mediante datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), y los sistemas de información geográfica, la doctora ha construido mapas donde se visualiza una pobreza arraigada en el sur del país, siendo este uno de los espacios con mayor riqueza natural y que se debe impulsar, lo que daría como resultado mayores oportunidades y en consecuencia, menor flujo migratorio hacia el norte, abundó la especialista.

“Una de las cosas que se debe hacer es mirar hacia el sur y dar mayor educación y apoyo a las familias; no solamente darles dinero sino darles proyectos productivos y educación para que se inserten en el entorno laboral, porque todavía hay un gran desligamiento entre el sector educación y laboral. Hace falta mayor relación de los egresados con el sector empresarial”, manifestó la autora de libros como La migración en el Estado de Hidalgo: un enfoque de desarrollo regional.



Mayores oportunidades laborales en México conducirían a una migración más ordenada y legal.


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La investigadora coincide con el proyecto que el gobierno de México presentará a su homólogo de Estados Unidos, en el sentido de que ambos plantean la posibilidad de promover una migración legal, donde las personas puedan ir y venir por temporadas, al tener un empleo formal y fijo en México gracias a los proyectos productivos que se impulsan en el sur y viajar durante un periodo determinado al país vecino para trabajar y traer ideas e innovaciones para el sector productivo local.

Además, el mandatario mexicano propondrá ampliar el programa “Sembrando vida” a Centroamérica, de forma que el proyecto de sembrar árboles frutales y maderables se amplíe y beneficie no solo a México, sino a sus vecinos del sur; acciones como esta es justamente lo que propone la doctora Myriam.



Quiénes son los migrantes que se quedan en México?

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Laura Myriam Franco Sánchez, profesora investigadora de la UAEH.



En el texto “El nuevo rostro de la migración centroamericana en México”, publicado en 2021 por la revista Huellas de la Migración, Myriam Franco muestra cómo la migración centroamericana se ha incrementado en los últimos años con una tendencia hacia la residencia permanente en México, ubicándose principalmente en el sur del país.

La investigadora hace un análisis sociodemográfico de los migrantes que no lograron llegar a Estados Unidos y se quedaron en territorio mexicano. En dicho estudio, se encontró que los migrantes generalmente son personas de naciones como El Salvador, Honduras y Guatemala, donde los jóvenes no alcanzan a tener una escolaridad muy alta, lo que va de la mano con los bajos ingresos que perciben en la economía informal, por lo que buscan oportunidades viajando hacia el norte. En contraste, los venezolanos que han llegado a México muestran niveles altos tanto de ingresos como de escolaridad con lo que se empeñan en establecerse en nuestro país.

Al quedarse en México, los migrantes se enfrentan a nuevas costumbres, formas de vida cultura, problemas económicos e incluso el racismo. En ese escenario, los migrantes se insertan en el mercado laboral como empleados o jornaleros, principalmente.