#LánzatedeMovilidad

Una de las oportunidades a la que puedes acceder como alumno de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) es la movilidad académica, ya sea nacional o internacional.

Para poder realizar la movilidad académica debes cumplir los requisitos que solicita la Dirección de Relaciones Internacionales e Intercambio Académico de nuestra casa de estudios, los cuales puedes consultar en la siguiente liga: https://www.uaeh.edu.mx/adminyserv/gesuniv/sedein/dri/oferta.html.

En este número te presentamos la experiencia del alumno Andrés Hernández Arteaga, de la Licenciatura en Comercio Exterior en el Instituto de Ciencias Económico Administrativas (ICEA), quien realizó intercambio en la Metropolitan Budapest University de Hungría.

Memorias para el futuro desde la perla del Danubio

Todos alguna vez hemos soñado algo que parece lejano o incluso imposible, para mí eso era salir del país para conocer el viejo continente. Crecí enamorado de las fotos y paisajes que vi desde pequeño, la vida me llevó a elegir a Budapest como la ciudad en la que pasaría los seis meses más esperados de mi vida, sin saber todo lo que ahí me esperaba y todo lo que me tenía preparada la bella perla del Danubio.

Budapest es una ciudad dividida en dos partes por el Río Danubio: de un lado la mágica Buda, con su castillo y hermosos lugares clásicos y elegantes; del otro, la muy viva Pest, el lugar en el que sucede todo el movimiento de la ciudad, ambas son un perfecto complemento. Menciono esto porque así me gustaría describir esta hermosa y loca experiencia de crecimiento, dividida en 2, pero cada parte con su gran valor.

Vivir encerrado ciertamente no era lo que esperaba de mi intercambio, pero gracias a esta situación pude conocerme más y aprender a convivir con mis pensamientos. Al mismo tiempo, me permitió volverme un local de Budapest, me enamoré de sus calles, sus sonidos, sus vistas y sus colores, salía poco, pero lo que salía lo valoraba y apreciaba muchísimo.

Vivo agradecido con la hermosa ciudad y si bien fueron momentos difíciles donde reinaba la incertidumbre, el estar en un lugar tan bello en donde el simple hecho de ver un atardecer me daba ganas de seguir ahí, era algo simplemente mágico, a la distancia se pudo disfrutar de cierta manera.

La segunda parte se puede definir como movida y dinámica. Al momento en que las restricciones se levantaron y relajaron, la vida cambió radicalmente y yo solo quería correr y salir a disfrutar de la verdadera vida de intercambio, fueron unas últimas semanas increíbles que voy a añorar para la eternidad.

De cierta forma la vida me dejó vivir lo que esperaba más de todo el intercambio, conocer lugares y personas de muchos lugares del mundo: viajé, caminé, rodé en bici, bailé, canté, exploté de felicidad, liberé todo lo que tenía guardado y crecí mucho, abracé cada momento, lo guardo, lo siento y lo amo.

Me gustaría cerrar este ensayo con lo siguiente:

“Algún día a todos nos hace falta algo, ninguna película nos puede salvar, siempre vamos a soñar y querer volver a eso que añoramos. Solo las aves del tiempo sabrán cuándo será de nuevo el momento para nosotros, en mi caso la ciudad de Budapest será eso que añoraré. Quizá ahora en esta vida esté buscando esos momentos, pero siempre que tome un respiro para ver alguna memoria, alguna foto o algo que me recuerde esos bellos y locos días, sabré que en el futuro volveré y que todo será mejor de lo que fue”.