Los cambios a los que se han enfrentado los maestros jóvenes

Desde el 15 de mayo de 1918 se celebra en México el Día del Maestro. Esta festividad surge por órdenes del entonces presidente de la República Mexicana, Venustiano Carranza, quién un año antes firmó un decreto para oficializar la fecha.

En el decreto se especifica que todos los educadores del país debían de tener su propio día, en agradecimiento a tan noble labor que realizaban en las aulas de las escuelas.

La docencia es una de las profesiones más nobles y al mismo tiempo difíciles que puede ejercer el ser humano, la responsabilidad de enseñar, forjar y algunas veces hasta educar a una persona ajena a ti es un reto enorme. Se necesita de mucha paciencia, amor, solidaridad y sobre todo un sentido humano.

A lo largo de 60 años de vida de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) han sido parte importantísimos docentes, quienes han marcado la historia de la institución y han dejado un legado a quienes con papel y lápiz reciben formación. Profesoras y profesores ejemplares que son guía para las y los alumnos, al tiempo que ayudan a enamorarse de su licenciatura y a honrar su profesión.

De la misma manera las nuevas generaciones de académicos y académicas van abriendo terreno entre el alumnado con nuevas técnicas y formas de enseñanza, y también se ganan el corazón de los estudiantes.

En este tenor es que Gaceta UAEH se dio a la tarea de entrevistar a un profesor joven, capaz, recto y sobre todo humano, quien busca hacer honor a lo que representa ser un maestro.

Él es egresado de la Licenciatura en Ciencia Política y Administración Pública de nuestra casa de estudios y su nombre es Juan Carlos Hernández Ávila, profesor de distintitas licenciaturas en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, quien nos comparte su experiencia:

Para usted, ¿qué es ser maestro?

Para mi ser maestro, como lo indica el filósofo Jaques Rancière, es el encuentro entre dos inteligencias, en las cuales existe la posibilidad de formar un vínculo en el que se descubre al mundo, es decir, el elemento central en el maestro no es la transmisión de su saber hacia un alumno pasivo, sino más bien la posibilidad de que este último logre encontrar las formas de construir su conocimiento y ser capas de interrogarse la realidad.

Juan Carlos Hernández Ávila, profesor de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).

A su parecer, ¿los jóvenes hoy en día de verdad necesitan un maestro?

De acuerdo a lo que mencioné con anterioridad, los jóvenes podrían dispensar de un maestro asumiendo que su inteligencia es suficiente para poder observar el lugar que ocupan en el mundo y descubrir lo que los determina en él. No obstante, la dependencia del alumno ante la transmisión del saber de un maestro es algo que históricamente se ha reproducido, principalmente en cuanto a las formas disciplinarias donde el alumno es un sujeto pasivo que hay que “formar”, desgraciadamente esa perspectiva sigue pesando hoy en día.

Como forma de provocación me gustaría decir que la figura del maestro debería prevalecer hoy en día, sobre todo porque los tiempos en los que vivimos están determinados por un pensamiento profundamente relativista. Los alumnos se ven rodeados por noticias falsas, formas peligrosas de acercarse a los problemas políticos, económicos y sociales, en ese sentido sí creo que los profesores pueden ser una guía con respecto a las inteligencias de alumnos que se encuentran en un mundo desencantado que parecería imposible de ser modificado, realmente no creo que sea así.

¿Cuál es el mayor reto de ser un maestro joven?

Creo que el desencantamiento. Cuando inicias en el camino de la docencia, un mundo nuevo se abre ante tus ojos. La posibilidad de compartir autores e ideas con otras personas es muy grata, y realmente puede ser vista como un privilegio en un mundo en el que predomina la necesidad de sobrevivir más allá de la reflexión sobre las condiciones de la propia existencia.

Sin embargo, cuando pasa el tiempo, te das cuenta de muchos problemas que se reproducen en el ámbito educativo, desde la desigualdad estructural que les impide a los alumnos desarrollar todas sus potencialidades, hasta la saturación de formas de entretenimiento superficiales que encuentran a solo un clic de distancia y sirven como formas de alienación para alejarlos de su realidad.

Aunado a dicha situación, también se encuentra la precarización laboral sufrida por los maestros jóvenes, que al abrirse camino enfrentan la imposibilidad de tener salarios dignos, prestaciones, entre otros, lo cual vuelve eventualmente muy difícil que un buen desempeño académico se sostenga en el tiempo, obligándolos a tener otros trabajos o bien renunciar a su vocación.

¿Cuáles son las ventajas y desventajas a las que se enfrenta un maestro en una era digital como esta?

Las ventajas tienen que ver con la ampliación en las formas de comunicar y transmitir conocimientos, es decir, el maestro tiene un sin número de herramientas dinámicas para renovar las prácticas docentes. Asimismo, la gran cantidad de productos audiovisuales se convierten en artefactos de sentido muy interesantes, por lo menos en las ciencias sociales, para poder construir con los alumnos nuevas reflexiones y perspectivas sobre la realidad.

Las desventajas muchas veces están condensadas en las ventajas que acabamos de mencionar. Un mundo en el que el consumo está destinado solo a las lógicas vacías y huecas de redes sociales como YouTube, Instagram y sobre todo Tik Tok, no genera en los alumnos nuevas formas de problematizar su realidad, nuevos medios de conocimiento y la profundización de las líneas que guían las diversas carreras profesionales.

Por lo tanto, me parece que el declive de las ciencias sociales y la predilección por disciplinas económico-administrativas e ingenierías, muestran la lógica pragmática que se reproduce mediante el mercado. Los alumnos no eligen una carrera como una forma de vida creativa y que aporta al bienestar social, más bien, los objetivos de la búsqueda del conocimiento tienen que ver con encontrar una mejor posición económica, olvidando aspectos éticos importantes.

¿Qué practicas se han modificado de la antigua escuela a la nueva escuela?

No sé si se pueda establecer de manera clara una dicotomía entre una nueva escuela y una vieja escuela. Lo que sí creo es que al final de cuentas, los profesores jóvenes somos parte de un proceso histórico muy distinto al que había con anterioridad, prueba de ello son las luchas, algo banales y simplistas, con respecto de la confrontación entre generaciones más viejas y las nuevas.

Me parece que la idea central debería trasladarse a valorar los elementos puntuales de los docentes que nos formaron, en gran parte recuerdo el fuerte compromiso y vocación de algunos de mis maestros. Por otro lado, me parece importante dar continuidad a la conciencia que se ha conseguido actualmente con relación a la importancia del movimiento feminista, a las luchas contra el racismo, la xenofobia, la homofobia y el cuidado del medio ambiente.

Creo que estos procesos sí se pueden observar como nuevas prácticas en las cuales los profesores jóvenes están más comprometidos; no obstante, no se debe olvidar que no somos inmunes a prácticas que contradicen estos postulados. Por consiguiente, es importante que las nuevas generaciones de profesores estemos atentos a nuestra propia práctica docente para no caer en lógicas que, en todo caso, deberíamos haber desmantelado desde hace muchos años.

¿Existe un futuro para los maestros?

Me parece que habrá futuro, el problema es que ese futuro lo veo gris debido a todos los problemas que se han planteado. No debemos olvidar que el contenido de la palabra maestro queda vacío si no se articula con el concepto de alumno y creo que esa relación será cada vez más problemática si no se pone atención en el proceso educativo como un proceso integral y con fines mucho más grandes y trascendentes que la creación del capital humano destinado a los fines productivistas del mercado.

Los recursos del mundo en el que vivimos se están agotando, la lógica política está determinada por la búsqueda bulímica del poder que se alinea con los intereses del modelo económico hegemónico y lo más problemático de esta situación es que la educación y los maestros que se inscriben en ella no están cambiando estas lógicas, y mucho menos están repensando nuevos modelos de desarrollo social. Esto para mí debería ser una de las metas más importantes del ser maestro hoy en día.

Esta entrevista se realizó en agradecimiento a las nuevas generaciones de profesores, quienes han sufrido una enorme revolución en la educación, mientras su pasión por compartir lo que saben no ha cesado. Esto es en honor a los maestros de nuestros maestros, que hoy ya no están pero que no han sido olvidados.

Deseamos a todos y todas ¡Feliz Día del Maestro!