Ser madre soltera en pandemia

La actual pandemia que nos atraviesa individualmente y en conjunto ha causado grandes cambios, no únicamente en nuestras formas de pensar y actuar, sino también en nuestro día a día, en nuestra cotidianidad.

Sin embargo, muchas personas, organizaciones e instituciones no han considerado los cambios que la pandemia por COVID-19 ha generado a las madres solteras, siendo un grupo que se ha visto vulnerabilizado debido a las condiciones presentes del país.

Para conocer más acerca de la situación que este grupo enfrenta actualmente Gaceta UAEH consultó a la doctora Karina Pizarro Hernández, profesora investigadora del Área Académica de Sociología y Demografía del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu), de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).

Contraste mundial de las madres solteras

La experta inició con un panorama mundial acerca de la calidad de vida de las madres solteras: “mundialmente han ido aumentado; en Islandia, las condiciones que tienen son de las más favorables en el planeta, pues el 40% de los hijos y las hijas nacen fuera del matrimonio, porque no existe una carga religiosa, es decir, el contexto hace que no haya un estigma social, a diferencia de otros países como México”.

Señaló que en la isla a las madres o padres solteros les dan nueve meses en el trabajo para cuidar de los hijos, con la ventaja de continuar recibiendo durante ese tiempo el 80% de su sueldo. “No es lo mismo ser madre soltera en países europeos, que en países de América Latina”, declaró.

Las estadísticas

En México, el 73% de la población femenina (de 15 años o más) han tenido un hijo. Y de ese porcentaje, el 9.9% son madres solteras.

“La tasa de participación económica de las madres solteras es del 70.6%”, mencionó la especialista, “es una población muy alta de mujeres que participan en la economía, aunque no solo son madres de familia, sino que son las madres jefaturas de familia, son las responsables económicas de la unidad doméstica”, mencionó.

La relación de estos datos con las estadísticas de la brecha educativa es más estrecha de lo que se cree, pues “la mayoría de las madres tienen baja educación: el 26.1% no tiene educación básica, 38.7% logró terminar la secundaria y un 35% llegó a un nivel medio superior o superior de educación, lo cual genera que haya una brecha laboral, pues si no se tienen los niveles educativos concluidos, se tienen menor calidad de condiciones laborales y un trabajo menos oportuno, con salarios mínimos o condiciones muy deplorables para la inserción en el mercado laboral”, citó la doctora.

Panorama estatal de madres solteras

A finales del 2020, la doctora Pizarro, junto con la doctora Laura Myriam Franco Sánchez, también parte del Área Académica de Sociología y Demografía del ICSHu, colaboraron con el Instituto Hidalguense de las Mujeres dentro del Programa FOBAM (Fondo para el Bienestar y el Avance de las Mujeres), en el cual se encuentra la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA), que tiene como objetivo erradicar el embarazo adolescente en niñas (pues implica una violación de por medio).

Mientras que, por otro lado, se busca reducir en 50% la tasa de fecundidad de las adolescentes entre 15 a 19 años. La ENAPEA llega a organismos de acción tales como el Grupo Interinstitucional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (GIPEA) y el Grupo Estatal para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (GEPEA).

En el caso del estado de Hidalgo, Acaxochitlán es el municipio que tiene los índices más altos de embarazo adolescente, además de que la mayoría de su población es indígena y no tiene acceso a todos los medios de información. Es por ello que, por parte del Sistema de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), se creó una ruta de atención a las NAMES, es decir, un Mecanismo para la Articulación Intersectorial para la Atención de Niñas y Adolescentes Madres y/o Embarazadas. Esta última busca la prevención de madres solteras, así como la atención, el seguimiento y acompañamiento previo, durante y posterior al parto.

Implicaciones de una pandemia en madres solteras

“Para las mujeres madres que no cuentan con el apoyo de una pareja, hay una doble jornada de trabajo: dicho de otra manera, cuentan con un empleo remunerado, al igual de que se encargan de las actividades domésticas; y se habla, también, de una tercera jornada de trabajo, la cual corresponde a los cuidados, ya sea de adultos, niños, o personas enfermas en casa”, respondió Pizarro Hernández al cuestionarle cuáles han sido algunas de las repercusiones de ser madre soltera en pandemia.

La investigadora también afirmó que las madres solteras tienen mayor inestabilidad laboral, debido a que en los tipos de trabajo en los que se encuentran hay menor calidad de condiciones, pues suelen ser empleadas en el sector de servicios, uno de los cuales se vieron más afectados a causa de la pandemia. No obstante, también hay madres solteras que han quedado desempleadas, o a quienes les han disminuido sus horas de trabajo, lo cual implica una disminución de sus ingresos.

Y si la mujer forma parte de una población indígena, el riesgo es todavía mayor: “no es lo mismo para una mujer que puede sostener un trabajo aunque sea recibiendo la mitad de su sueldo, que para otra mujer que tiene que desplazarse hasta las plazas públicas para vender sus artesanías o bordados”, explicó la especialista.

Por otro lado, también habrían de considerarse las consecuencias que trajo consigo el cierre de escuelas y guarderías, “¿cómo equilibras, como madre soltera, tus tiempos? Si antes de la pandemia las madres solteras ya tenían que cumplir con una doble jornada de trabajo, ahora que las y los hijos se deben quedar en casa, el trabajo de cuidadora y profesora se convierte en parte de las dinámicas familiares”, resaltó la académica, que señaló que esta es una de las principales problemáticas que emergen en el grupo social de madres solteras.

“Actualmente existen varios escenarios: madres solteras que han perdido su empleo y que se ven en la necesidad de salir a buscar nuevas alternativas de trabajo; o madres solteras que mantienen su trabajo, pero que la carga y la jornada laboral se les ha, incluso, triplicado”. La académica también mencionó que hay datos que señalan que las cifras de la prostitución han aumentado, pues algunas mujeres la ven como una salida económica en medio de esta crisis provocada por la pandemia.

Enfrentar la enfermedad, aun cuando no haya un miembro en la familia contagiado, es otro riesgo latente al que se exponen las madres solteras: “No es lo mismo tener un hijo de un año o más, que haber vivido todo el proceso del embarazo y del parto en medio de una crisis sanitaria, pues el miedo de ir al hospital y verte contagiada por el virus era recurrente”, refirió la doctora. El estrés que ha ocasionado el COVID-19 se convierte en una cuestión de tensión psicológica cuando se debe regresar a casa después de haber laborado todo el día y poder contagiar a los seres queridos.

Otra de las dificultades que atraviesan a las madres solteras, no solamente durante la pandemia, sino desde siempre, es el verles distinto, el estigmatizarles: “es muy común que en México, a la mujer que resulte embarazada en una situación de vulnerabilidad, la corran de su casa. Son muy pocas las familias que le brindan el apoyo, la razón es porque aún prevalece la carga religiosa y moral en la sociedad, considerado al embarazo fuera de un matrimonio como un pecado”.

Por ello, resaltó la investigadora, es necesario que haya educación acerca de la salud sexual y reproductiva. Tal como lo mencionó la experta, buscar redes de apoyo y de solidaridad, tanto con familiares como con otras madres solteras del vecindario o del espacio laboral, es muy importante como una salida al estigma, no nada más en la pandemia, sino en otras circunstancias cotidianas.

La doctora Pizarro añadió: “equilibrar el trabajo, la educación de las y los hijos, el cuidado de una persona enferma y el cuidado personal, más el estigma social, resulta conflictivo para una mujer que desee establecer una relación amorosa”. Por eso, consideró que relacionarse amorosamente es aún más complicado cuando todos estos factores se anteponen directa o indirectamente.

Estrategias a seguir

Entrevista virtual a profesora investigadora Karina Pizarro Hernández.

Como conclusión, la profesora investigadora recomendó a madres con pareja y madres solteras de hijas e hijos en etapa de crianza generar estrategias en conjunto con vecinas y familia, es decir, redes de apoyo que las alíen a su favor, así como aprender a anticiparse a una crisis, generar dinámicas para lidiar en contextos donde la violencia permea, una comunicación constante al interior de las familias, al igual que dejar responsabilidades y actividades a hijas e hijos con el propósito de que se sientan incluidos y comprometidos con la dinámica familiar, sin reforzar los roles y estereotipos de género.

Las crianzas y las maneras de criar van a cambiar a partir de este suceso, por ello es necesario reflexionar acerca de cómo se ha venido haciendo, de cómo se está haciendo, y de cómo se hará en un futuro.