El legado de Baltasar Muñoz Lumbier

El legado de Baltasar Muñoz Lumbier

Orígenes y fundación del Instituto Geológico de México. Lucero Morelos Rodríguez, José Omar Moncada.
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Por Eva Becerril
Fotografía: Carlos Sánchez y Archivo General


Uno de los personajes más importantes de nuestra alma máter es el Ingeniero Baltasar Muñoz Lumbier, eminente estudioso del siglo XIX quien fue director del Instituto Científico y Literario (ICL) a finales del siglo de 1800, antecedente de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).

Baltasar Muñoz nació en Chihuahua en 1856. Obtuvo el título de Ingeniero de Minas en la Escuela Nacional de Ingenieros en 1878, al tiempo que se le nombró preparador de la clase de química analítica y aplicada, de acuerdo con la investigadora Lucero Morelos Rodríguez, quien impartió una conferencia en el marco de los 60 años de vida de la UAEH, así como el décimo aniversario del Archivo General.



Aportó a la construcción del Estado Nación


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Lucero Morelos Rodríguez, investigadora y responsable del Archivo Histórico del Instituto de Geología de la UNAM.



La investigadora e historiadora, quien actualmente es responsable del Archivo Histórico del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dio a conocer que el Muñoz Lumbier forma parte de un estudio que ha permitido descubrir a ilustres personas de las que no se ha contado su historia y su aporte a la construcción del país a través de la minería.

“Fue el ingeniero Baltazar Muñoz Lumbier un personaje que está profundamente vinculado al origen de estas primeras instituciones científicas concebidas en México y también es muy importante para entender la historia de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo”, comentó la investigadora en una entrevista que concedió a Gaceta UAEH.

Señaló que fue de los primeros egresados de Ingenieros de Minas del ICL, pero además fue el primero titulado en ocupar la dirección del Instituto a finales del siglo XIX. Durante su gestión como director, apoyado de una serie de estrategias, benefició el desarrollo de las ciencias mineras y geológicas, como el propio Museo de Mineralogía, el cuál continúa ubicado en el ahora Centro Cultural Universitario “La Garza”.

“Baltasar Muñoz Lumbier es uno de los tantos personajes anónimos que responden a esta parte desconocida de la historia de México. El pasado de las ciencias son historia secreta porque conocemos muy poco a los personajes que forjaron las instituciones, que hicieron patria, que construyeron el Estado Nación, que crearon museos, cátedras, que hicieron descubrimientos, que inventaron patentes, máquinas, que descubrieron especies mineralógicas, que levantaron mapas…”, refirió Morelos Rodríguez.

Aseguró que el ingeniero Baltasar Muñoz Lumbier, quien da nombre al Salón de Actos localizado en el antiguo edificio de la UAEH en el centro de Pachuca, fue un científico del siglo XIX. “Aunque su título fue ingeniero de minas y ensayador de metales, en realidad él también era un científico de la tierra: fundó museos, los consolidó, hizo estudios muy profundos vinculados con la ciencia de la tierra, pero también hizo todo el trabajo de lo que implicaba ser un ingeniero de minas”, declaró la investigadora que es parte del Museo de Geología de la UNAM.



Fue un hombre que es profundamente resultado del siglo XIX, personas ilustradas que sabían un poco de todo, enciclopedistas, pero con una especialidad como la ingeniería de minas que era su caso.



Mencionó que, de acuerdo a su estudio, Baltasar Muñoz tuvo participación en compañías mineras muy importantes del país específicamente de Michoacán y del estado de Hidalgo, estuvo vinculado con la compañía Dos Estrellas y con la compañía Real del Monte, respectivamente, donde hizo algunas participaciones.

Añadió que, en el caso específico de Michoacán, se le debe el descubrimiento a través de sus proyecciones de una veta de oro muy rica de esa compañía de capital francés, algo que aconteció después de estar en el Instituto Científico y Literario.

Era una persona con diferentes ocupaciones, pues al mismo tiempo que dirigía el Instituto, dictaba cátedra y se vinculaba con la Escuela Práctica de Minas que se asentaba en Pachuca y dependía de la Escuela Nacional de Ingenieros.

Comentó que también realizaba reconocimientos territoriales, pero sobre todo litigios mineros. “Él fue un funcionario de la Secretaría de Fomento, una Secretaría muy importante para entender el desarrollo material del país, sería la precursora de la Secretaría de Economía de Energía y de Gobernación juntas, bajo el nombre de Secretaría Fomento Colonización Industria y Comercio de la República Mexicana”, abundó.

Indicó que el principal legado del prócer universitario es en términos académicos, pero también para la ciencia mexicana en el sentido del desarrollo de emprendimientos productivos. “Entonces es un hombre que es profundamente resultado del siglo XIX, son hombres ilustrados que sabían un poco de todo, enciclopedistas, pero con una especialidad como la ingeniería de minas que era su caso”, mencionó.



Las escuelas de minas


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Acorde con la doctora Lucero Morelos, en nuestro país se crearon las primeras escuelas de minas del continente. Fue en 1792 que se fundó el Real Seminario de Minería asentado en la Ciudad de México, el cual una vez consumada la Independencia se le denominó Colegio de Minería, entrenaba a los futuros ingenieros de minas dada la riqueza legal distribuida y desconocida en gran parte en todo el territorio mexicano.

En 1854 se inició un proyecto de una Escuela Práctica de Minas, dependiente del Colegio, ubicado en Fresnillo Zacatecas. La escuela estuvo funcionando hasta 1858, fecha en que estalló la Guerra de Reforma.

Entre 1860 y 1861 la Escuela reabre, pero ahora en Pachuca, un sitio más cercano a la capital mexicana con una vasta tradición minera. En nuestro estado, la escuela funcionó hasta 1863, porque otra vez se suspendieron clases debido a la Intervención Francesa.

La tercera etapa de la Escuela Práctica de Minas aconteció en 1877, cuando el entonces director de la Escuela Nacional de Ingenieros del Colegio de Minería, Antonio del Castillo, propone la reapertura otra vez en Pachuca de una Escuela Práctica de Minas, misma que estuvo asentada aquí hasta 1914.

La investigadora Lucero Morelos afirmó que la Escuela de Ingenieros estuvo profundamente vinculada con el Instituto Científico y Literario del estado, considerado uno de los logros del ingeniero Baltazar Muñoz Lumbier. “Él sí logró realmente vincular a la planta docente de manera mucho más efectiva de la Escuela Práctica de Minas de Pachuca con el Instituto Científico y Literario que él dirigía, pero además también vincularse con las empresas mineras, como la Compañía del Real del Monte, porque muchos de los gerentes de exploración o ingenieros que colaboraban ahí, también eran profesores o sinodales de los alumnos de Ingeniería de Minas del Instituto Científico y Literario”, comentó.



La investigación


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Lucero Morales explicó que el Archivo General de la UAEH le ha permitido hallar más datos para su investigación sobre la historia de la Ciencias Geológicas en el país, en específico sobre las compañías mineras y la vinculación con el entonces Instituto Geológico Nacional.

Su estudio le permitió conocer el Museo de Mineralogía que se encuentra en esta casa educativa, una herencia de Baltasar Muñoz Lumbier donde se presenta una gran colección de minerales contenidos en el subsuelo de todo el mundo, adquiridas en 1879. Esta exposición fue inaugurada hasta 1894, considerado hasta la fecha como uno de los mejores en México.