#LánzatedeMovilidad

Colaboración de la Dirección de Relaciones Internacionales e Intercambio Académico
Fotografía: Dirección de Relaciones Internacionales


Lanzate de Movilidad

Ser alumno de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) te permite acceder diversos beneficios, uno de ellos es la posibilidad de realizar movilidad educativa en una institución nacional o internacional.

Algunos de los requisitos que se solicitan son los siguientes: ser estudiante regular, tener un promedio general mínimo de 8.5 y el manejo de un segundo idioma. Para el caso de los alumnos de licenciatura se necesita tener el 50 por ciento de créditos cumplidos o más al momento de la convocatoria; para posgrado se necesita el 22 por ciento.

A continuación, te presentamos la experiencia de Karen Itzel Robles Sánchez, de la Licenciatura en Médico Cirujano, quien hizo movilidad en la Universidad de Masaryk, República Checa, durante el semestre enero-junio 2020.



Un viaje al país de los castillos: República Checa


Lanzate de Movilidad 2

Cuando oyes hablar acerca de movilidad educativa te imaginas a ti mismo estudiando en el extranjero, recorriendo otro continente, explorando sus países, siendo un as en la escuela y hablando otro idioma, pero la experiencia es mucho más significativa que eso, es mucho más emocionante y es mucho más enriquecedora.

Desde el momento en que entré a la universidad uno de mis más grandes anhelos era realizar una movilidad educativa, y estando en octavo semestre por fin cumplí con ese anhelo. El país elegido: República Checa.

Debo admitir que tuve bastantes opciones en mente, entre ellas España, Brasil e Italia; sin embargo, al final encontré que República Checa tenía mucho que ofrecer de acuerdo con mis expectativas.

Este pequeño país -y digo pequeño porque es del tamaño de Oaxaca- se localiza en el centro de Europa, es relativamente barato y por supuesto, lo último, pero no menos importante, la UAEH, mi universidad, tiene un convenio con la Universidad de Masaryk en la ciudad de Brno, la segunda mejor universidad del país.

A todo esto, se le sumo el hecho de que estoy estudiando medicina y un par de colegas estudiantes habían tenido la experiencia de ir ahí, y la sugerían a diestra y siniestra. En fin, terminé haciendo mi papeleo para esta universidad y para febrero de 2020 ya estaba por primera vez abordando un avión y en camino a Brno.

Al principio tenía un poco de miedo, es normal, me habían dicho, pues estudiar en un país donde el idioma principal no es tu lengua madre y tampoco tu segunda lengua, te hace poner un poco nerviosa.



… de repente te das cuenta de que has cumplido tus objetivos, que has aprobado tus materias, que has enorgullecido a tu universidad…



Llegas con muchas inseguridades y preguntas rondándote la mente: ¿me perderé? ¿mi nivel de inglés será el suficiente? ¿lograré aprender tanto como lo haría en mi país? ¿lograré aprobar todas mis materias? ¿me adaptaré al estilo de vida? Todas estas preguntas se van desvaneciendo con el pasar de los días, luego se convierten en semanas, pasan a ser meses y de repente te das cuenta de que has cumplido tus objetivos, que has aprobado tus materias, que has enorgullecido a tu universidad y, lo más importante, a ti mismo y que vas de regreso a México para inundar con tu experiencia los oídos de familiares y amigos.

Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas, todo lo bueno siempre viene con un poco de dificultades y mi movilidad no fue la excepción. Durante mi experiencia me vi un poco frenada, al igual que muchos otros, por algo llamado “Contingencia por COVID-19”.

Había estado conviviendo con personas de otras nacionalidades, conociendo a mis coordinadores y a los directivos de la Universidad de Masaryk, con los que iba a seguir teniendo contacto durante toda mi movilidad, asistiendo a eventos organizados por la institución, conociendo las facultades y otros edificios importantes de la universidad , descubriendo la ciudad, visitando lugares cercanos llenos de cultura e historia y estudiando para los exámenes por anticipado, pues, como dije antes, sentía un poco de nervios…

De repente un día de marzo mi correo electrónico explotó, pues comenzaron a llegar mensajes por parte de mi coordinador, de la embajada y de la cabeza de los dormitorios donde me hospedaba diciendo que probablemente las clases presenciales y algunos eventos se verían afectados debido a esto, anunciando los pasos para realizar mi “check out” si requería regresar de emergencia a mi país y pidiendo que me registrara en la embajada y consulado mexicano en República Checa para que me dieran seguimiento en caso de que me quedara varada en el país. Así es, esto significaba que se estaban cerrando las fronteras y que mundialmente estábamos experimentando verdaderos problemas.



Lanzate de Movilidad 3

Ocurrieron muchas cosas durante el periodo de marzo a julio (mes en que regresé a México), entre ellas eventos afortunados y desafortunados; sin embargo, inesperadamente y contra toda expectativa negativa, el país comenzó a recuperarse.

Nosotros como estudiantes extranjeros lo único que podíamos hacer era cumplir con todas las normas establecidas por el gobierno checo, la Universidad de Masaryk y la UAEH.

Las clases comenzaron a ser en línea y se nos prohibió viajar y salir a las calles sin motivos necesarios o sin cubre bocas. Todos los locales cerraron. A pesar de todo esto considero que aprendí mucho tanto en el ámbito académico como de la situación y no cambiaría nada si pudiera.



… reforcé el valor de la responsabilidad, ya que, cada vez que alguien no cumplía las reglas afectaba en cadena al resto de la población.



Las presentaciones, talleres y actividades estarán dividas en rangos de edad, por lo que se contemplan que estas estén diseñadas en tres grupos: el primero para niños de tres a seis años, el segundo de siete a nueve años de edad, y el último para niños de 10 a 12 años.

Adquirí un montón de conocimientos nuevos en mis clases en línea pues los profesores se preocuparon por proporcionarnos todas las herramientas necesarias para estudiar, aprender y aprobar nuestros cursos. Continuaron ofreciendo clases vía video y continuaron haciendo exámenes y evaluaciones de manera normal. No fue más sencillo y tampoco fue más difícil, fue lo mejor que se pudo hacer con los recursos disponibles en ese momento. También reforcé el valor de la responsabilidad, ya que, cada vez que alguien no cumplía las reglas afectaba en cadena al resto de la población.

Por si fuera poco, durante todo este tiempo la UAEH nos brindó seguimiento y estuvo en contacto con nosotros en todo momento, tratando de resolver problemas emergentes, apoyando a sus estudiantes y ayudando a sentirnos seguros en una situación tan problemática como ésta.

Estoy más que satisfecha y agradecida con mi movilidad, gané mucho y no perdí nada.

Espero que este escrito sirva como un mensaje de aliento para todos aquellos estudiantes de la UAEH cuyo mayor anhelo sea igual al mío: realizar una movilidad educativa. Aprovechen las oportunidades que les brinda su universidad y no tengan miedo, les aseguro que será una de las experiencias más enriquecedoras de su vida.