El PITA, base del desarrollo universitario hidalguense

Por Eva Becerril
Fotografía: Carlos Sánchez


Hace casi 30 años, en medio de una revolución social, la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) emprendió un proyecto maestro que sentó los cimientos del desarrollo que ahora disfrutamos: el Proyecto Integral de Transformación Académica (PITA).

A nivel mundial se divisó la caída del Muro de Berlín, que significó el derrocamiento de un régimen en la desaparecida Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría. México, por su parte, estaba por abrir sus fronteras a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y vivía la efervescencia de los movimientos culturales.

Es en este tiempo, durante el rectorado de Gerardo Sosa Castelán, se estableció primero en la Universidad un acuerdo que al final logra consolidarse y aprobarse por el Honorable Consejo Universitario como el Proyecto Integral de Transformación Académica, el mismo que ahora sigue el Plan de Desarrollo Institucional (PDI).



El principio de un plan maestro


Gaceta UAEH entrevistó a Evaristo Luvian Torres, que ejerció en ese momento como secretario general de nuestra alma mater, quien detalló la importancia de este plan y sus repercusiones en la actualidad:

“Hay que recordar que la Universidad nace en 1961, el 3 de marzo, y que cada rector diseñó algunas políticas y líneas para el desarrollo de la institución, más sin embargo la modernización comenzaba a avanzar en el país. La educación superior requería de proyectos que obedecieran a la sociedad”, indicó Evaristo Luvian al iniciar la charla.

Una vez que la comunidad universitaria comenzó a considerar todo lo ocurrido en México y el mundo, decidió emprender un proyecto, un plan de desarrollo. Tras asumir el cargo de rector en 1991, Gerardo Sosa Castelán inmediatamente comenzó a establecer una serie de líneas y estrategias para la institución.

En su carácter de rector reunió a los representantes de la comunidad universitaria, para reflexionar qué sucedía en la institución y cómo debía mejorar. Fijó unas líneas que fueron madurando un plan de transformación académica e inició con la firma de un pacto de compromiso de toda la comunidad universitaria.

“Fue un momento histórico en la academia del estado de Hidalgo, pero sobre todo en la vida de esta Universidad”.

“Recuerdo que este pacto tenía algunas cosas que ahora parecen broma, pero en ese momento era necesario erradicarlas”, detalló Luvian, explicando que para entonces los profesores podían ingresar a las aulas 20 minutos tarde, pasar lista como a 120 alumnos, pedir la clase y retirarse. “No todos lo hacían, porque había muchos con vocación magisterial, además los alumnos podían suspender la clase por cualquier motivo; no tenían laboratorios, los que teníamos eran escasos, no existían bibliotecas ordenadas, había poco material”.

La enseñanza se llevaba de una forma no sistemática, los planes y programas de estudio tenían muchos años de haberse establecido, los profesores requerían de una profesionalización y actualización y se necesitaba crecer en infraestructura.

“Ante todo esto, el rector Sosa Castelán hizo un compromiso de realizar una transformación académica en el Universidad. Para eso solicitó el consenso de todos, sobre todo el del Honorable Consejo Universitario, eso significó el respeto irrestricto de la normativa universitaria y se hizo un compromiso con todos los directivos de respetarla”, narró.


¿Cómo se aplicó?

Entonces, comenzó ese afán de buscar una visión de una universidad pública mexicana. Decidieron visitar algunos lugares para ver las condiciones en que se trabajaba, se les permitió y se les apoyó a los profesores para que fueran a otras instituciones de prestigio mundial dentro y fuera del país a prepararse.

Los profesores se comprometieron a actualizar los planes de estudio y colaboraron con información sobre material bibliográfico para nutrir las bibliotecas.

En el año de 1994 se presentó al Honorable Consejo el Proyecto Integral de Transformación Académica, el PITA, el cual unificó el desarrollo de las funciones sustantivas y adjetivas de la Universidad, instauró ejes estratégicos bajo el respeto absoluto a la normativa.


Ejes del PITA:

  • Planeación participativa
  • Presupuestación como base de una cultura de administración moderna
  • Respeto irrestricto a la normativa
  • Enseñanza de un idioma
  • Enseñanza de la computación
  • Enseñanza de la Metodología de la Investigación

Se estableció que el único acceso para poder ser parte de la Universidad fuera a través de un examen de selección. “La sociedad cuando se enteró esto dudó, tiempo después se dio cuenta de que era una realidad; entonces, ahora sí en las aulas solamente estaban los alumnos que merecían tener un espacio en estas aulas”.

Se implantó una planeación como método de trabajo, esto dejó atrás muchas cosas y se presupuestaba con base a una cultura de administración moderna.

Se realizaron grandes proyectos, uno de ellos fue el Centro de Cómputo en las instalaciones del Centro de Extensión Universitaria, se adquirieron máquinas para toda la Universidad. El proyecto no se quedó solo aquí en Pachuca, se extendió a las escuelas preparatorias y al instituto en Tulancingo.

“Lo importante de esto es que compartimos con la sociedad, no sólo fue para los universitarios”

Otra necesidad era el aprendizaje de un idioma extranjero. En ese momento se pensó que los alumnos debían tratar en el futuro con sus pares de otros países. Para ello se tenía que construir un espacio, así nació el Centro de Autoaprendizaje.

Para aquellos años aún no nacían las Escuelas Superiores, pero con la creación de cada plantel debía incluirse su espacio de cómputo y de autoaprendizaje. “Ahora las 21 escuelas tienen éstas áreas, no es un proyecto que se hizo de ocurrencia, sino que se pensó a futuro”, manifestó.

También se incluyó al proyecto y al modelo educativo la metodología de la investigación, se fortalecieron los programas educativos y crecieron los laboratorios. “Hace muchos años se pensó en infraestructura que permitiera a los profesores realizar investigación, los resultados están: cuatro patentes, artículos publicados, obras editoriales”.

“Así se fue moldeando otro tipo de universitario, próximo a enfrentarse de cara al siglo XXI”.


La continuación


Los siguientes rectores presentaron, cada uno, un plan que rescató los ejes de desarrollo del Proyecto Integral de Transformación Académica, “porque son necesarios y han generado resultados que ahora vemos”.

“Creo que ha marcado una pauta no solamente para todos los universitarios, sino para otras instituciones que piensan en una visión a futuro. Hoy estamos trabajando en distintas áreas, ya sea de la docencia, extensión, academia, la investigación, la administración. Ya estamos pensando cómo debe ser la Universidad en 2035 y queremos ser una de las mejores del mundo, pero para ello hay que prepararnos todos, necesitamos desarrollar infraestructura”.


Visión 2035


Ya establecida como una universidad que sigue un plan a futuro, la máxima casa de estudios de Hidalgo ha establecido como visión a 2035 colocarse entre las 500 mejores universidades del mundo, de acuerdo al sistema de medición del Academic Ranking of World Universities (ARWU).
“Si hablas de que hay una visión, para ello hubo un proyecto que nació en 1992 con Gerardo Sosa. Desde entonces está trazada esa visión. A mí me llama la atención, por ejemplo, que estamos produciendo libros en inglés, eso es un salto de aquel proyecto; las patentes, los premios…”
Enfatizó que el proyecto no queda aquí, el cual considera conservar también lo que hemos heredado: la historia, los edificios como el Centro Cultural “La Garza” que data de 1725, “lo que nos corresponde conservarlo como patrimonio y que debe quedar a las próximas generaciones”.
“Son 150 años que hay que celebrarlos, hay que festejar lo que hemos heredado, pero debemos seguir atentos a lo que sigue, y lo que sigue es la visión que tenemos trazada lo que significará honrar a quienes han estado antes que nosotros”, expresó quien actualmente es presidente en funciones del Consejo Editorial Universitario.
Antes de cerrar la entrevista, Luvián Torres aprovechó para enviar un mensaje a los universitarios que permanecen en los salones: “Amen mucho a su institución, defiendan la autonomía universitaria ejerciéndola de manera responsable, que nos permita crear proyectos, actuar con libertad, lo que nos permitirá ser diferentes. Quiéranla y respétenla, sobre todo su normativa”.
Así es como la Autónoma de Hidalgo constituyó un plan que ha dado frutos las últimas décadas. Poco a poco ha ido avanzando y colocando lugares privilegiados en México, Latinoamérica y el mundo. Este proyecto de transformación cambió no sólo a la institución, sino a la educación superior en el estado.