Parque público | Justicia bizarra
Redacción
2025-09-24 10:24
¿Cómo se percibe la justicia mexicana en el mundo? De “La Paca” a ceremoniales en la Corte.
Nacimos en un país maravilloso, nuestro querido México, del que estamos orgullosos por su singular belleza. Se dice que está considerado dentro de los países más bonitos del orbe, y si no fuera así de cualquier forma estaríamos orgullosos de nuestra patria por la sola y suficiente razón de que es la nuestra, es una tierra rica en historia, folclor, sabores y muchos etcéteras más. Aquí nos tocó vivir y se agradece que así sea.
Los mexicanos para muchas cosas somos buenísimos, somos únicos y como se dice por ahí nos pintamos solos. Si vamos a otros países por lo general la gente se caracteriza por no ser tan alegre, tan elocuente en su trato o de plano ser osca, fría y de entrada suele no ser amigable en su primer trato, lo que sí se consigue con la comunidad latina y sobre todo con nosotros los mexicanos de que podemos dar amistad y confianza desde el primer momento en que conocemos a alguien ¿Eso será bueno o malo? No lo sabemos, y sea como sea con esa forma de ser no afectamos a nadie, lo que sí sería un tanto cuestionable o cuando menos materia de reflexión es ¿Cómo nos ven en el mundo cuando actuamos como colectivo en otras cuestiones? ¿Cómo se nos mira en los medios a nivel global cuando un grupo de mexicanas y mexicanos hacemos frente a determinadas situaciones o contextos?
Aquí una explicación: recién iniciada esta segunda administración en Estados Unidos de Donald Trump se puso en marcha en los Everglades de Florida un centro de detenciones de migrantes bautizado como “Alcatraz de los Caimanes” (Alligator Alcatraz) en el cual se vulnera el derecho humano a la migración y en el que prácticamente se encarcela a quien viajó a ese país en su búsqueda por un mejor destino.
El presidente norteamericano se ufana de que en ese centro a la par de la policía antiinmigrante tiene a los guardias más poderosos e incorruptibles “los caimanes”, al poco tiempo de esas declaraciones del hombre más poderoso del mundo circuló en los medios un video de un inmigrante mexicano recluido en espera de deportación, donde tomó un pequeño caimancito y pese a su situación adversa con carcajadas se puso a bailar con el reptil, lo que evidencia que en las situaciones desfavorables los mexicanos solemos actuar de esa forma, sabemos cantar, bailar y reír aun en las adversidades Esta columna se escribe precisamente un 19 de septiembre cuando se cumplen 40 años de una de las desgracias más lastimosas que haya vivido el pueblo de México y se me viene a la mente la unión y solidaridad que nos caracteriza a los mexicanos para salir de ese tipo de siniestros, con lo que queda evidenciado que somos gente buena, noble y trabajadora y seguramente así lo perciben en el mundo. Ojalá así sea.
Lo cuestionable es ¿Cómo nos verá la gente de otros países por la forma en que en algunos rubros del quehacer público los mexicanos conducimos el país? Y podríamos citar infinidad de rubros, pero en esta ocasión sólo me referiré al ámbito de la justicia. En el año de 1994 se cometieron asesinatos de políticos de muy alto nivel, el de Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato presidencial por el partido oficial en aquellos años, el invencible PRI, el más fuerte en aquella época; además del homicidio de José Francisco Ruiz Massieu, exgobernador del estado de Guerrero, exsecretario general del partido referido, estaba emparentado con el presidente en aquellos años, Carlos Salinas de Gortari. El día del homicidio de Ruiz fue detenido el sicario y “cantó”; las investigaciones llegaron hasta un diputado federal Manuel Muñoz Rocha y al hermano del expresidente Raúl Salinas de Gortari. Ya siendo presidente de la República Ernesto Zedillo Ponce de León en 1996, nombra como procurador general de la República a un abogado de la oposición Antonio Lozano Gracia quien designó al abogado Pablo Chapa Bezanilla como fiscal especial para el esclarecimiento de los homicidios políticos, ese señor rubio de apariencia muy formal y “profesional” contrató a una bruja para que con sus cualidades de médium y vidente dijera dónde se encontraba el desaparecido diputado Muñoz Rocha, la hechicera conocida con el sobrenombre de “La Paca” dijo que Raúl Salinas lo había matado de un batazo por haberle salido mal el crimen y que el cadáver se encontraba enterrado en su finca “El encanto”, las investigaciones continuaron y “La Paca” sembró la osamenta de un familiar de ella, la que hizo pasar por el cadáver ya descompuesto del diputado y según se esclareció la autoría de ese escandaloso delito.
Chapa Bezanilla pagó por sus servicios profesionales a “La Paca” una millonada del erario público, con el tiempo se sabría de que todo fue un montaje, al enterarse el presidente Zedillo, se dice que hecho una furia ordenó el cese del procurador Lozano Gracia y de Chapa Bezanilla, a quien se le procesó pero antes se fue a refugiar a España desde donde fue traído. Ese escándalo dio la vuelta al mundo, los periódicos en Europa, principalmente de España y en Estados Unidos dieron cuenta de cómo se resolvió el caso por el fiscal especial ayudado por una vidente, la forma de proceder de la PGR de aquellos años dejó mal parada a la justicia mexicana, pues era risible saber por los medios la forma de cómo se esclareció un homicidio en México, nuestras autoridades hicieron un vil ridículo ante el mundo, pensamos que a nivel mundial ya no tendríamos otro resbalón.
En el presente tenemos una nueva estructura del Poder Judicial federal, los juzgadores a raíz de una reciente reforma a nuestro Texto Constitucional tanto jueces, magistrados y ministros son “electos por el pueblo”, lo cual suena bien, no era lo mejor pues no son representantes populares, son los encargados de la delicadísima función de aplicar la ley a los casos concretos particularmente controvertidos; ya no es tiempo de hablar de lo acertado o no de dicha reforma pues ya está en vigor y hasta los jueces federales de todos los niveles fueron ya “electos” y están ya en el cargo, en muchos casos criticados por su ignorancia e inexperiencia que raya en lo cómico, se sabe que muchos son en extremo ineptos y a pesar de sus muy altos sueldos algunos han pedido licencia por no poder con el paquete.
Con bombo y platillo quienes detentan el poder presumen al nuevo representante del Poder Judicial federal que es el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación por su condición de indígena más que por sus conocimientos jurídicos y carrera judicial, que es nula, dizque por emular a don Benito Juárez García que fue presidente de México y era de origen zapoteco y había presidido la Suprema Corte de Justicia de la Nación ¿Cómo hacer tal comparación? Juárez fue intelectual, liberal, elegante, culto, llegó a tener el máximo grado como masón, no en vano el presidente de Italia durante la Segunda Guerra Mundial en honor a nuestro Juárez llevó su nombre Benito de apellido Mussolini, y el señor que actualmente es el mandamás en el emblemático palacio de Pino Suárez en la colonia Centro de la Ciudad de México no tiene ni el porte para ese honroso cargo.
Lamento haber dicho lo anterior, pues ya no es tiempo de hacer críticas a la reforma ni a quienes integran a nuestro máximo tribunal, pues, chueco o derecho, ya están ahí y si aman a México tendrán que hacer un mega esfuerzo para cumplir bien su duro papel de dar a cada quien lo que le corresponde de acuerdo a sus actos, obras o necesidades, lo que sí es duramente criticable es que a estas alturas de la modernidad universal, nuestros ministros realicen ritos, hagan humaredas en sus instalaciones, hagan danzas y en un ceremonial reciban “el bastón de mando” o pregonen que quieren dejar de utilizar la toga que da formalidad y señorío a los juzgadores para vestir en su delicada función de juzgar trajes autóctonos, todo ello, puede dejarnos mal parados ante el mundo, nuestros trajes prehispánicos o regionales son hermosos, nos dan identidad, pero dejémoslos para nuestras costumbres, nuestras celebraciones o para reiterar al mundo nuestra gallardía y folclor pero no para que sean vestidos por quienes tienen la delicada función de juzgar.
Ninguna Corte de un país en tiempos actuales que se sepa realiza ritos y eso no vaya a ser como el caso de “La Paca” y Chapa Bezanilla otro resbalón que nos deje como mexicanos mal parados ante el mundo en un rubro tan sensible como es el de la justicia. México se conoce, como lo dije al principio, por múltiples cosas extraordinarias y no por una justicia que lejos de funcionar con legalidad, objetividad, imparcialidad, eficiencia, profesionalismo, prontitud y honradez, funcione con faramallas, cursilerías y ridiculeces que más que humana y eficiente la hacen rara y extravagante.
Autor: Dr. Cuauhtémoc Granados Díaz
Profesor investigador del área académica de derecho de la UAEH