Desde el mirador | Pachuca a un año del primer gobierno de la “Transformación”
Redacción
2025-09-12 09:00
Pachuca padece las consecuencias de pésimas gestiones municipales marcadas por corrupción, incompetencia y oportunismo político.
Deseo presentarles la presente columna donde compartiré mis opiniones con relación a temas de lo que nos concierne a todas y todos: el espacio público.
¿Por qué desde el mirador? Esencialmente por dos razones, la primera está ligada al verbo mirar, que con base en el Diccionario del Español de México se refiere a “ver algo o alguien con atención; a mirar de reojo, hacerlo discretamente, con disimulo, desprecio o temor; a mirar de arriba abajo, examinar algo o alguien con la vista y completamente, en particular cuando se muestra desaprobación o desprecio; considerar algo o alguien para estimarlo o valorarlo: mirándolo bien; buscar algo o investigar acerca de ello; mirar por algo o alguien, cuidarlo y protegerlo; mirar con buenos o malos ojos, sentir empatía o antipatía por algo o alguien; estar alguien o ser algo de mírame y no me toques, estar alguien muy débil o muy sensible; estar en un lugar orientado en cierta dirección o frente algo”. Por lo que miramos para poner la atención en algo o alguien, para investigar o buscar, llevando consigo una clara intención de lo que nos provocan nuestras miradas: aprobación o desaprobación, simpatía o antipatía, emoción o indiferencia, confianza o indignación.
Todo lo anterior nos lleva al mirador, definido como “un lugar abierto, especialmente bien situado, como en una loma, desde donde se observa y escudriña”, por ello desde el mirador examinaremos con sumo cuidado y atención para tratar de entender los detalles ocultos del espacio público.
La segunda razón por la que esta columna se titula “Desde el mirador”, tiene que ver con mi terruño, Pachuca. Enclavado en el norte de la Bella Airosa, es el sitio específico desde donde se visualiza nuestra ciudad y que a su vez da nombre a uno de los barrios añejos de la capital hidalguense, flanqueado por los barrios de San Clemente y la Malinche -del cual soy oriundo- me representa una analogía muy pertinente; “Desde el mirador”, representa entonces, no sólo el sitio estratégico desde el cual se observa, sino la postura y la acción del que mira y convoca a los demás a observar con atención y examinar los detalles con la pretensión de generar opinión pública y reflexiones críticas acerca de los temas públicos, siendo un convencido de la relevancia de la discusión abierta y la importancia de las voces divergentes en la construcción de una sociedad informada y democrática.
Pachuca a un año del primer gobierno de la “Transformación”
Pachuca viene padeciendo las consecuencias de pésimas gestiones municipales marcadas por la corrupción, la incompetencia y el claro oportunismo político de quienes ostentaron el cargo de presidentes municipales. Recordemos la desastrosa gestión de Sergio Baños Rubio, quien gobernó de 2020 a 2024, o la de Eleazar García Sánchez, de 2012 a 2016.
Con muy grandes expectativas hace un año resultó electo el actual alcalde, Jorge Alberto Reyes Hernández, favorecido por la inercia electoral de formar parte del partido Morena el cual permitió el triunfo del expresidente López Obrador en 2018, y que a partir de ese momento ha resultado un verdadero tsunami arrasador de triunfos electorales, para quienes se han adherido a la llamada “cuarta transformación”; Jorge Reyes no requirió de mayores méritos o credenciales, fue suficiente formar parte del equipo cercano del primer gobernador de alternancia al PRI hegemónico que se mantuvo el control político durante el siglo XX y las dos primeras décadas del siglo XXI en Hidalgo.
Las gestiones municipales representan un problema sumamente complejo, tal y como lo han referido estudiosos del ámbito municipal de México, como el doctor Mauricio Merino; el municipio en México presenta un problema de diseño institucional, por una parte las grandes reformas constitucionales al artículo 115, prácticamente le otorgan a los gobiernos municipales competencias en todos los aspectos de la vida pública, pero contradictoriamente, es un orden de gobierno subordinado al financiamiento federal y de los gobiernos estatales, donde el componente político es determinante para el éxito o fracaso de cualquier gestión municipal.
La escasez de recursos y la mayor complejidad de los asuntos públicos, aunado a la imposibilidad de profesionalización de los servidores públicos municipales y la ausencia de adopción de recursos tecnológicos para la gestión administrativa y la prestación de servicios, convierten a las gestiones municipales en instancias burocráticas de ejercicio presupuestal que sobreviven prácticamente para su nómina y mantenimiento de sus estructuras, sin margen para la inversión en obra pública y prestación de servicios.
Pachuca no es la excepción, considerando que para 2025 tuvo un presupuesto de mil 332 millones de pesos, de los cuales el 93.12 por ciento es para gasto corriente, sólo queda el 6.88 para inversión pública, aproximadamente 91 millones para todas las necesidades de la ciudad. Para darnos una idea, la construcción de un puente peatonal como el que lleva meses y meses clausurado frente al hospital general, tiene un costo aproximado de 3.5 millones de pesos. A la Secretaría de Obras Públicas, para 2025 le fue aprobado un presupuesto de casi 63 millones de pesos, lo cual es una cifra relativamente insignificante.
Visto de esta manera entendemos la complejidad de la gestión municipal; además, de la problemática que implica la pugna entre el gobierno local y el sindicato de trabajadores, que durante décadas han acumulado en prestaciones y prerrogativas la absorción del poco presupuesto disponible.
Estamos en plena época de informes gubernamentales en Hidalgo, mucho nos dirán del millonario presupuesto invertido en algunos bulevares principales de la ciudad, sin embargo, si miramos como lo hacemos todos quienes vamos a pie, nos damos cuenta de obras recién inauguradas que se inundan, baches recurrentes en todas las calles, semáforos descompuestos en múltiples cruceros, falta de abastecimiento de agua en barrios y colonias y una creciente inseguridad, por citar unos ejemplos.
Dentro de las facultades que tienen los municipios es la prestación de los servicios públicos, siendo primordial la recolección de residuos sólidos, garantizar y ordenar el comercio y abasto, el cuidado de la imagen urbana a través del mantenimiento de los parques y jardines, el alumbrado público, entre otros.
Cualquier gobierno municipal que es incapaz de gestionar los servicios elementales a su población, nos advierte un grave deterioro de las capacidades institucionales y de la ausencia de la acción gubernamental, soló miremos montículos en múltiples esquinas donde se acumula la basura por toda la ciudad, la degradación criminal del patrimonio cultural en el centro histórico y la imposibilidad de ejercer nuestro derecho la ciudad al estar inundado de comercio ambulante, sin que exista regulación alguna, ya que se han adueñado de banquetas y de las plazas públicas más emblemáticas de nuestra ciudad; resulta recurrente observar avenidas icónicas como Revolución en completa penumbra, imaginémonos ahora cualquier modesta calle de los barrios y colonias.
Mi reflexión busca poner de manifiesto, no lo que es evidente para los que habitamos esta ciudad, sino expresar un llamado público a un año de gestiones municipales en Hidalgo a transitar del triunfalismo electoral a invertir en fortalecer las capacidades institucionales para solucionar las demandas públicas que son numerosas y legitimas.
Debemos transcender la vieja idea, ahora tomando en consideración que estas administraciones municipales podrán relegirse, que el primer año es para darse cuenta de cómo está la cosa, el segundo para aprender y el tercero el “año de Hidalgo”…, los municipios y sus habitantes ya no están para padecer corruptelas, incapacidades y omisiones complacientes. Como todo en democracia se requiere mayor compromiso con la eficiencia y con la eficacia, servidoras y servidores públicos que emerjan de un servicio profesional de carrera y gobiernos que ejerzan plenamente el poder que les ha mandatado el pueblo, haciéndose presentes y actuantes en la organización y conducción del espacio público.
Autor: Abel L. Roque López
Doctorante en Políticas Públicas. Académico universitario