La ética en las empresas: reflejo estratégico de éxito

Resumen

El presente artículo aborda el tema sobre la actividad empresarial con la aplicación de la ética, cómo debe ser la forma de actuar de un individuo como ente de la empresa, como la ética nos remite a un saber, tanto en conocimiento teórico como práctico, cuyo propósito es señalar lo que está bien, lo que es justo, en suma, lo que es moral. Los conceptos éticos son comprendidos más plenamente en la experiencia,  practicando la virtud de la justicia, los empresarios deben pensar, deben pensar en el capital pero deben pensarlo dentro de una perspectiva ética (lo correcto).


Palabras clave: Ética, empresa y organización

Abstract

The present article tries to near how the managerial activity should be with the application of the ethics, how the form should be of acting of an individual like entity of the company, as the ethics it remits us to a knowledge, so much in theoretical knowledge as practical whose purpose is to point out what is well, what is exactly, in sum, what is moral. The ethical concepts are understood more fully in the experience, practicing the virtue of the justice, the managers should think, they should think of the capital but they should think it inside an ethical perspective -the correct thing.


Key words: Ethics, managent  and  organization

Introducción

El fin del siglo XX fue testigo, entre otras cosas, del surgimiento de una serie de discursos en torno a la ética empresarial y a la responsabilidad de las organizaciones. Estos discursos han sido acompañados por el nacimiento de distintos organismos “independientes” a nivel mundial, cuyo propósito central es el de fomentar en las empresas un comportamiento ético y responsable (Crespo, 2003, p. 308).

La ética incide en las decisiones correctas de la conducta humana, lo hace a través de cánones o fundamentos morales, es decir, no señala lo que es bueno o malo hacer (moral) sino cuándo lo es (ética). En realidad la ética es un juicio que se expone socialmente sobre las conductas de los seres humanos que componen la sociedad. La ética trata sobre los principios del deber hacer, mientras que la moral modela esa ética en costumbres, modos y maneras de hacer. Es decir: la moral es lo que se practica y la ética piensa cómo debe ser esa moral.

La vida ética no sólo  piensa sino también y fundamentalmente "se vive". Los conceptos éticos son comprendidos más plenamente en la experiencia. Es practicando la virtud de la justicia como llega uno a ser una persona justa, como dice Aristóteles, y es muy probable que sea una persona justa quien más comprenda la virtud de la justicia, como piensa Sócrates. Pero tampoco basta que la política piense. Todos debemos pensar. Los empresarios deben pensar. Deben pensar en el capital. Pero deben pensarlo dentro de una perspectiva ética (lo correcto). La religión debe pensar en la salvación del alma. Pero debe pensarla dentro de una perspectiva ética (la libertad). En el juego entre religión y política, se puede dar una especie de usura mutua. La política puede escoger a la religión más influyente, católica, como un ingrediente de su proyecto nacional para utilizarla como un elemento de cohesión y reducción de la conflictividad ideológica y social. La religión, por su parte, también puede aliarse al poder político y utilizarlo como un vehículo de acción para la conservación de sus principios morales, evitando así enfrentar los desafíos de la exigencia de maduración de su propia conciencia moral. Finalmente, esta utilización mutua entre política y religión es de lo más negativa cuando se debe a la carencia total de un discurso que apele a una razón ética crítica.

Desarrollo

La ética profesional frente a la ética general

El comportamiento de los seres humanos es algo muy complejo. Ha sido desde los albores de su historia, aunque en distintos momentos aparezca todavía más intricado.

El marco de referencia de la moral y los valores es la ética, la cual busca de manera fundamental que las personas actúen guiadas, más que por coacción externa, internamente por principios organizacionales que han hecho suyos. Desde luego y para lograrlo, los sujetos debe llevar a cabo esfuerzos prácticos encaminados a la realización de valores.

La forma en el actuar de un individuo se evidencia en el obrar “bien” o “mal”. En términos muy generales, “lo bueno” es aquello que involucra la presencia de valores morales, mientras que “lo malo” es lo que es objeto de un juicio moral negativo.

La ética nos remite a un saber, tanto teórico como práctico, cuyo propósito es señalar lo que está bien, lo que es justo, en suma, lo que es moral.

Dentro de este desarrollo, por sus mismas características y al concretar qué es lo bueno se puede influir en el comportamiento de las personas, orientándolo hacia el bien; no de forma particular, ni por intereses personales, sino como una búsqueda de normas y principios con validez universal.

Desde la óptica de Escobar (2008, p. 16) comenta que: “Lo que es válido para mí, lo es para los otros y no ha de ir en beneficio para unos y perjuicio de otros”

La ética como un sistema de reglas que gobierna el ordenamiento de los valores (Thomas, Bateman & Snell. 2008, p. 162), cuyo quehacer es analizar problemas y oportunidades mediante los cuales un individuo deba elegir de manera racional acciones que deben evaluarse como correctas o incorrectas.

El objetivo de la ética es identificar tanto las reglas que gobiernan el comportamiento humano como los bienes que valen la pena buscar.

La ética necesita de la moral para sacar sus conclusiones, para explicarla, para elaborar sus hipótesis y teorías, la ética no puede prescindir de la historia de la moral concreta, pero esto no significa que se pueda confundir con ella (Escobar, 2008, p. 48.)

La esencia de la moral contiene ante todo un conjunto de normas, sin las cuales no es posible concebirla; estas normas tiene como propósito regular la conducta del hombre en la sociedad, además deben ser realizadas en forma consciente y libre mediante ellas el individuo pretende llegar a realizar el valor de lo bueno. La moral comprende un doble aspecto el individual y el social (Cortina, 2002, p. 316) los cuales están estrechamente ligados ya que en última instancia el ser humano es un ser social o un animal político como lo diría Aristóteles. La moral representa el marco normativo básico que constituye la vida humana y el cual se proyecta a nuestra individualidad y a la sociedad en su conjunto; en lo individual se manifiesta en nuestras valoraciones y convicciones personales, mientras que lo social incide en la comunidad, en la familia, en el sistema económico, social, político y cultural que nos rodea. Es importante destacar que la moral se va adquiriendo a través de la convivencia social, mediante la enseñanza y el ejemplo, la aprobación y la censura verbal y no verbal y se refuerza por el hábito o la práctica.

Desde el punto de vista de la autora Adela Cortina (2002) la moral y la ética acompañan a la vida de los hombres desde el comienzo.

Escobar (2008, p. 138) hace mención  que la ética como filosofía moral, tiene tres funciones:

  1. Aclarar que es lo moral, cuáles son sus rasgos;
  2. Fundamentar la moral, es decir tratar de inquirir cuáles son las razones para que los hombres se comporten moralmente;
  3. Aplicar a los distintos ámbitos de la vida social los resultados  de las dos primeras, que es lo que hoy se viene llamando ática aplica aplicada, y la ética empresarial entra aquí.

Analizando la ética cívica nace de la convicción de que los hombres somos ciudadanos capaces de tomar decisiones de un modo moralmente autónomo y, por tanto, de tener un conocimiento suficientemente acabado de lo que consideramos bueno como para tener ideas moralmente adecuadas sobre cómo organizar nuestra convivencia sin necesidad de recurrir a los proyectos de autoridades impuestas. (Cortina, 2002, p. 216)

Formar parte del sistema capitalista de producción trae como consecuencia necesariamente vincular las relaciones entre las diversas culturas que este sistema exige, lo cual lo ética en este contexto se rige en un esquema de modernidad y de que las empresas tengan que allegarse de mecanismos estratégicos que les permitan estar inmersos en una vida social de cambio. La concepción moral del capitalismo no sólo considera producir riqueza y bienestar a través de las relaciones productivas entre los medios de producción y las fuerzas productivas de trabajo, si no en destacar además aspectos de tipo moral que rijan nuevas éticas de la justicia económica.

La ética busca un capitalismo democrático; éste no puede subsistir sin una moral adecuada porque toda integración social exige un arraigado sistema moral, ya que la ética se ha convertido en una referencia obligada en las decisiones sobre los principios que deben guiar las acciones (Kliksberg, 2003, p. 661). Este sistema de valores morales ha ido evolucionando históricamente en una ética que defiende la autonomía individual como exigencia de la libertad, unas instituciones que aseguren la integración en la modernidad capitalista entre las que destacaría la empresa, y en la creación desde esas estructuras inmediatas de un nuevo hogar público capaz de integrar vital y profesionalmente a los seres humanos de las sociedades modernas avanzadas. (Cortina, 2002 p. 189)

La ética no está formada únicamente para el individuo y la sociedad también está influenciada por el ambiente de trabajo en las empresas. En las organizaciones la ética se refiere a los procesos a través de los cuáles se evalúan y se toman las decisiones con base en lo bueno y lo malo. Debido a que las personas tienen códigos de ética personal y diferente, las organizaciones tiene que ser muy cuidadosas con las normas, misión, visión y expectativas éticas corporativas. Los directivos  con visión deben evitar cometer acciones poco éticas y pensar cuidadosamente en las consecuencias e implicaciones de sus acciones. Habrá que definir los intereses con claridad, identificando los valores de relevancia; sopesar los valores en conflicto y seleccionar la opción que los equilibre, implementar decisiones éticas que requieran la justificación de las acciones de la organización, puesto que las consecuencias de corto o largo plazo van a ser evaluadas como satisfactorias o no satisfactorias conforme a los intereses de los involucrados en la empresa.

La ética de empresa y la ética de la dirección

El concepto de empresa varía de década en década y está desde la que la concibe como una organización que busca satisfacer necesidades pero a la vez obtener ganancias; concebida además como la que persigue un afán meramente de lucro; hasta concebirla como una institución socioeconómica que tiene una serie de responsabilidades con la sociedad; como se ilustra a continuación:

 

Fuente: Cortina, 2002.

 

Por lo tanto y bajo el enfoque de Adela Cortina, la empresa en una organización, es decir, tiene un tipo de entidad que se distiende en pasado, presente y futuro y que no se reduce a la suma de sus miembros sino que aparte ha de cumplir unas funciones y asumir claras responsabilidades sociales.

En el siguiente cuadro se ilustra las responsabilidades de la empresa para con la sociedad.

 

CRITERIOS DE EFECTIVIDAD Y VALORES DE LOS GRUPOS
DE INTERÉS DE LA ORGANIZACIÓN

GRUPO DE INTERÉS CRITERIOS DE EFECTIVIDAD ESCALA DE VALORES QUE INTEGRAN LA FILOSOFÍA DE LA ORGANIZACIÓN
ACCIONISTAS RETORNO SOBRE LA INVERSIÓN RENTABILIDAD JUSTA
EMPLEADOS SATISFACCIÓN, REMUNERACIÓN RESPETO-PARTICIPACIÓN
CLIENTE CALIDAD DE PRODUCTOS Y SERVICIOS NEGOCIOS TRANSPARENTES
INSTITUCIONES DE CRÉDITO HISTORIAL CREDITICIO NEGOCIOS, JUSTOS, TRANSPARENTES, CUMPLIMIENTO
SOCIEDAD CONTRIBUCIONES RESPONSABILIDAD SOCIAL
PROVEEDOR TRANSACCIONES SATISFACTORIA REGLAS CLARAS HONESTIDAD
GOBIERNO APEGO A LEYES Y NORMAS PAGO OPORTUNO DE IMPUESTOS

 

Toda dirección tanto pública como privada debe considerar los siguientes valores que le permitirán ser más eficiente en sus funciones administrativas y organizacionales: honestidad, dignidad, respeto, lealtad, dedicación, eficacia, transparencia y  conciencia para orientar los comportamientos de los individuos.

De esta manera las organizaciones buscan atender niveles crecientes de competitividad, rentabilidad y responsabilidad social; comprendiendo esta última la valorización de sus empleados, la salud, la seguridad, el medio ambiente y la contribución a las regiones en donde opera sus negocios.

Conclusiones

Los empleados de las organizaciones deben asumir el compromiso de actuar en los ámbitos referidos a Relación en el Trabajo, Relación con la Sociedad y Comportamiento Ético, de acuerdo con lo siguiente:

1. Relación en el Trabajo

1.1. En el ejercicio del cargo o función:

  • Buscar mejor resultado para la organización, manteniendo siempre una actitud transparente, de respeto y colaboración con quienes interactúan.
  • Desempeñar las funciones con espíritu emprendedor, superando desafíos y orientándose a proteger los intereses de la organización.
  • Desarrollar las tareas según los objetivos de la organización, sin usar el cargo, función, actividad, bienes, posición o influencia para obtener beneficios personales o para otros.
  • Realizar el trabajo sin crear situaciones ficticias que induzcan a sobrevalorar el actuar profesional.
  • Ejercer  atribuciones con efectividad, eliminando situaciones que lleven a errores o atrasos en la prestación del servicio sea éste público o privado.
  • Mantener la confidencialidad de toda la información a la que se acceda en las tareas, de acuerdo a las normas de la organización.
  • Asegurar un uso eficiente de los bienes e información, y procurar que los registros e informes sean confiables y precisos, de acuerdo a los fines legítimos de la organización, sin alterar ni falsear el contenido de un documento, información o dato.
  • Preservar el patrimonio de la organización, traducido en términos de equipamiento, material, información tecnológica y estratégica, y facilidades operacionales.
  • Promover acciones que permitan mejorar la comunicación interna, entendiéndola como una herramienta de gestión.
  • Poner énfasis en la integración y el desarrollo del trabajo en equipo.

Las empresas tienen un papel que desempeñar en el mejoramiento de la vida de todos sus clientes, empleados y accionistas, compartiendo con ellos la riqueza que han creado. También los proveedores y los competidores deben de esperar que las empresas cumplan con sus obligaciones en un espíritu de honestidad y justicia.

Como ciudadanos responsables de las comunidades locales, nacionales, regionales y globales donde operan, las empresas comparten una parte en la formación del futuro de esas comunidades.

Las empresas deben de reconocer que la sinceridad, franqueza, veracidad, cumplimiento de promesas y transparencia contribuyen  no sólo a su propia credibilidad y estabilidad, sino también a la afabilidad y eficiencia de las transacciones de negocios, particularmente a nivel internacional.

Las compañías deben de respetarlas reglas nacionales e internacionales. Adicionalmente, deben reconocer que cierto comportamiento, aun legal, puede tener consecuencias adversas.

Bibliografía

CORTINA, A. (2002). Ética de la empresa. (5ª edición) Mc. Graw Hill. (p. 189, 216 y 316). México.

CRESPO, M. (2003). Lo Ético de la Ética Empresarial. Revista Venezolana de Gerencia, No. 22, abril-junio, 2003. (p. 308). Venezuela.

ESCOBAR, G.  (2008). Ética.  (8º Edición). Mc Graw Hill. (pp. 16, 48 y 138) México.

HERNÁNDEZ, A. & LÓPEZ, A. (2006) Ética actual y profesional. Editorial Thomson. México.

KLIKSBERG, B. (2003). La Ética Importa. Revista Venezolana de Gerencia, vol. 8, No. 24, octubre-diciembre, 2003. (p. 661). Venezuela

THOMAS, S., BATEMAN, S. & SNELL, A. (2008). Administración una ventaja competitiva. (6º  edición) Mc. Graw Hill. (pp. 162). México.



[a]Profesor Investigador de la Licenciatura en Administración de la Escuela Superior de Tlahuelilpan