La obra hidalguense de Roberto Cueva del Río: “El Nacimiento de Ciudad Sahagún”.

Resumen

Aunque Roberto Cueva del Río fue uno de los últimos grandes muralistas mexicanos, su obra es de las menos conocidas y valoradas, al menos localmente. En Hidalgo dejó tres hermosos murales, el presente ensayo da cuenta de uno de ellos, que refleja magistralmente uno de los momentos más importantes de la historia de México del siglo XX.


Palabras clave: Roberto Cueva del Río, Muralismo Mexicano, Ciudad Sahagún.

Abstract

Even Roberto Cueva del Río was one of the last great Mexican muralists, his work is less known and appreciated, at least locally. In Hidalgo he left three beautiful murals, the present essay results of one of them, who masterfully reflects one of the most important moments in the history of twentieth-century Mexico.


Keywords: Roberto Cueva del Río, Mexican Muralism, Ciudad Sahagún.

Introducción

Rodolfo Roberto de la Cueva del Río, mejor conocido como Roberto Cueva del Río, nació el 28 de abril de 1908 en la ciudad de Puebla. A los seis años llegó a radicar a la ciudad de México con sus padres y hermanos. Ingresó a trabajar en el taller de dibujo del periódico Excélsior en 1923, al lado de Ernesto García Cabral. Entre 1924 y 1928 realizó estudios de pintura en antigua Academia de San Carlos, y tuvo como maestros a Germán Gedovius, Leandro Izaguirre y Alfredo Ramos Martínez. Participó como maestro de dibujo en las Misiones Culturales de la entonces Secretaría de Educación.[1]

A partir de 1926 inició su labor profesional pintando murales en algunas escuelas primarias públicas. Se conserva una carta de 1930 en la que el entonces director de la Escuela Nacional de Bellas Artes, -nada menos que Diego Rivera-, lo recomienda ante el gobierno de Puebla para viajar al extranjero y pintar los murales de la embajada de México en Washington. Esta carta muestra la influencia del gran pintor guanajuatense sobre el poblano. De hecho hay quien lo considera como uno de sus discípulos más brillantes.

El periódico El Nacional, en una nota publicada el 19 de junio de 1934, dio cuenta de la gran presencia de Roberto Cueva en el panorama artístico de aquel entonces: "Está entre nosotros, el notable pintor mexicano Roberto Cueva del Río […] el fresco que realiza […] en la Embajada [de México en Estados Unidos] será el más grande del mundo, ya que los muros que rodean la escalera central del edificio tienen una solución de continuidad pictórica e ideológica desde el arranque hasta el techo. Forma con Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, el cuadrángulo de nuestros máximos artistas del pincel que se han impuesto en el extranjero."

No haremos aquí una reseña de toda su obra que es muy vasta, pero sí destacamos que en 1942 fue designado Director de la Escuela Nacional de las Bellas Artes, de la Universidad Nicolaíta de la Ciudad de Morelia. Este notable pintor falleció en 1988 a la edad de 80 en la ciudad de México, por un accidente en su propio domicilio.

La obra hidalguense de Roberto Cueva del Río

Cueva del Río realizó tres murales en cubos de escalera de edificios públicos hidalguenses. De ellos, a la fecha sólo existe el estudio de uno.[2] El presente escrito pretende dar cuenta de uno más, y dejaremos el tercero para una publicación futura.

El primer mural de Roberto Cueva del Río en Hidalgo se encuentra en el edificio del Patrimonio indígena del Valle del Mezquital en Ixmiquilpan, fue realizado en 1955. Aunque está en regulares condiciones, es el más abandonado de los tres. El segundo es el más conocido por el lugar en el que se encuentra: el cubo de la escalera del claustro principal del ex convento de San Francisco de Pachuca, actualmente Centro de las Artes de Hidalgo. El tercero se encuentra en la escuela primaria Fray Bernardino de Sahagún, en Ciudad Sahagún; fue realizado en 1958.  Los tres murales fueron pintados durante la administración del gobernador Quintín Rueda Villagrán, quien seguramente sufragó los gastos.

En este ensayo haré una breve descripción del mural de la escuela primaria Fray Bernardino de Sahagún donde realicé mis estudios primarios. Desde los seis años de edad y durante seis años, observé diariamente este hermoso mural que siempre me causó una gran impresión.

El Nacimiento de Ciudad Sahagún

Ciudad Sahagún fue un proyecto industrial realizado por el presidente Miguel Alemán Valdés en el  Estado de Hidalgo. El entonces gobernador de esta entidad, Quintín Rueda Villagrán, influyó para que el sur-oriente del estado  –en ese tiempo conocido como Valle de Irolo en el actual municipio de Tepeapulco-, fuera elegido para su edificación. Argumentó entre otras cosas la ubicación estratégica, la existencia de vías férreas y eléctricas, la abundancia de mantos acuíferos y que el proyecto beneficiaría a la población rural de la región - ancestralmente pobre- descendiente de los peones  de las haciendas magueyeras, que otrora habían dado importancia económica a la región. El proyecto consistió básicamente en crear una zona industrial y una ciudad para los trabajadores. Tres fueron las empresas originalmente creadas a partir de 1952: Constructora Nacional de Carros de Ferrocarril (CNCFSA), Siderúrgica Nacional (SIDENA) y Diesel Nacional (DINA). En su nombre, estas empresas expresan claramente la intención de ser industrias del gobierno y con una proyección nacional para cubrir las necesidades (principalmente de transporte) en el México de mediados del siglo XX,  que veía en la industrialización la solución a gran parte de sus problemas y como un inconfundible eco –de los últimos por cierto- de la Revolución Mexicana. Tres décadas vivió Ciudad Sahagún los beneficios del proyecto: empleo bien remunerado, servicios urbanos de calidad y espacios y alicientes para el deporte y la cultura. Sin embargo, a partir de 1982, México asume los postulados neoliberales e inicia la venta de las empresas del entonces llamado Combinado Industrial Sahagún.

Al terminarse de construir la principal escuela primaria (que toma el nombre de la ciudad y del ilustre franciscano que inició la ciencia antropológica a unos cuantos metros de ahí), el gobernador encargó a Cueva del Río decorar el cubo de la escalera con el tema del nacimiento de la ciudad, como cereza del exquisito pastel recientemente cocinado.

Descripción del Mural

La obra se encuentra en muy buen estado de conservación por estar dentro del cubo de la escalera y protegido por una reja metálica en su parte baja. En la parte superior izquierda (desde el punto de vista del espectador), se aprecia la cabeza de uno de los atlantes de Tula que tapa parcialmente la vista de la pirámide de Tlahuizcalpantecutli donde actualmente se encuentran.[3] Junto a ella se perfila el rostro en piedra de Quetzalcóatl, una de las principales deidades, no sólo tolteca, sino Mesoamericana. Una especie de mano de chango hidráulica que representa la industria metalmecánica y que en su interior contiene algunos edificios construidos en esa época en Ciudad Sahagún, separa a Quetzalcóatl del león español, que hace referencia a la provincia de León, España, en la que se encuentra el pequeño pueblo de Sahagún, lugar de nacimiento de Bernardino de Ribera, quien al profesar como seráfico tomó el nombre de su pueblo natal, como se acostumbraba en aquella época.[4] Continuando a la derecha se aprecia la entrada al atrio y la parte superior del ex convento franciscano de Tepeapulco donde Sahagún (el fraile que aparece a la derecha escribiendo los "Primeros Memoriales") vivió entre 1558 y 1560. Los Primeros Memoriales son la base de la "Historia General de las cosas de la Nueva España" que con el llamado "Códice Florentino" que la complementa, son la mayor obra etnográfica acerca del México prehispánico, escrita por Fray Bernardino de Sahagún con base en entrevistas con los ancianos informantes de Tepeapulco. Por este trabajo, el historiador mexicano Miguel León Portilla propuso considerar a Tepeapulco como la Cuna de la antropología en el Nuevo Mundo, por haberse realizado allí por primera vez un estudio con características de investigación científica, mucho antes de que la antropología existiera como ciencia. Atrás y a la derecha de Sahagún, se aprecia una arquería que representa al acueducto que los francisanos construyeron entre 1541 y 1545 para llevar agua a Tepeapulco desde la comunidad de Alcantarillas, hoy municipio de Apan. Esta obra hidráulica se construyó antes que el famoso acueducto del Padre Tembleque, declarado recientemente Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Estas referencias pictóricas del pasado están separadas del presente -representado en primer plano-, por los cerros que limitan por el oriente y norte a Ciudad Sahagún, el Santana (cuyo nombre original era Tepepul (Cerro grande) y el Xihuingo ( Donde se calcula el año), ambos en náhuatl.[5]

A continuación aparece Ciudad Sahagún en su diseño original, concebido y realizado por los arquitectos Carlos Lazo y Teodoro G. de León (los mismos que construyeron Ciudad Universitaria reconocida como patrimonio mundial por la UNESCO en 2007), entre otros. La vista que representa Cueva del Río (realista pero no del todo exacta) es desde el poniente y están representadas las cinco colonias originales: Abecedario, Carros de Ferrocarril, Sidena, Dina e IMSS. En la parte baja (hacia el poniente) se representaron los edificios que proveían los principales servicios a la comunidad: escuelas, cines, parques, correos y telégrafos, la iglesia y algunos edificios multifamiliares. Sobre la ciudad, figuran lo que parecen ser enormes raíces  -o venas-  rojizas, que enlazan la ciudad y el cielo, el pasado y el presente; aportan savia  –o la extraen-, a la o de la magna obra, ciudad modelo, tal vez inspirada en ideas utópico-socialistas, como lo fue la propia Revolución Mexicana.

En la parte baja del mural figuran muchos personajes, probablemente algunos reales que valdría mucho la pena identificar. Los primeros -de izquierda a derecha- parecen ser ingenieros y trabajadores de las fábricas que revisan un plano; a continuación una mujer con raqueta de tenis y un basquetbolista con el torso desnudo; más adelante una familia de cuatro personas: el papá (obrero) y su esposa cargan un niño pequeño y desnudo que observa impresionado la ciudad, al tiempo que es observado por su hermanita que sonríe y abre los brazos. A continuación una escena escolar: una mujer con un libro en la mano, un maestro que manipula un globo terráqueo, un obrero también estudiante y niños con libros en las manos y mochila a la espalda. Esta sección termina con un trabajador que probablemente dejó las actividades agrícolas para convertirse en obrero, pues lleva un machete y lo que parece ser un acocote, instrumento para extraer el aguamiel del maguey, planta característica de la región.

En la parte baja, más difícil de visualizar por la reja metálica, una pareja se divierte cantando y tocando la guitarra, dos hombres manipulan un autobús a escala (tal vez un juguete, tal vez un prototipo de los que ahí se construyen) y junto a ellos se aprecia lo que puede ser un motor o una máquina de coser como las que se hacían en Siderúrgica Nacional, cuyo nombre original fue Toyoda de México. Al centro de la composición, una familia de seis miembros y su perro echado, alrededor de una televisión cuya pantalla muestra el título del mural: "Nacimiento de la ciudad industrial de Sahagún Hgo. 1952". Finalmente, en la parte inferior derecha y sobre una penca de maguey, el nombre del autor del mural y la fecha de realización: R. Cueva del Río, 1958.

Conclusiones

La destreza y calidad del oficio del pintor son innegables. Su propuesta artística corresponde perfectamente con el Movimiento Muralista Mexicano que logró un prestigio a nivel internacional por su carácter social y humanista, con artistas de la talla de Diego Rivera o David Alfaro Siqueiros; que se afirma en la grandeza de México y en su inagotable riqueza histórica. Si bien se trata de una iniciativa oficial, corresponde a una época en la que lo oficial era aún en beneficio de la nación y de los trabajadores, y no de las entidades trasnacionales como lo es ahora. Para realizar su obra, el autor se documenta perfectamente del pasado de la región y  del país, y retrata de manera magistral los conceptos de nación, soberanía e identidad, con base en hechos que no se quedan en el discurso, pero que ahora son nostalgia.  

Por encontrarse en el cubo de la escalera de la escuela primaria, este mural es desconocido para muchas personas, incluso habitantes de la propia Ciudad Sahagún. Manifiesta un hecho aparentemente local, pero es un reflejo nítido uno de los momentos más luminosos del estado de Hidalgo y del país en su abandonado proyecto de entidad soberana, y constituye con los otros tres murales de Roberto Cueva del Río, un patrimonio de gran valor artístico y social.

Referencias bibliográficas

Lorenzo Monterrubio Carmen. “El mural de la Escuela de Artes del Estado de Hidalgo”, en Presencia de Hidalgo en museos de Europa y América, México, Gobierno del Estado de Hidalgo, Pachuca, 2004.

Escorza Rodríguez Daniel y Eladio Vera Trejo, Los colores de nuestra historia, el mural del Centro de las Artes, Pachuca Hidalgo, Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo, Pachuca, 2014.

León Portilla Miguel, Bernardino de Sahagún, pionero de la Antropología, UNAM, México, 1999.



[1] Carmen Lorenzo Monterrubio. El mural de la Escuela de Artes del Estado de Hidalgo, en Presencia de Hidalgo en museos de Europa y América, México, Gobierno del Estado de Hidalgo, 2004, p. 172.

[2] Daniel Escorza Rodríguez y Eladio Vera Trejo, Los colores de nuestra historia, el mural del Centro de las Artes, Pachuca, Hidalgo, Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo, 2014.

[3] Durante las excavaciones dirigidas por Jorge R. Acosta se encontraron fragmentados, enterrados en la base de la pirámide.

[4] Miguel León Portilla, Bernardino de Sahagún, pionero de la Antropología, UNAM, 1999.

[5] Este nombre hace alusión al sitio teotihuacano llamado Tecolote I o Xihuingo, a los pies del mismo cerro, donde además de una pirámide de evidente filiación teotihuacana, se encuentran pinturas rupestres y una gran cantidad de marcadores pétreos que cumplían funciones de registro astronómico.

[a] Profesor investigador del IA de la UAEH.


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