Identificación de un grabado original

Resumen

Resumen: El mercado del grabado siempre ha estado relegado de las “artes mayores”; sin embargo, desde el florecimiento de su comercio en Europa, los artífices de esta técnica se vieron en la necesidad de establecer nuevas reglas de operación para darle validez como obra de arte. Muchas de estas regulaciones fueron establecidas en el Congreso de Viena de 1960 y algunas otras, acordadas en los encuentros sucedidos en Quebec de 1982 y en Venecia de 1991.


Palabras clave: grabado, estampa original, edición, reproducción, mercado de arte múltiple.

Abstract

The market recorded always been relegated to the "major arts"; however, from trade to flourish in Europe, the architects of this technique were the need to establish new rules of operation in order to validate as artwork. Many of these regulations were established at the Congress of Vienna of 1960 and some others, agreed in the meetings that took place in Quebec, 1982 and in Venice, 1991.


Keywords: engraving, original print, editing, playback, multiple art market.

Desde el siglo XV, para que un grabado fuese considerado original, éste debía contener la firma autógrafa del artista que la hizo; por ello, artistas como Durero, Shonhauer o Cranach, firmaban sus placas con un monograma[1]. De esa manera, los conocedores del grabado detectaban una imitación o falsificación.

Monograma de Durero

Si bien, el grabado desde una perspectiva clasicista siempre ha estado relegado de las artes mayores (pintura y escultura); ya que era considerado una técnica de reproducción de originales, subsidiaria de la pintura y del dibujo. No obstante, es hasta el siglo XVII, cuando el grabado comienza a liberarse de su vínculo con la edición másiva para incorporar nuevos procedimientos y técnicas de creación; siendo la perfección del oficio y la libertad de ejecución de algunos artistas grabadores, lo que hizó que se le considerara una pieza original, alcanzando la categoría de obra de arte.

Así, en el siglo XVIII y, específicamente, en 1735, el comercio de grabado experimentó una gran expansión por toda Europa y, como consecuencia, se promulgó una ley para proteger la propiedad artística y favorecer la exportación. Sin embargo, esto no impidió que alrededor del grabado se crearan dos mercados paralelos; uno para la burguesía, que suponía la reproducción de grabados de buen gusto, reducidos a la colección; y otro para la clase popular, dedicado a la imagen gráfica producida en serie para su masificación.

Para el siglo XIX, algunos artistas de gran renombre realizan sus composiciones en papel, que después eran trasladadas por un artesano fino a la plancha. Esto suponía que debían aparecer los dos nombres de los ejecutantes: por un lado, el del creador original, y, por el otro, el del experto grabador. En ese sentido, al calce inferior izquierdo aparecía el nombre del autor original del dibujo, seguido por las palabras en latín: pínxit ó delineavit que quiere decir pintó ó dibujó; y, a mano derecha aparecía el nombre del ejecutor, seguido por sculpsit, incisit ó fecit, es decir, esculpió ó ejecutó; mientras que el editor del tiraje se hacía constar como excudit. La mayoría de estos datos los vemos señalados entre los grabados del siglo XVII y XIX. Aunque, aún es común encontrarse con grabados realizados entre un artista y un grabador; en este caso, lo ideal es hacer constar tanto el nombre del artista como el del grabador.

Por otro lado, en el siglo XIX, las impresiones eran limitadas y sólo la calidad de la plancha determinaba cuando ya no era conveniente seguir imprimiendo por el grado de desgaste de la misma. Por lo tanto, eran los salones de estampas o calcografías del Museo de Louvre en París y/o el de Calcografía de Madrid, que junto con la aprobación de un comité central, solían autorizar nuevas impresiones. Y fue con el desarrollo de los medios de reproducción fotomecánica cuando se hizo aconsejable que los artistas firmasen cada uno de los ejemplares con su propia mano.

En la actualidad, el artista insiste en autentificar cada estampa con su autógrafo en lápiz; aunque el impresor no aparezca, o bien, solo ponga su monograma realzado en papel. Sin embargo, todos los datos que hacen constar si es original, deben hacerse con lápiz, poniendo al calce izquierdo la numeración de la estampa señalada por medio de un quebrado (1/5); al centro, el titulo de la obra deberá ir entrecomillado o en cursivas y, en el calce derecho, la firma autógrafa del artista con la fecha (anteriormente, cuando el artista era quien personalmente se encarga de la impresión, la palabra imp debía escribirse debajo de la firma). Ahora bien, el hecho de que se haga con lápiz y no con tinta, responde principalmente a la conservación de la obra; ya que, de esa manera, la estampa se mantiene inalterable ante el paso del tiempo y la mantiene alejada de una previsible restauración; además de que posibilita la rectificación en la numeración y/o en la firma del artista.

Los círculos marcan las zonas donde se acostumbra colocar el cuño seco del taller o del impresor

En lo que respecta a la obra gráfica, toda estampa original pertenece a una edición limitada; por lo tanto, exige que todos sus ejemplares estén numerados y certificados con la firma del artista, del impresor y/o del editor (si es que lo hubiese). De modo que, tanto el artista como el impresor y/o el editor están obligados a supervisar el tiraje; ya sea para aprobar o rechazar a su juicio las impresiones que certifican su participación como para determinar junto con el cliente, el número de impresiones que pondrán a la venta y el momento en que se termina la edición.

De esta manera, en una edición original limitada siempre es común encontrar una cantidad de pruebas que se consideran parte de la edición gráfica. A continuación describiré brevemente cada una de ellas[2], como parte de los acuerdos a los que se llego en los distintos Congresos y Encuentros Internacionales sobre Grabado, celebrados en Viena, en 1960; en Nueva York, en 1961; en Québec, en 1982 y en Venecia, en 1991. No obstante, hay que considerar que muchas de estas siglas fueron denominadas en francés o en inglés; por lo que, serán pertinentes y lícitas todas las traducciones que se hayan hecho posteriormente. A continuación enlisto cada unas de las pruebas con las que debe contar una edición:

  • PRUEBA DE ESTADO (P/E; P/E I; P/E II;…) Son las estampas que se tiran durante el proceso del trabajo, y puesto que llevan el control en el desarrollo de la plancha no están terminadas. De estas pruebas se puede decir que son únicas por lo que tienen un gran valor para los coleccionistas, ya que funcionan casi como un boceto en proceso.
  • PRUEBA DE ENSAYO (Prueba de ensayo I, Prueba de ensayo II) Son las estampas que el artista o impresor realiza, una vez que se haya concluído la imagen para hacer pruebas de color, verificar la viscosidad de la tinta, el desentrapado y el papel definitivo para la edición.
  • PRUEBA AVANT LA LETTRE (A/L) Son las pruebas de estado sin texto, que indican que fueron las primeras en estamparse antes de imprimir el título o la leyenda. Otras siglas que pueden encontrarse son A.P.D.R. ó C.P.R. (Cum Privilegis Regis) que anteriormente servían para proteger a los grabados de la censura. En estampas antiguas aparecían textos que normalmente se grababan después de la imagen, por lo que su número es muy restrigido. En la actualidad no es una práctica muy común, pero advierte sobre el derecho que se reserva el artista para realizar futuras ediciones fotomecánicas; sobre todo, si fuera a utilizarse como cartel.
  • PRUEBA ÚNICA (P/U) Indica la única prueba que se ha sacado o que se conoce de una plancha o matriz
  • PRUEBA DE ARTISTA (P/A; P/A I; P/A II) Son las estampas definitivas que imprime el propio artista antes de efectuar la edición numerada y no deben exceder del 10% del total de la tirada. Son pruebas que son comercializadas por el artista; por lo que, llevan su firma y, en algunos casos, se numeran con cifras romanas (I/III; II/III; III/III).
  • PRUEBA DE PRESENTACIÓN Esta prueba se realiza cuando el artista desea mostrarla a un amigo o colaborador antes de imprimir toda la edición; si la impresión forma parte de las pruebas de artista entoncés será firmada como tal; pero en el caso de que no, se firmara como Prueba de presentación
  • ESTAMPA APROBADA PARA EDICIÓN E.A.P.E. Es una prueba en la que el artista específica por escrito cambios menores y/o correcciones a realizarse (en el caso que las haya). La diferencia entre la Estampa aprobada para edición y la Bon á tirer es mínima, puesto que el impresor no puede aceptar una aprobación para la edición si la estampa necesita cambios importantes en la imagen y/o en el color.
  • PRUEBA BON A TIRER (B.A.T.) Cuando el artista ha acabado de trabajar la matriz, tira una prueba y si el artista junto con el impresor y/o editor la aprueban, ésta servirá como estándar de cálidad para el tiraje definitivo; por lo que, deberá anotar en ella Bon à tirer, Bon A Tirer, B.A.T., ó P/F (Prueba Fina en España). Dicha copia se entrega al impresor para que sirva como guía y el nivel de fidelidad a cubrir. Sólo existe una Bon à tirer por edición; por lo tanto, deberá ir firmada por el artista y sin numerar.
  • PRUEBA DE IMPRESOR (P/I) Son aquellas pruebas reservadas al impresor, son firmadas por el autor y la cantidad es determinada entre el editor y el artista. Su numeración se realiza en cifras romanas (I/III; II/III; III/III)
  • PRUEBA DE TALLER (P/T) Son aquellas estampas que se realizan para probar las tintas, papeles, desentrapados, ajustar la prensa y sólo contienen las iniciales del artista. Algunos talleres imprimen cinco pruebas de taller como parte de cada edición y, generalmente, se usan para la difusión, publicidad, exhibición, para obtener fotografías y/o para estudios posteriores .
  • PRUEBA FUERA DE COMERCIO (F/C)  Son aquellas estampas que, como indica la expresión, no son venales. Se las reservan los artistas y los impresores. Aunque también se les conoce con el nombre de Hors Commerce (H/C); Exhibition Copy(E/C). Escrita en ambas formas, significa Prueba fuera de comercio; es decir, aquella que se exhibe o regala a una persona, organismo o institución pública o privada. Generalmente se imprime el 5% del tiraje definitivo; son firmadas por el artista y su numeración se escribe es en cifras romanas (I/III; II/III; III/III)[3]
  • PRUEBA DE PUBLICACIÓN Se realizan de una a tres estampas con el propósito de ventas, estas piezas no llevan ni firma ni sellos; son marcadas con tinta indeleble y con la leyenda Prueba de publicación, no a la venta. Su cancelación se hará cortando la esquina del papel o perforando la imagen. Estás estampas serán destruídas una vez que hayan cumplido su propósito.
  • ESTAMPA DE DOCUMENTACIÓN Esta estampa se imprime cuando no exista una edición numerada y sólo se tienen pruebas, o cuando el Taller elige no imprimir las Pruebas de taller
  • TIRAJE DEFINITIVO Son las estampas originales puestas en el mercado como parte de la edición y, todas deberán ser similares y/o comparables a una Bon á tirer. La cantidad se establece por el editor y el artista. Todas las estampas que pertenecen a la edición llevan la firma de ambos; son numeradas con cifras arábigas mediante una fracción de quebrado, cuyo denominador será el total de la edición, mientras que el numerador indicará el número de la impresión (1/10; 1/50; 1/100). Así, un ejemplar con la numeración 1/10 es la primera impresión de una edición de diez grabados.

En la actualidad, un tiraje bueno y razonable es de 75 a 150 ejemplares, aunque hay tirajes muy exclusivos de 25 o 50 estampas y otros entre 150 y 300 piezas. Sin embargo, es el artista y su cliente (que generalmente es una galería), quienes deciden la cantidad de copias de una plancha o juego de planchas. En ese sentido, la numeración supone un control sobre la edición, ya que nos ayuda a identificar, dónde se encuentra y por quién fue adquirida. Por otro lado, existe también la posibilidad de realizar una edición Suite, producida en menor cantidad, pero impresa en un papel diferente al de la edición; se encarpeta con materiales lujosos y su numeración se distingue porque lleva cifras romanas (I/XX; XX/XX). No obstante, todos los datos de la edicicón deben quedar registrados en una ficha técnica o catalográfica, en la que se indiquen las características técnicas, artísticas y el número de ejemplares y pruebas realizadas para su edición. A continuación se muestra un ejemplo de Documentación de la Edición ó Certificado de Estampa.

La documentación de la edición es necesaria, no sólo para saber quién la adquirió y dónde se encuentra, sino también para crear una plataforma de datos que indique la circulación de una obra en el mercado del arte.

En épocas pasadas, era común ver que se realizaran primeras, segundas y terceras ediciones de una misma placa, y sin previa autorización del artista; lo que originaba un descontrol en el mercado y una desconfianza entre los coleccionistas. Por ello, en el Congreso de Viena de 1960, se estableció que cualquier plancha después de haber sido estampada debía ser destruida para dar fin a la edición. De ahí que, algunos artistas hayan rayado, troquelado, agujereado o señalado mínimamente la cancelación de la matriz; sobre todo, para advertir que las estampas eran posteriores a la 1ª edición; de modo que, para cancelar una edución se debe realizar una:

  • PRUEBA DE ANULACIÓN (P/A) ó PRUEBA CANCELADA (P/C) Esta estampa se imprime una vez que es anulada la placa y sirve como evidencia para indicar de que la edición es limitada; por lo que, solo existe una pieza y ésta es firmada por el artista.

Ahora bien, el numerar las estampas responde más a motivos económicos y de control, que al de señalar una cálidad estética en las piezas. No obstante, es común ver como un comprador quiera adquirir los primeros números de la edición, pensando en que al ser las primeras estampas son las mejores y, por lo tanto, las más valiosas; sin embargo, esta numeración no tiene por qué coincidir con el orden en el que fueron estampadas, ya que hoy en día las ediciones deben mantener una estabilidad entre la primera y la última estampa, conservando un nivel de calidad similar, que es constatado por la firma del artista.

De cualquier modo, existen también una serie de parámetros que le dan la valoración económica a un grabado, como es: el tamaño, la técnica, la cálidad en la estampación, la temática, la aparición de contrafirmas o dedicatorias de artistas y el trabajo colaborativo entre un artista, grabador e impresor. En ese sentido se debe considerar que el tamaño determinará un mayor coste; así también, la ejecución de la técnica, la perfección del oficio, la dificultad en los trazos y la aportación iconográfica; y, con respecto, al trabajo realizado por un artista, como grabador e impresor también influye en la valoración de una pieza.

Por su parte, los parámetros que pueden hacer que baje el coste de un grabado son: las manchas de humedad y hongos en el papel; manchas de acidez en los cártones; restauraciones incorrectas; poca cálidad en el uso del papel, suciedad en la estampa; escasa tinta en la impresión y/o trazos; y el papel maltratado por arrugas, rasgasdos, dobleces, agujeros, etcétera.

En ese sentido, se debe considerar que una Grabado Original ó Estampa Original debe estar impreso en un papel con un gran porcentaje de algodón en sus fibras, lo que permitirá una mejor recepción de tinta y un mejor acabado en su estampación. Algunas marcas de papel con un excelente gramaje son:

  • Michel 240 g/m
  • D’Arches 160, 200, 250, 270, 300, 400 g/m
  • Velin Johannot 165, 200 g/m
  • RivesBFK 180, 210, 250, 270, 280, 300 g/m
  • Hahnemühle 150, 200, 230, 300, 350 g/m
  • Deponte 200, 230, 300 g/m
  • Guarro Super Alfa 250, 300 g/m
  • Fabriano 200, 300 g/m
  • Liberón 230, 300 g/m
  • Otros papeles son: American, Kupferdruck etching paper, Duch Etching, Fabriano, Italia, Suzuki, Murillo, Plate, Sthonchenge, Bookingford, Tiepolo, Van Gelder

Hasta aquí, algunas anotaciones sobre lo que es considerado un Grabado Original perteneciente a una Edición Limitada. Cabe mencionar que, la mayorías de estas defiiciones han sido tomadas del Tercer Congreso de Artistas realizado en Viena, en septiembre de 1960. En el que no sólo se establecieron un conjunto de procedimientos y reglas bajo las cuales debe operar el mercado del arte múltiple, sino también fueron considerados aquellos tirajes que no deben ser clasificados como estampas originales, los cuales son definidos como:

  • Copias de trabajos originales de arte por procedimientos fotomecánicos, mecánica cualquiera, aunque sea ediciones limitadas y lleven la firma del artista cuyo trabajo ha sido reproducido.
  • Estampas que puedan ser descritas como copia pareja o literal de un trabajo original de arte, este como este reproducido.[4]

Por último, es indispensable diferenciar dos términos en el terreno de la gráfica, por un lado, el de Estampa Original y, por el otro, el de Reproducción. La primera se refiere al trabajo que el artista ejecuta sobre una plancha, esténcil, piedra, placa o matriz para producir una obra múltiple de edición limitada, mientras que la Reproducción nos refiere al caso en que el artista hace un dibujo y el impresor lo reproduce por medios fotográficos o artesanales. En este caso, se debe revisar el Código de Ética del Arte Múltiple.

BIBLIOGRAFÍA

A.A.V.V. Diccionario Enciclopédico. El pequeño Larousse Ilustrado, Colombia, Ediciones Larousse, 2003

Ávila, Plinio, “Museograbado” en Taller de Administración, Difusión y Venta de la Gráfica, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2013.

Botey, Esteve, Historia del Grabado, Madrid, Editorial Labor, 1997.

Dawson, John, Guía Completa de Grabado e Impresión, Madrid, Blume, 1982.

Devón, Marjorie, “Edition Document” en Tamarind Institute, Albuquerque, University of New Mexico, 2015.

Martínez Moro, Juan, Un Ensayo sobre Grabado, Santander, Creática Ediciones, 1998.

Rubio Martínez, Mariano, Ayer y Hoy del Grabado y Sistemas de Estampación. Conceptos fundamentales, historia y técnica, Tarragona, Torrado, 1979.

Tallman, Susan, The Contemporary Print; from Pre-Pop to postmodern, London, Thames and Hudson. 1996.

REFERENCIAS ELECTRÓNICAS

Benavidez, Alfredo, Código de Ética de la Obra Múltiple [Blog Internet]. Argentina: Benavidez A, 2011 may [consulta nov/2015]: Disponible en: http://elcodigodelaobramultiple.blogspot.com.es

Bernal Pérez, María del Mar, La firma y numeración de estampas [Blog Internet]. España: Bernal M, 2012 sep [consulta nov/2015]: Disponible en http://tecnicasdegrabado.es/

Bernal Pérez, María del Mar, El congreso de Viena de 1960 [Boletín Informativo BIAE]. España: Bernal M, 2009 jun [consulta nov/2015]: Disponible en http://tecnicasdegrabado.es/

Entrena Gil, Santiago, La técnica del grabado en el redescubrimiento del antiguo Egipto [Blog Internet]. España: Entrena S, 2010 mar [consulta nov/2015]: Disponible en http://tecnicasdegrabado.es/



[1] Monograma m. Cifra formada con las principales letras de un nombre. Señal o firma abreviada A.A.V.V. Diccionario Enciclopédico. El pequeño Larousse Ilustrado, Colombia, Ediciones Larousse, 2003, pág. 376.

[2] Si desea obtener más información puede revisar el Código de Ética de la Obra Múltiple, escrito por el profesor de Bellas Artes argentino Alfredo Benavidez en http://elcodigodelaobramultiple.blogspot.com.es/2011/05/el-codigo-de-etica-de-la-obra-multiple.html, en donde se abordan todas las denominaciones basadas en el encuentro de Québec de 1982.

[3]Para más información, consulte Bernal Pérez, María del Mar, La firma y numeración de estampas [Blog Internet]. España: Bernal M, 2012 sep [consulta nov/2015]: Disponible enhttp://tecnicasdegrabado.es/

[4] Cfr. M. Rubio Martínez, Ayer y hoy del grabado, y sistemas de estampación. Conceptos fundamentales, historia, técnicas, pág. 280.

[a] Profesora investigadora de tiempo completo del área académica de Artes Visuales del Instituto de Artes de la UAEH.


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