Conductas alimentarias de riesgo en preadolescentes de una Escuela Primaria Privada de Pachuca, Hidalgo

Risky eating behaviors in early adolescent from Pachuca, Hidalgo

RESUMEN

El objetivo de este estudio fue determinar la prevalencia de conductas alimentarias de riesgo en alumnos de quinto y sexto de primaria de una escuela privada de Pachuca de Soto, Hidalgo. Es un estudio transversal, no probabilístico, en una muestra de N=109 preadolescentes en un rango de edad de 9 a 12 años (= 10.25 años, DE= 0.67). Se utilizó la Escala de Factores de Riesgo Asociados con Trastornos de la Alimentación (EFRATA-II) [10]. Se encontraron porcentajes relevantes en la muestra de niños, respecto a las niñas, que practican conductas alimentarias de riesgo (CAR).

Palabras clave: Conductas Alimentarias de Riesgo, Preadolescentes.

ABSTRACT

In this research the objective is established to determine the existing of risky eating behaviors in students of fifth and sixth grade from a private elementary school in Pachuca de Soto, Hidalgo. It is a cross-sectional study with non – random sample. In the sample N= 109 early-adolescents aged from 9 to 12 years (= 10.25 years, SD= 0.67). The data was collected through the instrument: Risky Factors Associated to Eating Disturbances Scale (RFAFDS-II) 10. The results showed important percentages in the sample of boys over girls practicing the risky eating behaviors.

Key words: Risk Behaviors for an Eating Disorder, Early Adolescent.

INTRODUCCIÓN

Se define a la conducta alimentaria como un conjunto de acciones que realiza un individuo en respuesta a una motivación biológica, psicológica y sociocultural, relacionada con la ingestión de alimentos[1], por lo tanto, las CAR se refieren a la alteración de la conducta alimentaria, teniendo como principal objetivo mejorar la figura corporal o la pérdida de peso [2].

Las CAR se vinculan con los trastornos de la conducta alimentarias (TCA) ya que los últimos son un grupo de trastornos psiquiátricos unidos por una conducta alimentaria altamente perturbada y una constelación de rasgos psicológicos y síntomas. Las conductas alimentarias pueden incluir el ayuno y la dieta, atracones, vómito autoinducido, abuso de laxantes, píldoras de dieta y otros medicamentos, así como el uso de ejercicio excesivo para controlar el peso. Los rasgos y síntomas psicológicos incluyen preocupación por el peso, distorsiones de la imagen corporal y actitudes seriamente perturbadas hacia el alimento [3].

A nivel mundial, de acuerdo con Families Empowered And Supporting Treatment of Eating Disorders la tasa de prevalencia de los TCA está incrementando, siendo la anorexia nerviosa la tercera enfermedad crónica más común entre adolescentes. En América, la prevalencia entre adolescentes oscila entre el 3.4 % en mujeres y 1.5% en hombres. Reportes de estudios en Estados Unidos dicen que el 50% de las mujeres de 11 a 13 años de edad se considera con sobrepeso y el 80% de 13 años de edad han intentado bajar de peso[4].

En México, se estima que el 1.3% de adolescentes de 10 a 19 años de edad está en riesgo de tener un trastorno de la conducta alimentaria, siendo más común en las mujeres. La principal conducta de riesgo en mujeres fue la preocupación por engordar, con un 19.7%, mientras que en los hombres la conducta de riesgo más frecuente fue hacer ejercicio para perder peso con un 12.7% [5].

Respecto al estado de Hidalgo, de acuerdo con la ENSANUT Hidalgo el 15 % de los adolescentes mencionan que ha tenido la sensación de no poder parar de comer, el 0.9% ha practicado el vómito autoinducido y el 0.2% han usado conductas compensatorias como el uso de pastillas, diuréticos y laxantes para bajar de peso[6].

Pavana encontró en una muestra de 361 estudiantes (208 mujeres y 158 hombres) de secundaria de Pachuca de Soto, que el 20.2% (11.1% mujeres y 9.1 hombres) indica que a veces ingiere alimentos por compensación psicológica, el 3.6% (1.4% hombres y 2.2% mujeres) Frecuentemente lleva acabo la conducta y el 1.1% (0.3% hombres y 0.83% mujeres) lo realiza Muy Frecuentemente. Respecto a dietas crónicas restringidas se encontró en esta muestra que solo el 5.3% (3.6% hombres y 1.7% mujeres) de los participantes tiene riesgo de presentar esta conducta. Con relación a la preocupación por el peso y la comida, se encontró que el 10.3% (4.4% hombres y 5.8% mujeres) de la muestra total se encuentra en riego y en cuanto a la conducta alimentaria compulsiva o atracón el 5.8% (2.5% mujeres y 3.3%hombres) de los participantes presentan esta conducta[7].

La génesis de las CAR se atribuye a la interacción de múltiples variables tanto biológico-genéticas, como psicológicas y sociales. Toro y Vilardell mencionan que los TCA son resultado de una serie de factores, predisponentes, precipitantes y perpetuantes que interactúan entre sí de un modo específico para desencadenar una enfermedad[8].

La etapa adolecente, es considerada la de mayor riesgo para el desarrollo de un TCA, debido a la convergencia de cambios, tanto físicos como psicológicos que se experimentan [9].

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

JUSTIFICACIÓN

Los TCA son un problema de salud en constante aumento; gran parte de los estudios encontrados se enfocan a los TCA y no a las CAR, por lo que es indispensable dirigir la mirada a estas conductas de tal manera que se tengan bases para el desarrollo de programas preventivos con los cuales se contribuya a disminuir la incidencia de los TCA.

PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN

¿Cuál es la prevalencia de conductas alimentarias de riesgo en alumnos de quinto y sexto de primaria de una escuela privada en Pachuca de Soto, Hidalgo?

OBJETIVO GENERAL

Determinar la prevalencia de conductas alimentarias de riesgo en alumnos de quinto y sexto de primaria de una escuela privada en Pachuca de Soto, Hidalgo.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

Determinar los factores de riesgo asociados con las conductas alimentarias de riesgo de alumnos de quinto y sexto de primaria de una escuela privada en Pachuca de Soto, Hidalgo.

MÉTODO

PARTICIPANTES

La muestra no probalística, intencional, por cuotas quedó conformada por N=109 preadolescentes: n= 55 hombres (50.5%) y n= 54 (49.5%) mujeres estudiantes; n=62 de quinto grado (43.1%) y n= 47 de sexto grado (56.9%) de primaria de una escuela privada en Pachuca de Soto, Hidalgo. El rango de edad osciló entre los 9 y 12 años. La edad promedio de los participantes fue de 10.25 años, con una desviación estándar de 0.67.

INSTRUMENTOS

Se utilizó la Escala de Factores de Riesgo Asociados con Trastornos de la Alimentación (EFRATA-II) validado y construido por Platas y Gómez-Peresmitré, que agrupa 32 ítems para niños y 31 para niñas en los siguientes factores: sobreingesta por compensación psicológica, dieta crónica restringida, conducta alimentaria restringida, conducta alimentaria compulsiva y conducta alimentaria normal. Alfa de Cronbach de .90 para niños y .86 para niñas[10].

PROCEDIMIENTO

Se solicitó la autorización de los directivos de una escuela privada en Pachuca de Soto, Hidalgo, así como de los preadolescentes y el padre/madre o tutor de ellos, para la aplicación del instrumento: EFRATA-II.

RESULTADOS

A continuación se presentan los resultados por factores:

SOBREINGESTA ALIMENTARIA POR COMPENSACIÓN PSICOLÓGICA

Con relación a esta conducta, en la Figura 1, se puede observar que el 73.1% de las mujeres y el 70.2% de los hombres señalaron que Nunca ingieren alimentos descontroladamente para aliviar estados de ánimos desagradables. 26.9% de mujeres y el 29.8% menciona que practica la conducta en algún nivel de frecuencia, ya sea A veces, Frecuentemente, Muy frecuentemente o Siempre, de este porcentaje que practica la conducta en algún grado el 0.5% de mujeres y el 2.5% de hombres señala realizarla Siempre.

DIETA CRÓNICA RESTRINGIDA

En la Figura 2 se puede observar que el 63.2% de mujeres y el 68.9% de hombres señaló la respuesta Nunca. El 36.8% de mujeres y el 31.1% de hombres menciona que realiza la conducta en algún nivel de frecuencia, del porcentaje que realiza la conducta en algún grado el 2.1% de mujeres y el 4.8% de hombres la practica Siempre.

CONDUCTA ALIMENTARIA COMPULSIVA

Respecto a esta conducta se observó que el 78.9% de mujeres y el 70.5% de hombres respondió a la opción Nunca. Por lo que 21.1% de mujeres y el 29.5% de hombres realiza esta conducta en algún grado. De estos últimos porcentajes el 0.7% de mujeres y el 3.4% de hombres la lleva a cabo Siempre (ver Figura 3).

CONDUCTA ALIMENTARIA NORMAL

En este factor se encontró que el porcentaje de mujeres que respondió a la opción Nunca fue de 51.4% y el de hombres 50%. El porcentaje de quienes indican practicar la conducta en algún nivel de frecuencia fue de 48.6% en mujeres y 50% en hombres, de esto el 7.4% de mujeres y el 6.8% de hombres la realiza Siempre (ver Figura 4).

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Los resultados encontrados en este estudio refutan lo que en la mayoría de las investigaciones a nivel nacional han encontrado respecto a las CAR, ya que la presente investigación indica mayor porcentaje de hombres en riesgo de practicar algunas de estas conductas, comparado con el porcentaje de mujeres, en conductas como sobreingesta por compensación psicológica y conducta alimentaria compulsiva; en lo que respecta a la conducta dieta crónica restringida los resultados muestran mayor porcentaje de mujeres en riesgo, sin embargo, se observa que el porcentaje de hombres que indica practicarla continuamente es mayor.

La información encontrada hace ver la importancia de implementar proyectos de intervención preventiva que incluyan el rango de edad estudiado, de tal manera que la probabilidad de desarrollar un TCA sea menor, puesto que esta población está cercana a la etapa adolescente, la cual, debido a los cambios tanto físicos como psicológicos que se presenta, es considerada de mayor riesgo para el desarrollo de un trastorno alimentario. Asimismo, es importante voltear la mirada a la población de hombres, dado que los TCA son considerados en su mayoría como una enfermedad de mujeres.

REFERENCIAS

[1]Lora-Cortez CI, Saucedo-Molina TJ. Conductas alimentarias de riesgo e imagen corporal de acuerdo al índice de masa corporal en una muestra de mujeres adultas de la ciudad de México. Salud Mental. 2006; 29 (3): 60-67.

[2]Saucedo-Molina TJ, Unikel-Santocini C. Conductas alimentarias de riesgo, interiorización del ideal estético de delgadez e índice de masa corporal en estudiantes hidalguenses de preparatoria y licenciatura de una institución privada. Salud Mental.2010; 33 (1): 11-19.

[3]Colton P, Olmsted MP, Daneman D, Rydall A, Rodin GM. Disturbed eating behavior and eating disorders in preteen and early teenage girls with type 1 diabetes: A case-controlled study. Diabetes Care. 2004; 27 (7): 1654-1659.

[4]Families Empowered and Supporting Treatment of Eating Disorders. Eating disorders in international schools. 2012. Disponible en: http://www.feast-ed.org/news/253588/Eating-Disorders-in-International-Schools.htm

[5]Encuesta Nacional de Salud y Nutrición. Encuesta nacional de salud y nutrición resultados nacionales 2012. 2012. Disponible en: http://ensanut.insp.mx/informes/ENSANUT2012ResultadosNacionales.pdf

[6]Ríos C. Distribución de factores de riesgo asociados a trastornos de la conducta alimentaria y su relación con el Índice de Masa Corporal y el rendimiento escolar en estudiantes de una escuela secundaria de Pachuca, Hidalgo [tesis]. México: Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Instituto de Ciencias de la Salud; 2010.

[7]Pavana M. Conductas alimentarias de riesgo en estudiantes de secundaria y prácticas de crianza y alimentación de sus madres, en Pachuca de Soto Hidalgo [tesis]. México: Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Instituto de Ciencias de la Salud; 2012.

[8]Toro J, Vilardell JE. Anorexia nerviosa. 1ᵃ ed. Barcelona: Martínez Roca; 1987.

[9]Unikel-Santocini C, Caballero A. Guía Clínica para Trastornos de la Conducta Alimentaria. En Berenzon S, del Bosque J, Alfaro J, Medina-Mora ME, editores. Guías clínicas para la atención de trastornos mentales. México: Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz; 2010. 1-44.

[10]Platas RS, Gómez-Peresmitré G. Propiedades psicométricas de la Escala de Factores de Riesgo Asociados con Trastornos de la Alimentación (EFRATA II) en preadolescentes mexicanos. Psicología y Salud. 2013; 23 (2), 251-259.

 



[a] Pasante de la Licenciatura en Psicología del Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.

[b] Profesora Investigadora del Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.

Correo de correspondencia: n130993@gmail.com


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