¿La lonchera escolar como puerta de entrada de la salud?

Resumen

El tipo de la alimentación y la frecuencia de la actividad física han cambiado, y a esto se le conoce como transición nutricional, ésta ha tenido un impacto en la población infantil que ha llevado al incremento en la prevalencia e incidencia del sobrepeso y de la obesidad, así como de enfermedades crónicas no transmisibles, que a corto plazo originan otras enfermedades y se resumen en una deficiente calidad de vida y en la disminución de la esperanza de vida.
La realidad nos ha mostrado que el refrigerio es visto por los padres, o responsables de los menores, como un punto a cumplir por el reglamento escolar o para saciar el apetito. Un refrigerio escolar es un tiempo de comida ligera realizada por los niños a la mitad de la jornada escolar diaria, no sustituye al desayuno ni a la comida, teniendo como objetivo principal que el aprendizaje no se vea comprometido por no estar bien alimentados, así como saciar su apetito por el desgaste escolar.
Uno de los retos del nutriólogo es orientar y guiar de manera práctica y eficiente a esas personas encargadas de la alimentación de los escolares, así como tomar con la debida seriedad profesional las recomendaciones específicas que deben darse acerca de la actividad física. Dentro de los objetivos a corto, mediano y largo plazo del nutriólogo(a) en la intervención nutricia está la de fomentar una buena alimentación, tanto en la casa como en los servicios de comedores, de una manera práctica, culturalmente aceptable, y que realmente funcione para la vida real y no sólo para quienes se encuentren en tratamiento.
Debe sensibilizarse sobre las consecuencias de una mala alimentación, no permitir que se vea como algo normal la presencia del sobrepeso y de la obesidad, tener claro que son enfermedades silenciosas, que la alimentación tiene consecuencias positivas o negativas, dependiendo si es correcta o no. El refrigerio escolar puede participar como puerta de entrada de diferentes enfermedades.

Palabras clave: nutriólogos(as), enfermedades crónicas no transmisibles, escolares, refrigerio escolar

Abstract

The type of feeding and the physical activity frequency have changed and this phenomenon is called nutrition transition. This have had an impact on children, which has led to an increased in prevalence and incidence of overweight and obesity as well as non-communicable diseases, which in the short term leads to other diseases and to a poor quality of life and reduced life expectancy.
Reality has shown us that snack is seen by the parents or guardians of minors, as a point to meet the school rules or to whet the appetite. A school snack is a light meal time by children at the school at half day, not a substitute for breakfast or lunch; with the main objective that learning is not compromised by not being well fed and satiates their appetite for school wear. One of the challenges of nutritionist is to guide and lead in a practical and efficient way to those responsible for school feeding also take specially and seriously care about the specific recommendations about physical activity. Among the objectives in the short, medium and long term nutritionist in nutritional intervention is to foster good nutrition both at home and in the catering, in a practical way, culturally acceptable, which really works in real life and not just for those who are in treatment.
Should be more aware of the consequences of a poor diet, not allowing it to look as normal the presence of overweight and obesity, be clear that those are silent diseases, that food have positive or negative consequences, depending on whether it is correct or not. School snacks can participate as a gateway to various diseases.

Keywords: nutriologist, non communicable diseases, school child, school lunch.



Actualmente México se encuentra en una transición epidemiológica, es decir, el perfil de salud de la población, reflejado por el tipo de enfermedades y las causas de muerte están en un proceso de cambio. También el tipo de la alimentación y la frecuencia de la actividad física han cambiado, y se le conoce como transición nutricional, se identifica por el incremento en el consumo de proteínas, de azúcares refinados, de aceites vegetales, de mayor volumen de líquidos endulzados y carbonatados, de menos fibra dietética, y como consecuencia de ello, alimentos más densamente energéticos; aunado a la disminución de actividad física.

La transición nutricional también ha tenido un impacto en la población infantil, que ha llevado al incremento en la prevalencia e incidencia del sobrepeso y de la obesidad, así como de enfermedades crónicas no transmisibles, que a corto plazo originan otras enfermedades y se resumen en una deficiente calidad de vida y a la disminución de la esperanza de vida.

Entendemos por refrigerio escolar a la comida ligera realizada por los niños a la mitad de la jornada escolar diaria, no sustituye al desayuno ni a la comida, y es de gran importancia su valor nutricional porque forma parte de las 5 comidas que deben realizarse al día. Sin embargo, no ha sido posible destacar su importancia como un tiempo de comida que provee energía y nutrimentos y como una oportunidad de socializar, y se ha convertido en un requisito más que cumplir por parte de los responsables de elaborar el refrigerio escolar.

El ambiente escolar representa uno de los mejores espacios para contribuir a prevenir enfermedades no transmisibles que afectan la salud integral de los estudiantes y su rendimiento académico.

Los nutriólogas y nutriólogos asumimos que un refrigerio escolar se planea con anticipación, y que se elabora con la finalidad de proveer al niño y a la niña de alimentos saludables, teniendo como objetivo principal que el aprendizaje no se vea comprometido por no estar bien alimentados, así como saciar su apetito por el desgaste escolar. Sin embargo, la realidad nos ha mostrado que el refrigerio es visto por los padres, o responsables de los menores, como un punto a cumplir por el reglamento escolar, sin considerarse que más que saciar el apetito a la mitad de la jornada escolar debe cumplir con las características de una dieta correcta.

Lo anterior lo podemos ver como consecuencia de los cambios en el estilo de vida de la familia, principalmente por las actividades laborales derivadas de la necesidad de la participación de más de un miembro de la familia en el ingreso económico familiar, teniendo como consecuencia la disminución del tiempo destinado para la planeación y preparación de un adecuado refrigerio escolar por la prisa que ocasiona la sobrecarga de actividades. En esas condiciones, los responsables de elaborar ese tiempo de comida, suelen preferir poner a la disposición de los menores, alimentos empaquetados o envasados sin tener clara conciencia del riesgo del sobrepeso, obesidad y otras enfermedades a las que se expone su hijo o hija a través de los alimentos con elevado contenido de energía, sodio, grasas y azúcares. Uno de los retos del nutriólogo es orientar y guiar de manera práctica y eficiente a esas personas encargadas de la alimentación de los escolares.

La alimentación de los menores durante su permanencia en la escuela es un campo que le concierne profundamente a nutriólogas(os), y en el que debe incidir, debido a que en ocasiones en vez de contar con un refrigerio preparado en casa, se les da dinero y se encuentran en la libertad de adquirir en esos expendios de comida lo que esté disponible y les resulte más atractivo, lo cual es una competencia difícil en términos de salud alimentaria, por la publicidad de los productos, a diferencia de los alimentos que se puedan considerar más saludables, pero que también corren el riesgo de ser manipulados incorrectamente y exponer a otro tipo de riesgos para la salud de los comensales.

Otro reto respecto a la alimentación durante la permanencia escolar es el que reflejan los mismos encargados de ofrecer alimentos, probablemente por la amenaza que pudieran sentir, tal vez suponiendo la estigmatización de algunos alimentos y el difícil manejo y control de la calidad de otros.

Sigue sin resolverse exitosamente el fomento en las escuelas y en las familias el consumo de alimentos y bebidas que faciliten una dieta correcta para el sano crecimiento y desarrollo de niños y niñas. Dentro de los objetivos a corto, mediano y largo plazo del nutriólogo(a) en la intervención nutricia está la de fomentar una buena alimentación tanto en la casa como en los servicios de comedores, de una manera práctica, culturalmente aceptable, y que realmente funcione para la vida real y no sólo para quienes se encuentren en tratamiento. Y desde luego, no olvidar que el refrigerio escolar es muy importante, pero también debe destacarse que sólo es uno de cinco tiempos de comida al día.

Otro aspecto que se ha dejado parcialmente al margen, es la actividad física. Se hacen recomendaciones generales, pero pocos profesionales de la salud toman con la debida seriedad profesional las recomendaciones específicas que deben darse a los escolares, por ahora contamos con consejos como correr, bailar, andar en bicicleta, nadar y/o practicar algún deporte, así como evitar actividades sedentarias como ver televisión, jugar con videojuegos, o cualquier actividad que implique estar frente a una pantalla. Sin embargo, es necesario hacer recomendaciones puntuales sobre el tipo, tiempo e intensidad de actividad física (sin que tenga que ser necesariamente un deporte) que requieren los escolares. Es más común encontrar especificaciones para actividades de alto rendimiento, pero para los niños y niñas en general, sólo contamos con recomendaciones que se están convirtiendo en frases trilladas.

Tanto los responsables de la alimentación de los niños y niñas, responsables de expendios de comida, y profesionales de la salud, tienen la tarea de implementar cafeterías o cooperativas saludables, más que promocionar refrigerios saludables.

Debe sensibilizarse sobre las consecuencias de una mala alimentación, no permitir que se vea como algo normal la presencia del sobrepeso y de la obesidad, tener claro que son enfermedades silenciosas, que la alimentación tiene consecuencias positivas o negativas, dependiendo si es correcta o no. El refrigerio escolar puede participar como puerta de entrada de diferentes enfermedades, no se trata solamente de cumplir con un requisito más de todos los que demanda la responsabilidad de estar a cargo de los menores, no se trata sólo de saciar el apetito matutino o de demostrar con determinados productos la capacidad adquisitiva familiar, se trata de la salud a muy corto plazo de los escolares y de sus consecuencias que pueden estar presentes a lo largo de toda su vida.

Así entonces, a pesar de que el sobrepeso y la obesidad es problema de todos, los ojos por ahora están puestos en gran medida en nutriólogas(os), para quienes el desafío es muy grande si consideramos el contexto para el desarrollo de las enfermedades crónicas no transmisibles. Tienen como tarea participar activamente en la transición nutricional y epidemiológica con la mira de mejorar el perfil de salud de todos, especialmente de los escolares.