Dirección de Comunicación Social, 09/Enero/2014
Boletín Electrónico Informativo No. 014
*A pesar de más de 100 años de constantes estudios e investigaciones aún no se han logrado descifrar por completo los procesos cerebrales.
Pachuca de Soto, Hidalgo.- José Sócrates López Noguerola, profesor investigador del Área Académica de Gerontología del Instituto de Ciencias de la Salud (ICSa) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) explicó algunas de las estructuras que conforman este órgano tan importante así como las principales funciones que desempeña.
Éste órgano recibe la información proveniente del exterior así como del interior del cuerpo a través del sistema nervioso central conformado por el mismo cerebro y la médula espinal, y el sistema nervioso periférico formado por los nervios del resto del cuerpo. Los mensajes recibidos son decodificados en las diferentes estructuras cerebrales según su función predeterminada y éstas emiten una respuesta.
Entre las actividades que el cerebro nos permite realizar se encuentran las de tipo cognitivo (memorizar, hacer cálculos, lenguaje, aprendizaje, razonamiento, etc.), de tipo motor (mover nuestro cuerpo), así como la parte sensorial (tacto, gusto, olfato, visión y audición).
“El cerebro no sólo funciona a través de las neuronas, sino que también se encuentran presentes en él células conocidas como Células de la Glía, éstas no tienen la capacidad de transmitir impulsos nerviosos (hasta donde se sabe) pero nutren, dan soporte y estructura a las neuronas; ambas necesitan de glucosa y oxígeno primordialmente, el cual se obtiene gracias a la irrigación sanguínea que fluye hacia el cerebro”, indicó el investigador universitario.
Muchos de los descubrimientos que se han hecho sobre el funcionamiento del cerebro o enfermedades de tipo neurodegenerativo como Parkinson, Alzheimer u otro tipo de enfermedades a nivel celular, se debe a que han sido estudiadas previamente en modelos biológicos.
“Una de las maneras para identificar las funciones del cerebro es estimular o inhibir una determinada región de dicho órgano a través de la colocación de electrodos emitiendo impulsos eléctricos a distinta intensidad según lo requiera el estudio, a este proceso se le conoce como electrofisiología, esto permite observar los cambios que se produjeron en el comportamiento del animal”, agregó.
Para estudiar su anatomía se hacen cortes en el cerebro de una rata y se analizan sus estructuras, donde algunas de ellas son similares a las del ser humano; también se realizan otro tipo de estudios no invasivos como la Resonancia Magnética Funcional que permite tener una visión interna del cuerpo o cerebro sin realizar ningún corte, estos últimos se pueden hacer tanto en humanos como en modelos animales.
“Los estudios donde se involucran ratas, ratones, conejos, monos u otros animales criados en cautiverio deben ser justificados, esto con el propósito de cumplir con los protocolos a nivel de bioética, evitando así que los animales se estresen durante la investigación y que sufran lo menos posible, recibiendo un trato lo más humano y digno posible”, concluyó.
-Mónica Cuellar Bocardo-