Abstencionismo electoral, un problema complejo y multifactorial con muchos retos


Dirección de Comunicación Social, 04/Junio/2024

Boletín Informativo UAEH No. 264


*“Votar forma parte de la democracia, tiene un valor histórico y civilizatorio que ha permitido resolver el problema de quién ejerce el poder en una sociedad de una forma pacífica y sin sacarnos los ojos los unos a los otros”, indicó

* El tema del abstencionismo no es sencillo de combatir y se requiere de la participación de muchas personas e instituciones

Pachuca de Soto, Hidalgo. –El pasado 02 de junio se llevaron a cabo las elecciones más grandes de México, en las que se demostró que el abstencionismo electoral continúa siendo una problemática entre la sociedad mexicana, pues, a pesar de los esfuerzos por incrementar la participación ciudadana, aún falta mucho por hacer, indicó Guillermo Eduardo Lizama Carrasco, profesor investigador de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).

El jefe del Área Académica de Ciencias Políticas y Administración Pública, en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu), explicó que una mayor difusión, promover la conciencia política, empatar los calendarios electorales para renovar simultáneamente la Presidencia, las senadurías, las diputaciones federales y locales, así como los ayuntamientos, entre otras acciones, permitieron reducir la tasa de abstencionismo de manera considerable.  

De acuerdo con los registros de votación preliminares del Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH), durante las elecciones para renovar los ayuntamientos en 2020, las diputaciones locales en 2021 y la gubernatura hidalguense en 2022, la participación ciudadana fue de 53.8%, 46.38% y 47.58%, respectivamente, mientras que en el proceso de 2024, se advierte que el 64% de las personas inscritas en el listado nominal votaron para elegir alcaldías y curules en Hidalgo.

Si bien, en algunas ocasiones el abstencionismo se da porque realmente existe apatía o desinterés por parte de las personas, propicia una ausencia de participación. En otros casos, no votar implica factores políticos, sociales y económicos, estos dos últimos se deben a que las personas no tienen los recursos para ir a votar, ya sea porque la casilla queda lejos, deben trabajar, no saben leer o no pueden ejercer sus derechos por otros motivos.

“Hay quienes deciden no votar por verdadero desinterés o porque en verdad no pueden. Pero en otros, la gente considera que ninguna propuesta política cumple con sus expectativas, evidenciando en las urnas su inconformidad ante la baja calidad de la oferta política que ofrecen las candidaturas. Aunque también porque no confían en el proceso ni en los partidos”, indicó el docente Garza.  

Ante esta situación, Lizama Carrasco puntualizó que el tema del abstencionismo no es sencillo de combatir y se requiere mucho más que invitar a ejercer los derechos electorales por parte de las autoridades electorales o gubernamentales, pues es necesario el involucramiento no solo de la población a través de reforzar la promoción de la educación cívica y la formación ciudadana, sino también de los partidos y sus militantes para mejorar la calidad de la política.

“Votar forma parte de la democracia, tiene un valor histórico y civilizatorio que ha permitido resolver el problema de quien ejerce el poder en una sociedad de una forma pacífica y sin sacarnos los ojos los unos a los otros. Si no fuera así, se presentarían otras formas de acceder al poder, las cuales serían altamente costosas en muchos sentidos. La disputa del poder sería con violencia, habría guerras civiles o revoluciones, por eso es importante el voto, para fortalecer la democracia y abonar a la paz social”, manifestó el doctor Garza.

 


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