Tejiendo saberes, tradiciones e innovaciones alrededor del maguey: ICAp


Dirección de Comunicación Social, 15/Mayo/2024

Boletín Informativo UAEH No. 234


* En esta región se han detectado ocho de las 28 variedades de maguey existentes en el estado de Hidalgo

* El proyecto a largo plazo consiste en recuperar el saber tradicional para combinarlo con el conocimiento científico y generar acciones para su uso, manejo, preservación y comercialización

Pachuca de Soto, Hidalgo. – Para revalorizar al maguey pulquero a nivel productivo, gastronómico, lingüístico y cultural entre las nuevas generaciones, integrantes de la comunidad científica del Instituto de Ciencias Agropecuarias (ICAp), de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), impulsan un proyecto multidisciplinario con personas de la comunidad de Taxadhó, Ixmiquilpan, Hidalgo, para conjuntar el conocimiento tradicional y el académico.

Carmen Julia Figueredo Urbina, docente perteneciente al programa “Investigadoras e Investigadores por México” del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), adscrita al Área Académica de Ciencias Agrícolas y Forestales del ICAp y especialista en magueyes, explicó que este proyecto se generó derivado de la solicitud de apoyo que hizo la egresada Garza de la Ingeniería en Agronegocios, Ailyn Mireya Acosta Pérez, quien a su vez es oriunda de esta comunidad, para realizar una intervención que permita la recuperar, documentar y mejorar el sistema productivo del maguey pulquero. 

Para ello se estableció un plan de trabajo para el uso, manejo y conservación de 10 mil magueyes pulqueros antes, durante y posterior a la producción, el cual consiste en realizar reuniones que permitan rescatar la lengua hñähñu, también conocido como otomí del Valle del Mezquital, mientras se identifican las partes y formas de consumirlas, las variedades de magueyes existentes en la región en donde hasta este momento se han identificado ocho, de las 28 diferentes existentes en todo el estado de Hidalgo. 

Otro de los ejes contemplados en esta ruta de intervención es conocer las problemáticas que enfrenta la comunidad a nivel cultural para atraer el interés de las nuevas generaciones a través de que vean el potencial e importancia que tiene esta planta en lo social, económico y ambiental. Posteriormente se compartirán acciones de preservación, protección, producción y elaboración de productos derivados para su comercialización.

Figueredo Urbina explicó que este proyecto tiene la característica de que no solo se ofrecerá la capacitación, sino que se le dará el seguimiento oportuno para garantizar que las acciones implementadas tengan resultados y un impacto directo, en donde estarán trabajando docentes y profesionistas de otras carreras para ir más allá de la producción agrícola. Ya que esta comunidad tiene un ejido en el que está el Parque Ecoturístico Taxadhó, en donde también se realizan otras actividades. 

Ante todo este escenario, la científica explicó que como parte del proyecto se plantea revalorizar al maguey como ingrediente de otros platillos gastronómicos, porque de la raspadura se obtiene el metzal o xim’fi, que es un tipo de harina que contiene mucha fibra que se puede usar para hacer tortillas, tamales, entre otros guisos, pero también es rico en proteínas y carbohidratos saludables, por lo que los derivados del maguey pueden ser alimentos funcionales, es decir, que además de nutrir pueden ayudar a mejorar la salud al prevenir ciertos malestares.  

Este trabajo es muy importante no solo porque Hidalgo es uno de los estados con mayor número de hectáreas destinadas al cultivo de maguey en el país o porque ocupa el primer lugar a nivel nacional en la producción de pulque, sino porque esta planta, además de ser conocida como el árbol de las maravillas debido a que puede aprovecharse cada parte de ella, es un elemento natural sobre el que se dan interacciones sociales que permiten la identidad, pero también son hogar y alimento de insectos.  

Aunado a todo esto, se permite valorar, documentar, preservar y difundir el saber ancestral, pero al mismo tiempo mejorarlo a través de fusionarlo con el conocimiento científico. Además, permite la integración de diversos sectores sociales y perfiles profesionales que se suman a proteger el legado histórico y ambiental del maguey, a fin de tener resultados no solo palpables, sino también sostenibles y proveer alternativas alimenticias. 






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