Dirección de Comunicación Social, 21/Enero/2023
Boletín Informativo UAEH No. 026
*Varía dependiendo de si se trata de un hombre o una mujer, la generación a la que pertenece, si tienen o no hijos y si vienen de una familia tradicional o liberal
*La sociedad actual dicta que el amor debe cumplir con la expectativa de la eternidad, de lo contrario es una tragedia; esto permite diferentes formas de violencia
Pachuca de Soto, Hidalgo. - La familia, el estado socioeconómico, la etnia, los momentos históricos en conjunto con las normas sociales y culturales juegan un papel fundamental para afrontar una ruptura amorosa, sin embargo, estos factores son diferentes para mujeres y hombres.
De acuerdo con Itzia María Cazares Palacios, profesora investigadora del Área Académica de Psicología de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), las normas sociales y culturales son pautas que regulan la conducta de las personas, pero estas se encuentran marcadas también por el género.
“A los hombres se les ha educado para ser más racionales y menos emocionales, mientras que a las mujeres más emocionales y menos racionales, pero es una dicotomía inadecuada”, declaró la científica durante una entrevista.
La investigadora destacó que en una sociedad cerrada cuando una relación de pareja termina, la culpa recae en gran medida en las mujeres bajo el argumento de que no cumplieron con la función que les corresponde, que es amar.
En realidad, debido a la complejidad del ser humano, una ruptura va a variar dependiendo de si se trata de un hombre o una mujer, la generación a la que pertenece, si tienen o no hijos y si vienen de una familia tradicional o liberal.
Itzia Cazares Palacios puntualizó que aquellas mujeres cuyos círculos familiares, laborales o de trabajo les dicen que deben permanecer con un hombre al que le "fallaron", probablemente les afectará más una ruptura amorosa.
Aunado a esto, los medios de comunicación y producción cultural muestran que el amor debe cumplir con la expectativa de la eternidad, de lo contrario se convierte en una tragedia, un concepto que para la investigadora Garza es muy peligroso en el contexto actual, ya que permite justificar las diferentes formas de violencia.
Aquellas mujeres que han pasado por una relación violenta y deciden romper el silencio sufren de la estigmatización y revictimización constante, cuando de acuerdo con la investigadora se deberían reconocer el cognitivo y emocional de éstas.
A su vez, enfatizó que gracias a la creación de las redes de apoyo donde se valida la situación de abuso, se ha logrado empoderar a las mujeres al sentir el respaldo de otras, de su familia o amistades cercanas que han pasado por lo mismo.
"Es importante compartir las experiencias, ese eco con otras personas son una herramienta clave de transformación, de quitar el peso al individuo y que note que es cultural", enfatizó.
Asimismo, recalcó que aquellas personas que pasan por una ruptura amorosa, y necesiten ayuda para afrontar el proceso de duelo, pueden acercarse a psicólogos y psicólogas para recibir la atención necesaria, pero también hizo un llamado al gremio a reflexionar sobre los sesgos de género que pueden tener durante su actuar profesional y poder corregirlos para brindar una mejor atención sus pacientes.