Dirección de Comunicación Social, 28/Abril/2022
Boletín Electrónico Informativo No. 218
*El fotógrafo documental de National Geographic Society brindó recomendaciones y presentó proyectos
Pachuca de Soto, Hidalgo. – “La fotografía me ha enseñado a enfrentarme a mis miedos, me ha hecho más introspectivo, me hace reflexionar, me ha enseñado a no quejarme, a ponerme a trabajar…”, externó el fotógrafo mexicano y explorador de National Geographic Society, Ricardo Azarcoya, durante una conferencia que impartió en la onceava edición del Festival Internacional de la Imagen (FINI) 2022.
Al presentar la ponencia magistral “El poder de la fotografía para la conservación”, en la que expuso diversos proyectos en los que ha participado ante alumnos, docentes y público en general que se dieron cita en el Salón de Actos “Ingeniero Baltasar Muñoz Lumbier” de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), el fotógrafo documental señaló que lo que más le ha funcionado al momento de captar una imagen es sentirla y vivirla.
Agregó que a ello se suma “La lista del Cero Talento”, en la que ser puntual, amable con los demás, honesto, hacer un esfuerzo extra, tener una actitud positiva, ser apasionado, hablar amablemente, trabajar con ética, ser tolerante, compartir el conocimiento, entre otras aptitudes, pueden llevar al éxito.
“La fotografía tocará nuestro corazón, la vida nos dará sabiduría, el mundo natural nos dará balance, es por eso que todos debemos protegerlo”, externó respecto al Cambio Climático que es visible en el planeta, tópico que también es abordado en esta edición del Festival Internacional de la Imagen.
Sobre este tema, mencionó que durante sus viajes ha sido muy perceptible que el cambio climático ha afectado en gran parte a la fauna y la vegetación que impera en los ecosistemas. Por lo que reiteró el llamado a continuar con el cuidado de la naturaleza a través de diversas acciones y desde la trinchera de cada uno.
En su exposición mostró tres proyectos en los que ha trabajado, dos de ellos de National Geographic. El primero que mostró fue “Las raíces de las estrellas”, una serie fotográfica que documenta la vida de quienes conforman el pueblo lacandón, localizado en la selva chiapaneca. Dijo que una de las creencias de este grupo indígena es que cuando se cae un árbol, desaparece una estrella del firmamento.
También exhibió su trabajo realizado en el Sótano de Barro, el cual se encuentra en la Sierra Gorda Queretana, un lugar que alberga a la guacamaya verde mexicana. Su objetivo fue encontrar la respuesta a por qué este grupo de aves no ha logrado aumentar su número poblacional en 24 años. El trabajo fue publicado en la revista para Latinoamérica de National Geographic, así como en diversos países de Europa.
Otro de los proyectos que presentó fue “Una odisea entre océanos”, que consistió en llegar al lugar más remoto del sur del continente americano para recoger muestras genéticas de los lobos marinos, esto ante la teoría de que dichos animales, tras la separación de los continentes, también se retrajeron.
Al llegar al lugar después de una travesía a pie y caballo por la Península Mitre junto a cuatro científicos argentinos, se pudo documentar que la población de lobos marinos está en equilibrio, ya que se visualizaron machos, hembras y crías. Agregó que tristemente en el transcurso para llegar a este lugar tan remoto en el planeta, donde básicamente no hay nada, encontró basura.
Antes de cerrar su conferencia, invitó a las y los presentes a abordar el tema del medioambiente y generar proyectos que puedan ser presentados ante National Gegraphic. “Creo que pueden hacerse investigadores y contribuir desde sus disciplinas de estudio”, manifestó al finalizar.