Presenta experto en Semana de Veterinaria UAEH la importancia del Lobo mexicano


Dirección de Comunicación Social, 20/Agosto/2021

Boletín Electrónico Informativo No. 461


*Es el guardián del equilibrio ecológico, asegura el especialista

*En noviembre de 2019, la Semarnat recatalogó al lobo de especie extinta en el medio silvestre a en peligro de extinción

*A partir de este año, el estado de Hidalgo se suman al programa de conservación

 

Pachuca de Soto, Hidalgo.-  Herbe Monroy Jacobo, médico veterinario zootecnista y responsable del Programa Integral de Conservación del Lobo Mexicano en la Comisión Estatal de Parques Naturales y de la Fauna (CEPANAF), compartió con estudiantes del Instituto de Ciencias Agropecuarias (ICAp) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) los retos y avances obtenidos durante los últimos 30 años del proyecto.

 

Debido a un conflicto entre el lobo mexicano (Canis lupus baileyi) y los ganaderos tanto de México como de  Estados Unidos de América, esta subespecie catalogada como la más pequeña de Norteamérica fue declarada extinta en vida silvestre a mediados del siglo XX. Sin embargo, a principios de la década de 1970 ambas naciones decidieron emprender acciones para la recuperación de la especie.

 

En el marco de la Semana de Medicina Veterinaria y Zootecnia del ICAp, Monroy Jacobo señaló que el lobo mexicano es un depredador paraguas, es decir, su papel consiste en el control de las especies herbívoras de los bosques, evitando que sobre consuman la vegetación y, por lo tanto, no se vean afectados a los caudales de los ríos, al mismo tiempo que se afecte la orografía de la zona.

 

La función de los lobos grises mexicanos como guardianes del equilibrio ecológico se vio en acción dentro del Parque Nacional de Yellowstone en Estados Unidos de América. La zona protegida carecía de un depredador natural que pusiera un alto a la sobrepoblación de herbívoros, los cuales habían arrasado con los pastizales, provocando que los ríos disminuyeran o se secaran. En 1994 se introdujeron 20 especímenes nacidos en cautiverio, quienes lograron estabilizar la población, recobrar los ríos y restablecer especies de flora que se creían extintas en la zona.

 

En México, las primeras liberaciones se realizaron en el norte de la Sierra Madre Occidental a partir del 2011. Hasta la fecha se han realizado 12 liberaciones de lobos que han comenzado a reproducirse, actualmente se cuenta con un registro de 35 cachorros nacidos en vida silvestre.

 

Las últimas cifras sobre el programa muestran que para el 31 de julio de este año se contabilizaron un total de 385 ejemplares bajo cuidado humano, cifra que supera la meta establecida y se autorizaron siete parejas reproductivas de las cuales cuatro se encuentran en México. A su vez, hay un total de 226 lobos en vida libre, 40 de estos ejemplares habitan en nuestro país.

 

Sin embargo, el médico veterinario Herbe Monroy Jacobo destacó que la falta de infraestructura, recortes presupuestales, capacitación de personal en el país y la pandemia afectan al programa, debido a que no se han realizado el número de liberación programadas, por lo que los centros de conservación se están quedando sin espacio para mantener a los especies, cuyo número excedió el estimado para este año.

 

Declaró ser necesario mitigar los efectos del grupo fundador, ya que la población actual desciende de un solo linaje compuesto por siete lobos fundadores, pues fue a través de la endogamia que se logró reintroducir a la especie, el problema es que los genes recesivos se convirtieron en dominantes, entre los cuales se encuentran algunos tipos de cáncer como el carcinoma nasal, o la predisposición a torsiones gástricas o vólvulos.

 

Herbe Monroy destacó que en muchas ocasiones los ganaderos al ver afectados su patrimonio por una manada deciden optar por envenenar a las especies, las cuales incluyen coyotes y pumas, convirtiéndose en la principal causa de muerte de los lobos junto al atropellamiento. Por esta razón, el programa busca fortalecer la educación ambiental con el fin de combatir los estigmas que pesan sobre estos animales, así como la gestión de fondos para contrarrestar las pérdidas del sector pecuario.

 

“Si no educamos, no conservamos y si no conservamos, no vamos a lograr mantener nuestra pertenencia de los ecosistemas”, declaró el responsable del programa.


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