Dirección de Comunicación Social, 21/Diciembre/2020
Boletín Electrónico Informativo No. 607
*La piñata sustentable puede unir y mejorar la calidad de vida de las familias en tiempos de Navidad y COVID-19
Pachuca de Soto, Hidalgo. – La piñata es un elemento que está estrechamente relacionado con las festividades navideñas mexicanas. Diversas fuentes remontan su origen desde los viajes de Marco Polo traída desde la lejana China, cuyo uso se atribuye a celebrar el año nuevo, o desde la cultura maya, como juego tradicional. Asimismo, fue usada por los frailes para evangelizar en la nueva España.
No hay fiestas de diciembre sin piñatas, hoy en día su uso se ha ampliado y aparecen en cualquier cumpleaños o celebración en dónde los presentes puedan divertirse o desahogar un poco la tensión.
Para abordar este tema, la profesora investigadora Carmen López Ramírez, de la Licenciatura en Biología del Instituto de Ciencias Básicas e Ingenierías (ICBI) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), en compañía de pasantes de la maestría en Ciencias y Tecnología Agrícola, así como de Forestal Sustentable, Adriana Beatriz Ortiz Quijano y Dulce Arely Rivera Rodríguez, señaló que las piñatas como objetos sustentables funcionan muy bien, no sólo en el ámbito ecológico, sino también en los dos restantes que conforman el triángulo virtuoso: lo económico y lo social.
“¿Qué juguete cuesta 50 pesos, se comparte hasta por 30 niños o quién quiera participar, y además se puede transformar en un rico ponche? Solo la piñata” manifestó. Agregó que en cuanto a lo social este sencillo objeto no sólo llena de alegría posadas y fiestas en general, sino que además reúne por un buen rato a invitados o peregrinos, quienes sólo tienen en mente ser el que mejor tino tenga para conseguir el efímero reconocimiento del público que, expectante, espera a que se desparrame el misterioso contenido de esa piñata de estrella de cinco picos.
La piñata ha perdido su significado religioso para ser tratado como un símbolo de diversión y entretenimiento en fiestas decembrinas o festejos. Antes las piñatas se elaboraban con ollas de barro, formadas con engrudo casero, periódico y papeles sencillos de colores, con formas navideñas. Actualmente los artesanos mexicanos incluyen todo tipo de personajes, se construyen de cartón, plásticos y otros materiales industrializados, además se rellenan de dulces y juguetes con envolturas sintéticas.
“En realidad, durante la temporada navideña no sería difícil incentivar nuevamente el uso de una piñata de manera sustentable, más aún en estos tiempos de COVID-19, pues involucra una forma de convivencia y festejo familiar en el hogar sin salir de casa; significa un proceso que inicia desde su creación hasta finalizar en el festejo para compartir los alimentos que la constituyen”, añadió Adriana Ortiz Quijano.
Los beneficios que representa implementar una piñata de manera sustentable es que resulta un apoyo económico en cuestión de reutilizar materiales como recipientes de barro, periódico o cartón, asimismo, evita el uso de materiales dañinos para los animales como es el caso de los globos.
En la actualidad, las piñatas se llenan de dulces y algunos juguetes, en cuyo caso el consumo de éstas golosinas representa la ingestión de un alto contenido calórico, aditivos, conservadores y colorantes de origen sintético que a la larga pueden ser perjudiciales para la salud. Además, las envolturas y envases de plástico son una fuente de contaminación y deterioro ambiental muy fuerte.
Ante esta situación, las científicas propusieron sustituir este tipo de productos por alimentos clásicos como las naranjas, manzanas, guayabas, trozos de canela y piloncillo, pasas, caña, limas y cacahuates.
“Entonces nos preguntamos ¿qué hacer con los desechos de una piñata sustentable? La respuesta es muy clara: el barro de la olla en su mayoría es arcilla, partículas importantes formadoras de la textura y estructura del suelo; el cartón, papel y resto de frutos son fuente de materia orgánica que contribuye de gran manera en mejorar la calidad y salud de nuestros suelos, sustento de la vida y de nuestra alimentación”, declaró Dulce Rivera Rodríguez.
De acuerdo con la investigadora Carmen López, los beneficios que trae la piñata sustentable son meramente nutricionales, sobretodo en tiempos de COVID-19, donde la ingesta en alimentos con poco valor nutricional puede hacer al organismo más susceptible a las enfermedades, mientras que consumir y establecer hábitos saludables fortalecerán las defensas del cuerpo.
Asimismo, existen nutrimentos que se encuentran en los frutos de temporada, como la naranja, cuyo consumo de dos piezas ofrece 1.4 gramos en proteína, 0.2 en lípidos, aporta 18 gramos en calorías y 50 miligramos en Vitamina C.
Las expertas refirieron que en estas épocas decembrinas se puede compartir en familia e interactuar de forma consciente, responsable y con las medidas de salud pertinentes. Aquello representa un beneficio para todos los integrantes en general, de igual manera incentivar su uso logrará regresar a la piñata tradicional que sólo incluía fruta, contribuye en la nutrición de cada una de las personas que tuviese acceso a ella y, a la vez, rescata nuestras tradiciones.