Dirección de Comunicación Social, 20/Diciembre/2020
Boletín Electrónico Informativo No. 606
* “Benefician el ejercicio de la libertad de cada persona y a su vez promueve la igualdad entre hombres y mujeres”, resaltó
Pachuca de Soto, Hidalgo. – Lo masculino siempre se ha asociado con la violencia, el dominio y la fuerza; se tiene la idea de que los hombres son los que proveen a la mujer y desde niños les enseñan que deben actuar de acuerdo a estereotipos. Al respecto, el profesor investigador de tiempo completo del Área Académica de Sociología y Demografía de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Carlos Mejía Reyes, comentó cómo es que este tipo de comportamientos se pretenden cambiar para generar una nueva perspectiva de género.
El catedrático universitario declaró que esta subordinación de lo femenino sobre lo masculino genera, a su vez, la idea de dominio del hombre sobre la mujer, en donde se usa la violencia como una forma de control. Por ello, la relación entre la violencia y la masculinidad constituye un serio problema de las desigualdades de género.
La masculinidad es un mandato cultural que deriva de una construcción histórica que ordena a los varones a tener atributos, valores, comportamientos y conductas que son característicos de su género en una sociedad determinada.
Mejía Reyes explicó que las Nuevas Masculinidades están dispuestas a retar el modelo tradicional, renunciar a los privilegios actuales, liberarse de cargas y presiones innecesarias, comprometerse con la igualdad de género y aceptar una corresponsabilidad real en las tareas domésticas, así como otras actividades asignadas comúnmente a las mujeres. De esta forma, dijo, se evita esas ideas y visiones que durante cientos de años ha colocado a las mujeres en una posición inferior.
Es importante también deconstruir la idea de que todo lo femenino es negativo para un hombre —actitudes como la nobleza, los sentimientos, los cuidados, el cariño, entre otros —, esto en las masculinidades clásicas se ha visto de manera de condena, lo que ha creado hasta peyorativos a los hombres que demostrasen alguno de estos aspectos. La masculinidad hegemónica ha patologizado a cualquier persona que se resista a ella.
El siguiente paso es el estigma, las etiquetas, a partir de estereotipos que se han naturalizado, como el “mandilón”, o el “poco hombre”. “Es por ello que estos cambios ayudan no solo a la lucha de la igualdad de las mujeres, sino también de los propios hombres, que ya no están sujetos a un rol social fuerte, rudo y violento, al dejar que puedan expresar libremente sus emociones sin recibir una crítica o un señalamiento social”, explicó el catedrático.
El reto es construir un modelo social más justo, en donde cada vez haya más hombres dispuestos a redefinir el concepto de masculinidad para impulsar la igualdad y comprometerse con un desarrollo inclusivo. Muchos de estos cambios han sido posibles gracias a los movimientos sociales de mujeres que han luchado por la igualdad de género, sin embargo, los hombres también han participado en esta transformación.
Esto permitirá a la sociedad actual a avanzar con pasos de gigante para que las nuevas generaciones sean más libres y tengan la oportunidad de crecer en un ambiente donde la discriminación, el abuso y el sexismo estén completamente fuera de lugar. “Las Nuevas Masculinidades benefician el ejercicio de la libertad de cada persona, sin importar si es hombre o mujer, para ser como se quiere y a su vez promueve la igualdad entre hombres y mujeres”, finalizó el investigador de la UAEH.