Presentan estudios sobre violencia contra las mujeres en Congreso de Empoderamiento Femenino UAEH


Dirección de Comunicación Social, 02/Noviembre/2020

Boletín Electrónico Informativo No. 507


*Exponen investigaciones que revelan cifras sobre agresiones, catcalling, piropos lascivos y persecución

 

Pachuca de Soto, Hidalgo. – Investigadoras de toda la República Mexicana expusieron los resultados de sus trabajos sobre la violencia ejercida contra las mujeres, en la primera mesa de trabajo de la XVI edición del Congreso Nacional de Empoderamiento Femenino que realizó la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) bajo modalidad virtual, derivado de la contingencia sanitaria por COVID-19.

 

Ana Cristina Aguirre Calleja, profesora investigadora de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), y Ana Paula Castillo Pacheco presentaron el trabajo “Experiencias de acoso callejero: la percepción de seguridad de las mujeres en Puebla”. El estudio arrojó resultados que permitieron detectar si existe acoso callejero, de qué tipo, así como los incidentes que se presentan con más frecuencia y las zonas de mayor incidencia.

 

De acuerdo con el grupo de investigación existe una lógica heteropatriarcal del espacio privado de la comunidad que llega a las calles para tratar de normalizar el comportamiento violento hacia sus integrantes, mediante la creación de mecanismos como la policía de género.

 

Los resultados arrojaron que un gran número de mujeres encuestadas sufrieron acoso callejero, en su mayoría jóvenes. Por otra parte, más del 50 por ciento expresó que las calles no son espacios donde se pueda transitar libremente.

 

Las principales agresiones que se reportaron en el estudio fueron observación persistente, catcalling (término utilizado para referirse a los chiflidos, silbidos, gritos u otro sonido molesto para llamar la atención de las mujeres), además de piropos lascivos y persecución.  También se presentó la exhibición de partes íntimas, desnudos totales, masturbación, así como toma de fotografías o video.

 

Más adelante, la investigadora Diana Valentina Zapata presentó el trabajo “Miedo como generador, creando comunidad entre mujeres. Un estudio de caso sobre secuestros en el metro de la Ciudad de México”. El documento partió de la etnografía virtual para recuperar 19 testimonios de mujeres que sufrieron un intento de rapto durante el 2019 desde el análisis de los relatos, las estrategias que se implementaron tras las denuncias en redes sociales y el discurso institucional ineficiente que permitió conocer cómo el miedo propició generar resistencias colectivas.

 

De los 19 testimonios, 18 mujeres lograron escapar al secuestro, tres quedaron inconscientes en el intento de escape tras un golpe por parte del atacante, mientras que el resto de narraciones exhiben luchas constantes por huir, afectaciones físicas, psicológicas y sociales, así como denuncias que no procedieron por parte de las autoridades de la Ciudad de México.

 

“Qué tan normalizada está nuestra violencia que tenemos que justificar las acciones de dónde estábamos, de con quién estábamos y cómo estábamos vestidas para justificar que éramos mujeres buenas y que no nos había pasado por hacer una acción mala, es una mentalidad que debemos borrar”, denunció Valentina Zapata sobre la inacción y falta de reconocimiento para atender los casos antes y después de que se hicieran virales.

 

La investigación expuso que se crearon comunidades en línea a partir de la denuncia masiva de los casos, la cual si bien no es tradicional, existe y tiene un impacto real, como son los mapeos de intento de  secuestro realizados por Zoe Láscari y Serendipia, cuya base identificó el modus operandi de los atacantes, patrones de lugares, número de agresores y horarios; la creación de infografías o manuales para saber cómo actuar ante una agresión, así como las manifestaciones de mujeres que permitió migrar de la comunidad online a la offline.

 

Mientras que Jonnhy Lara Delgado expuso el tema “Habitar la protesta: activismo feminista onlife contra las violencias de género”, en el cual recabó más de 700 datos de Twitter, Facebook y mensajes de Telegram relacionados con el activismo feminista, para posteriormente ser analizados y contrastados con los diarios de campo.

 

El trabajo de investigación encontró una resignificación de la acción política y la protesta al pasar del activismo digital a la acción en el mundo real, como el llevar la discusión de la violencia de género dada a través de testimonios en redes sociales con el uso de hashtags durante las manifestaciones colectivas en las calles de la ciudad, en la toma de instituciones o la creación de comunidades entre mujeres para enfrentar las agresiones cotidianas.

 

Los estudios tratados en la mesa de trabajo coincidieron en que existe en el país una naturalización de la violencia contra las mujeres que permea a todos los ámbitos de la sociedad, y que las instituciones encargadas de erradicar este tipo de violencia machista demuestran su incapacidad por implementar acciones eficientes y eficaces que den respuesta a las demandas de las mujeres, lo que ha dejado el trabajo en manos de la sociedad civil.

 

“Mientras, el gobierno no atiende las situaciones que ya están documentadas, tenemos que continuar haciendo acciones de base con estas comunidades que están surgiendo”, declaró Ana Cristina Aguirre Calleja.

 


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