Dirección de Comunicación Social, 23/Mayo/2013
Boletín Electrónico Informativo No. 347
* Es en la etapa de la lactancia cuando se define la predisposición de un infante a subir de peso o no
Pachuca de Soto, Hgo.-La desnutrición y la obesidad se han convertido en tema de gran preocupación entre la sociedad, principalmente cuando estos padecimientos se presentan en infantes. Ante dicha problemática, la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, a través del proyecto “Perfil Nutricional de Escolares en Hidalgo”, desarrollado en el Instituto de Ciencias de la Salud (ICSa), ha evaluado a 48 mil niños de entre seis y 12 años residentes de la entidad con el fin de identificar su estado de nutrición y con base en ello establecer nuevos programas para contrarrestar la mala alimentación.
Marcos Galván, responsable del proyecto, explicó que este estudio ha logrado identificar que en municipios de la zona sur del estado prevalecen el sobrepeso y la obesidad; por el contrario, la desnutrición está focalizada en la zona Otomí-Tepehua. Uno de los objetivos de esta investigación es generar políticas públicas que ayuden a controlar, revertir y prevenir la incidencia de sobrepeso o desnutrición, coadyuvando al desarrollo sano desde el embarazo hasta la edad adulta.
Para lograr un desarrollo óptimo de los escolares, prosiguió, se deben cuidar ciertos aspectos en su alimentación, como las condiciones sanitarias. Si son deficientes, pueden originar infecciones que derivan en un estado de estrés constante para el organismo. Además, se debe vigilar la introducción de los alimentos adecuados a la edad correcta. La falta de disponibilidad de alimentos es un factor decisivo en la desnutrición, repercute en el crecimiento; por ejemplo, la mujer hidalguense alcanza una estatura promedio 1.53 m, mientras que la media nacional es de 1.62 m.
“Es de vital importancia satisfacer las necesidades básicas como la alimentación para alcanzar un nivel educativo alto, puesto que en los primeros tres años la falta de nutrientes afecta al desarrollo cognitivo”, explicó Galván. “La tendencia a subir de peso se origina desde el embarazo debido a que las mujeres deciden no comer lo suficiente para evitar el sobrepeso y la obesidad; esto ocasiona una alteración en el metabolismo de la glucosa desde el útero”.
El investigador universitario detalló que en la etapa de la lactancia se define la predisposición a subir de peso o no. En zonas rurales se lacta aproximadamente durante cinco meses al infante, a diferencia de las zonas urbanas, donde esta etapa dura 3.5 meses promedio; esto hace que un niño con lactancia exclusiva de cinco a seis meses tenga menos grasa corporal que uno que toma fórmula láctea, y lo predispone a generar células adiposas. Además, si al nacer el bebé tiene un peso corporal superior a los 3,500 g, se incrementa el riesgo de que padezca obesidad en edad temprana.
“Resulta imprescindible que la población colabore con las políticas que a través de este proyecto se establecerán para moderar los hábitos de alimentación de los niños, que son el futuro de la humanidad”, concluyó.
-Mónica Cuellar Bocardo/División de Investigación y Posgrado- -Fotografía: Sandra Franco-