Dirección de Comunicación Social, 04/Agosto/2019
Boletín Electrónico Informativo No. 422
* Las personas cometen conductas violentas sin ser consciente de que lo están haciendo; los más jóvenes crecen bajo este hábito
*Una forma de hacer frente a esta situación es la educación y la cultura
Pachuca de Soto, Hidalgo. – En el marco de los 20 años de la Licenciatura en Psicología de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Eric García-López, del Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE), señaló que la violencia es una alteración psicopatológica de la humanidad y lamentablemente la sociedad la está asumiendo como si fuese parte cotidiana.
Al dictar la conferencia “Psicopatología de la violencia en México: el papel del psicólogo ante los retos actuales”, en el Auditorio “Dr. Nicolás Licona Ruíz” del Instituto de Ciencias de la Salud (ICSa), Eric García señaló que en 2006 México tenía un indicador de 76 homicidios vinculados al crimen y la violencia, para 2010 subió a 15 mil 273; en 2006 la tasa indicaba 11 muertes por esta situación por cada 100 mil habitantes, ahora se alcanza los 30 por cada 100 mil personas.
“Los que son más jóvenes están creciendo habituados a la violencia y esto no está bien. La violencia es una alteración de la agresión, es una alteración psicopatológica de la humanidad y lamentablemente la estamos asumiendo como si fuese parte cotidiana”, aseguró el especialista en Neuroderecho.
Recalcó que últimamente la gente comete conductas violentas sin ser consciente de que lo está haciendo. “La violencia no es solamente la expresión más dramática, como puede ser un homicidio, tortura o la desaparición; la violencia implica la vulneración a la dignidad de la otra persona”, subrayó.
Para ejemplificar cómo se vulnera la dignidad de otra persona, el especialista explicó que puede ser llegar tarde a una cita, pasarse el semáforo en rojo, conversar públicamente mientras otra persona expone o plantea un problema. “El respeto a los Derechos Humanos implica el respeto a la dignidad del otro, de forma coherente demostramos que no lo estamos haciendo de la manera correcta”.
Mencionó que de acuerdo a estudios, la pobreza sí puede ser un factor para aumentar el número de delincuentes, sin embargo, afirmó que una forma de hacer frente a esta situación es la educación y la cultura. “La cultura sí es un antídoto contra la violencia, por ejemplo, en Oaxaca a pesar de tener altos índices de pobreza se equilibra la violencia por los conocimientos y tradiciones que allá abundan”, manifestó.
Otra de las cuestiones preocupantes es que los mexicanos no confían entre sí y menos en el sistema jurídico ni en el judicial. Declaró que fortalecer la cohesión social y que el policía sea parte de la comunidad es parte del éxito de los países que han logrado paz entre sus habitantes, como Suiza o Canadá.
Comentó que una de las causas de esta desconfianza es el porcentaje de impunidad que imperó hacia mediados de la década del 2000, cuando el especialista Raúl Zepeda Lecona aseguró que había un 95 por ciento, dato que contradijo el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) al establecer un 99 por ciento de casos sin resolver.
Por ello, consideró que realmente es la corrupción uno de los problemas más grandes del país y la sociedad mexicana.
En su exposición presentó algunas cifras que describen el estado actual de México, el cual se encuentra dentro de los países más violentos del mundo, pues tan solo en un año rebasó el número de muertes por terrorismo en una década a nivel mundial, que es de 32 mil personas fallecidas.
Pese a que ha crecido el número de homicidios, violaciones, secuestro e impunidad, los mexicanos se describen felices. “¿Qué está sucediendo? América Latina se considera una región donde las personas se sienten felices aunque existe violencia y desigualdad. No es entendible cómo en México pueden ser felices”, externó.
Antes de finalizar, el experto en Psicopatología Forense invitó a los alumnos presentes a continuar con sus estudios, a seguir con la investigación y crear instrumentos que permitan una sociedad más pacífica, que respete la dignidad del otro. Asimismo, felicitó al Área Académica por sus 20 años y deseó más años de éxitos.