Trabajo es más valorado en contextos de pobreza y desigualdad


Dirección de Comunicación Social, 22/Abril/2019

Boletín Electrónico Informativo No. 210


*Estudio dice que personas que consideran muy importante el trabajo, son quienes lo hacen en peores condiciones

*Entre más pobreza y desigualdad exista en el país, la actividad laboral adquiere mayor relevancia para la población

 

Pachuca de Soto, Hidalgo.-El actual contexto de pobreza, informalidad de la economía y malas condiciones laborales, han llevado a que en México el trabajo mantenga su papel central en la vida de la población, revela un estudio que elabora el investigador Carlos Mejía Reyes, del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu), de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).

 

El profesor adscrito al Área Académica de Sociología y Demografía trabaja en un documento en el cual apunta que las condiciones laborales que permiten vivir desahogadamente, llevan a una pérdida del papel central del trabajo.

 

El integrante del Cuerpo Académico Problemas de la Modernidad, señaló que el caso de México es excepcional, ya que el trabajo tiene un papel central en la vida de la población, aunque presente condiciones laborales desfavorables, por lo que prevalecen la necesidad de cubrir carencias materiales, pero también otras no materiales, propias de países más desarrollados.

 

Al estudiar la centralidad del trabajo -qué tan importante es el trabajo en la vida, en comparación con otras esferas como la familia, la religión y la política-, el investigador mencionó que basándose en la más reciente Encuesta Mundial de Valores, México es de los países donde más importante se considera el trabajo en la vida de las personas, sólo por debajo de la familia.

 

Lo anterior, explicó el académico, se debe a que las sociedades con altos índices de desarrollo económico y de bienestar social, priorizan aspectos fuera de las necesidades materiales inmediatas, es decir, valoran más la defensa de los animales, las luchas por la ecología, las libertades, las demandas de legalizaciones de consumo, entre otros aspectos; mientras que las sociedades menos desarrolladas orientan su valoración hacia el trabajo.

 

Por ello, en México “entre menos distribución de la riqueza existe, más se valora el trabajo, y viceversa. Hemos encontrado que las personas que consideran muy importante el trabajo, son las que tienen peores condiciones laborales”, subrayó el especialista.

 

La investigación también se orientó hacia la preocupación por perder el empleo, que se analizó a partir de la encuesta anual Latinobarómetro de 2017, donde se encontró que al 33 por ciento de la población en México le preocupa mucho quedarse sin fuente laboral.  

 

En teoría, en un contexto mexicano donde más del 60 por ciento de la población se encuentra en condiciones de pobreza; cerca de 60 por ciento de las actividades laborales son informales, y una parte importante de los trabajos formales presentan condiciones precarias, debería haber mucha preocupación por perder el empleo, sin embargo, los resultados revelan que menos de la mitad temen por perder su fuente de ingresos.

 

“Llama la atención que a pesar de que las condiciones mexicanas son tan desfavorables, la preocupación por perder el empleo es muy poca”, señaló Mejía Reyes, al referir que de 17 países encuestados, los países con más porcentaje de preocupación por la pérdida del trabajo, son Brasil, Venezuela, El Salvador, y Chile, mientras que México está en el lugar 13, por debajo de la media. En los últimos lugares está Argentina, Perú y Uruguay.

 

Una respuesta a ese fenómeno, dijo el investigador, podría ser que la mayor parte de los trabajadores tienen un empleo informal, y el movimiento dentro de ese mismo ámbito es más sencillo que en la formalidad, además de que en caso de perder el trabajo, existe la opción de insertarse en la economía informal.

 

Los avances de este estudio apuntan a que los hombres tienen mayor preocupación por perder su empleo, que las mujeres; en teoría, comentó que las personas con mayor intranquilidad por su fuente de trabajo, serían los varones, las personas de clases sociales más bajas, con menos escolaridad, asalariados, y los trabajadores de empleos manuales y no calificados.


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