Dirección de Comunicación Social, 21/Abril/2018
Boletín Electrónico Informativo No. 215
Pachuca de Soto, Hidalgo.- La Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (OSUAEH) presentó gran concierto de gala, como parte de la primera temporada de conciertos 2018, donde se contó con la presencia del director huésped Lanfranco Marcelletti Jr, quien funge como Director Titular de la Orquesta Sinfónica de Xalapa.
La velada musical inició con el poema sinfónico Sensemayá, del compositor mexicano Silvestre Revueltas, obra que le trajo proyección internacional como un destacado personaje de la música en México. Fue escrito en 1937 para el conjunto de cámara y un año después para la orquesta completa. Es un espectáculo orquestal único, algo que sólo Revueltas podrían haber escrito y, a su manera, es una de las obras más brutales de su tiempo.
La obra es excelente por su complejidad rítmica y porque incorpora percusiones prehispánicas en la batería orquestal. Las texturas de la obra son ásperas y directas. Todo comienza con un ambiente ondulante, misterioso, como adentrándose al mismo ritual para darle muerte a la serpiente. Está basado en el poema homónimo escrito por el poeta cubano Nicolás Guillén.
La noche continúo con la interpretación de “Tierra de Temporal” poema compuesto en 1949 por José Pablo Moncayo. Esta obra lo hizo acreedor al segundo premio del Concurso Chopin, organizado por la Universidad Autónoma Nacional de México.
Se basa en el argumento del cuento de Gregorio López y Fuentes, en el que se narran algunas vivencias de los campesinos en tiempos de cosecha durante la época prehispánica, por lo que tiene un marcado arraigo por la naturaleza. El estreno se realizó en junio de 1950 con la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la dirección de Moncayo. Al escuchar la obra se puede identificar un marcado uso de timbales y percusiones, lo que da paso a momentos de tranquilidad y armonía, para después concluir con un clímax estruendoso.
Para la segunda parte del concierto sonó la “Sinfonía No. 1”, de Johannes Brahms, que tuvo como artista invitado al pianista Mexicano Rodolfo Ritter, considerado por la crítica especializada como “uno de los exponentes más importantes del piano en Latinoamérica”. Se distingue por interpretaciones de gran fuerza y concentración a partir de un magistral dominio del piano dentro de una refinada cultura propia de sonido.
La obra es particularmente sinfónica, pues el solista está integrado a la orquesta como parte de un todo, por lo que se ha llegado a considerar como una sinfonía para piano y orquesta. El concierto se compone por tres movimientos: “Maestoso” “Adagio” y “Rondeau”. El primero inicia con un enérgico tema para las cuerdas que precede a la entrada del piano. Un apasionado tema se escucha luego en la voz del piano. Sigue una noble y serena melodía para presentar el piano solo. El segundo movimiento es de carácter religioso, el tema inicial lo exponen las cuerdas, tocando con sordina. El tercer movimiento tiene forma rondeau cuyo estribillo, rítmico y brillante, lo expone primeramente el piano.
Con una ovación de pie y el reconocimiento de los asistentes por medio del aplauso fue como concluyó el concierto de la OSUAEH, que una vez más hicieron muestra de su esfuerzo y dedicación por brindarle al público una noche grata.