Pastorela, resultado de sincretismo cultural


Dirección de Comunicación Social, 22/Diciembre/2016

Boletín Electrónico Informativo No. 783


Pachuca de Soto, Hidalgo.- Las Pastorelas tradicionales de México son resultado de un sincretismo entre la cultura prehispánica y española durante la época colonial, indicó Francisco Luis Jiménez Abollado, investigador del Área Académica de Historia y Antropología de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).

 

A propósito de la época navideña, el científico, que también es líder del Cuerpo Académico de Estudios Históricos y Antropológicos, comentó sobre esta costumbre en el país: “Con la llegada de los españoles vinieron los Franciscanos, quienes instituyeron el Portal de Belén en los pueblos indígenas completamente español y religioso”.

 

Mencionó que el tema de las Pastorelas también tiene qué ver con los villancicos que se cantaban en varias partes de Europa en torno al nacimiento del niño Jesús, piezas que también tenían sus variantes en cada territorio. “… los cánticos navideños igualmente se aclimataron a las circunstancias de los pueblos americanos que se desarrollaron en la colonia”, detalló.

 

Añadió que si bien las Pastorelas nacieron en México, los villancicos españoles son su antecedente.  El argumento básico consiste en que unos pastores intentan ir a Belén para adorar al Niño Dios recién nacido, pero un grupo de diablos pone toda clase de obstáculos en su camino para impedirlo. Al final vence el bien, Lucifer es derrotado por San Miguel o por un “ángel”, y los pastores entregan regalos para el Santo Niño, lo arrullan y le cantan villancicos. Todos los asistentes besan al Niño y con la tonada de la despedida se termina la actuación.

 

Se dice que fray Andrés de Olmos hizo la primera pastorela navideña escrita en idioma náhuatl para facilitar la compresión de los indígenas, y contiene pasajes hechos especialmente para la mentalidad de ellos. Por medio de la música, las danzas y la profusión de flores, la representación de Olmos llegó directo al corazón de los nativos, quienes consideraban estos elementos indispensables para todo festejo.

 

 

Al hablar de los nacimientos, representación del momento en que nació el niño Jesús, el investigador puntualizó que en cada lugar, tanto del país como del mundo, es único. Por ejemplo, en Italia se pone el napolitano, en el que las figuras utilizan ropa del renacimiento y casas romanas; en Chiapas se pone uno hecho con hojas de maíz en el que los personajes usan trajes típicos propios del lugar: “en cada religión se adapta a sus circunstancias, aunque los elementos constitutivos sean los mismos”, finalizó. 

Eva Becerril


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