Universitarios al servicio de quienes más lo necesitan


Dirección de Comunicación Social, 17/Diciembre/2015

Boletín Electrónico Informativo No. 768


*El servicio social representa una oportunidad de fortalecer la formación profesional de los universitarios

 

 Pachuca de Soto, Hidalgo.-  Alumnos de la licenciatura en Gastronomía de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), realizan su servicio social en la Fundación Nueva Vida, una asociación civil en el centro de Pachuca, Hidalgo, sin fines de lucro que trata con personas de edad adulta y jóvenes con adicciones, ambos de escasos recursos o en situación de calle, además de niños en entornos vulnerables.

Una sala amplia se ha acondicionado para brindar desayuno todos los martes a las 9:00 de la mañana a decenas de adultos mayores y jóvenes de bajos recursos. “Son fundamentales los alumnos de servicio para poder realizar actividades, como esta que es permanente”, manifiesta Carolina Téllez, coordinadora de programas de la Fundación Nueva Vida. Continúa explicando que se han acercado voluntarios para atender la cocina, pero la Fundación decidió solicitar prestadores de servicio social para aproximar estas actividades a los jóvenes y recibir un mayor compromiso.

El servicio social representa una oportunidad para fortalecer la formación profesional de los universitarios y donde pueden devolver a la sociedad una parte de lo mucho que han recibido. También, representa una oportunidad de vincularse con instituciones públicas y privadas nacionales e internacionales, pero sobre todo, establecer un compromiso institucional.

“Me parece bien tener el servicio social como asignatura porque nos hace más humanos y aquí he encontrado satisfacción sin ganar nada” expresa José Luis Sánchez Quintero, alumno de octavo semestre de Gastronomía, quien realiza su servicio social en la Fundación Nueva Vida.

Perla Rubí Cerón Morales, también de Gastronomía, relata que han tenido el reto de elaborar alimentos a través de donaciones, las cuales son aportadas por diversas personas, ya sea en el mercado o institutos. “Desafortunadamente son muy escasos y lo que nosotros tratamos es hacerlos rendir para las  personas que vienen”, comenta.

Por su parte, Aline Martín Pioquinto, del mismo programa académico, indica que lo que hacen en la cocina de la Fundación está muy enfocado a su perfil. “Hacemos de comer para personas vulnerables; lo que más me ha enseñado esta experiencia es a ser bondadosa con la gente, a valorar lo que tengo. Para nosotros darle alimento a quien lo necesita es muy gratificante”.

José Luis, Perla Rubí y Aline, cocinan los lunes para gente de escasos recursos, los martes lo sirven y los días siguientes se avocan a recaudar despensas para cocinar. Los jueves arriban a la colonia La Raza y cocinan para niños de tres a seis años, al día siguiente recolectan donaciones. “Lo que más me gusta es recibir agradecimientos de las personas, las cuales son sinceras, pues de alguna manera los estamos apoyando”, indica a José Luis. 

Son muchas las experiencias que se adquieren durante el servicio social, como el primer contacto con compañeros de trabajo, los primeros aprendizajes, entre otras cosas. Colaborar con las actividades de alguna empresa u organismo público es agradable, pero hacerlo para una fundación donde puedes notar la manera en que contribuyes con la sociedad, es muy gratificante.


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