Negocios para punks

Más allá de hablar del manejo de finanzas y desarrollo de objetivos económicos, Watt comienza desde el punto de encontrar una misión o un compromiso personal que defina la razón para hacer un negocio. En otras palabras, entiende que no todos los emprendedores tienen necesidades financieras, sino que hacen sus labores por razones completamente personales y eso es lo que busca proponer el libro: “Negocios para Punks es un manifiesto para negocios en el siglo veintiuno. Desgarra esos viejos libros pesados, rechaza el status-quo, demuele el establecimiento y adopta el amanecer de una nueva era” (p.11). Así es como las estrategias que componen el libro forman parte de dos polos que comprenden herramientas interesantes para artistas y otras personas que buscan desarrollar sus emprendimientos desde visiones más alejadas de la forma en que tradicionalmente se han hecho las cosas dentro del sistema capitalista del siglo veinte, bueno veintiuno.

De hecho, desde el primer capítulo abre con el siguiente título: “Comenzar un negocio para vagabundos vigilantes”. Acá propone las bases adecuadas para la creación de un emprendimiento y no se refiere al establecimiento de misiones y visiones rígidas, sino que en realidad habla de la creación o búsqueda de lo que llama una cruzada. Es decir que propone la creación de revoluciones basadas en ideales fuertes y congruentes, que eventualmente construyan un propósito claro para la organización, una misión que vaya más allá del dinero, “una razón para existir” (p.18). Si bien la suya no es la revolución social más impactante del mundo (cambiar el mundo de la cerveza artesanal), si hace un llamado bien interesante a replantear las bases fundacionales de una empresa, pues intenta que las misiones personales sean la razón de existir de la empresa.

A partir de ahí expone una serie de estrategias administrativas que podrían rastrearse en libros más clásicos o tradicionales, pero les da constantemente un giro pensando en la libertad y la rebeldía como características esenciales. Precisamente la declaración de una misión de este estilo permite crear una revolución a la cual los consumidores van a adherirse más allá del producto que se venda. También implicará que los productos realizados serán hechos por las necesidades propias de los emprendedores y no del mercado. De esa manera las ideas van a ser más impactantes de lo que podría realmente lograr un plan de negocio que es muy cerrado y lo que va a importar no es la generación de ganancias.

Así que, si se busca una guía llamativa y diferente, busca la de Watt: “Si lo que quieres es hacer dinero y tener un gran golpe, únete a una corporación desesperada. Vende tu alma al diablo y se otra rata concursante en un traje costoso. Las Start-ups son un ambiente increíblemente duro y vas a necesitar algo que te sostenga. Y eso que te va a sostener es tu equipo y tu misión” (p.19).