Dirección de Fomento a la Lectura

 

De ahí surge Ficciones, su libro más célebre, que de algún modo sentó las bases de la autoficción cuya presencia se haría notar con fuerza en la década de los noventa en la obra de Sergio Pitol, Ricardo Piglia, Enrique Vila-Matas y que ahora tiene su renovación con Cristina Rivera Garza, Guadalupe Nettel y otras autoras, como Valeria Luiselli y sus Papeles falsos y Verónica Gerber Bicecci en Mudanza, dos obras publicadas por primera vez en 2010 —con varias ediciones— que desbordan las convenciones genéricas del ensayo para tomar una ruta alternativa; así, el ensayo actual se piensa y ejecuta desde lo interdisciplinario, más allá de sus fronteras.

Verónica Gerber Bicecci se define a sí misma como una “artista plástica que escribe”, lo que sugiere su búsqueda permanente de un diálogo que va más allá de los cruces de géneros literarios: Mudanza inicia y cierra con dos textos autobiográficos, “Ambliopía” y “Ambigrama”, que reflexionan sobre la vista y la mirada; los cinco textos de en medio, más cercanos al ensayo, también rompen las fronteras de las artes y la literatura para hallar nuevas formas de expresión en lo híbrido y lo desmontable. Mudanza propone una revisión de aquellos artistas y poetas que, amenazados de ambliopía y otras enfermedades de la vista, siguieron un itinerario estético marcado por su mal.

Coqueteando con la autoficción y lo corporal como materia(l) de su trabajo ensayístico, Gerber recurre a la teoría del arte que disloca el canon y el pensamiento occidentales (Ulises Carrión), a los artistas rebeldes (Vito Acconci) que escriben fuera de la hoja de papel y proyectan perturbadores filmes excéntricos, a los genios de las vanguardias europeas (Marcel Duchamp y René Magritte) que rompen todos los límites formales, a las formas extravagantes y creativas de combatir la incomunicación y la ausencia (Sophie Calle y Paul Auster). Poco a poco, Mudanza abandona el ensayo para instalarse en la narración, concretamente en la biografía, para aterrizar en la poesía y la lengua privada de los escritores: Finnegans Wake de James Joyce, Altazor de Vicente Huidobro, la teoría de las jitanjáforas de Alfonso Reyes, las onomatopeyas de Öyvind Fahlström.

Un texto autobiográfico abre la obra; otro del mismo género lo cierra: en medio, se encuentran las reflexiones sobre el arte y la literatura, reflexiones que se despliegan y sugieren ese concepto que la autora había pensado para este libro portátil: un ensayo-valija, situado en la poética de la ruptura, más allá de la Historia abreviada de la literatura portátil de Vila-Matas.

Gerber Bicecci, Verónica. Mudanza, Almadía, Oaxaca, 2017.