Mientras en el primer libro Mia lidiaba en un inicio con las inseguridades que la chica de la banda de Adam le provocaba, todo terminó cuando él le hace mención que ambos tienen preferencia por las mujeres. En la vida real no lo era en lo absoluto.
Para cuando Mia y Adam llevaban una relación bastante unificada, a la banda le llovió un contrato discográfico, una gira por Estados Unidos y una fama imparable. Por otro lado, Mia lidiaba con Julliard como su futura universidad, con el objetivo ejercer con el cello la magia musical que su padre le había heredado. Eventualmente eso terminó separándolos de su relación. Sin embargo, un accidente automovilístico marcaría la ironía de la desesperación de Adam por querer estar con Mia aun estando ella inconsciente. Y aunque Forman le puso dramatismo con un auto como el gran problema del estado de Mia, en la Tierra mi problema no fue un auto, fue una persona.
Para cuando Mia despertó intentó lo más posible tener una relación con Adam, y él de manera reciproca con ella, pero entre la falta de tiempo y los kilómetros de distancia la relación se hizo imposible, por lo cual se vieron en la necesidad de terminarla.
A la continuidad de la agenda de cada uno, tanto Mia como Adam gozaban de un éxito casi inimaginable. Adam se volvía más ermitaño, viajaba menos en compañía de la banda y lo único que lo unía a esta eran las presentaciones ya agendadas.
Lo Que Fue De Ella
Gayle Forman
Por Selene Ameyalli Torres Martínez
Maestrante en Ciencias Sociales
Me encontraba sentada en la barda afuera de la facultad cuando un joven conocido por todos me abordó. Una semana más tarde era nuestra primera cita y me moría de nervios, y apuesto a que él también. Un mes más tarde después de ello me dijo que le gustaba, que me quería y que, si quería andar con él, y le dije que sí. Meses más tarde entre formar parte de una banda y sus estudios académicos llegó la factura con amor incondicional como apéndice. ¿Quién escribió mi historia? Gayle Forman.
La diferencia es que como personaje principal no puso mi nombre, sino el de Mia, y en lugar de poner a quien no debe ser nombrado, lo llamó Adam. Dividida mi historia en dos libros considero debió hacerlo solo en uno fraccionado en dos partes, y en lugar de ilusionar a las y los lectores con que él saldría corriendo al hospital esperando que la magia de la música la despertara, la realidad fue otra.