Dirección de Fomento a la Lectura

 

El pasajero protagonista se encuentra desconcertado por el lugar de donde parte hasta el final del recorrido: aquella cúspide en las alturas con cantos de alondras, verdes praderas, un río, un bosque y montañas lejanas con ciudades en ellas, cubiertas por nubes que a lo lejos se podían avizorar. A lo largo de lo que en realidad era una excursión Lewis entabla conversaciones con los otros pasajeros, quejumbrosos, pero con argumentos personales que resultan familiares para el lector, y él, como asustado, no alcanza a entender del todo lo que le dicen, pues pareciera que todos saben a dónde van y a quien verán en aquella cima.

Ese lugar a donde llegan es muy diferente a la ciudad gris, y las personas que aparecen ahí, provenientes de las montañas, también son diferentes a los viajeros, pues son “espíritus brillantes” y ellos, los excursionistas, en aquel lugar son como “fantasmas”, “transparentes”, “manchas de forma humana en el resplandor del aire”, eran tan débiles en aquel lugar que ni el pasto se doblaba bajo sus pies, ni capaces de cortar una sola margarita. En cambio, las otras personas, hacían temblar la tierra con su caminar, provocaban un “aroma dulce donde aplastaban la hierba y esparcían el rocío”, unos desnudos y otros vestidos, pero igual de adornados, sin edad, “gente sólida” que se acercaron con un solo propósito, el de charlar con los fantasmas uno a uno, pues se conocían o se habían conocido. La meta de aquellos seres era de convencer a los turistas de quedarse ahí y juntos fueran a las montañas. De igual manera sucedió para Lewis, quien encontró a George McDonald, su maestro, quien le explica todo lo que sucede en el lugar, de donde viene, y de los fantasmas, y de los espíritus luminosos. En suma, de los que ya están en el cielo y de los que ya están en el infierno. Le explica cómo debe hacerse la separación o divorcio para estar en un lugar u otro y para ello había que corregir algo.

El libro que nos presenta Lewis, es un intento, como dice él, de despertar la curiosidad en los lectores sobre los detalles del otro mundo. A través de contar de ese sueño que tuvo. Trata de exponer una “moraleja” por medio de las conversaciones largas que se exponen entre los personajes, las cuales son de temas vigentes en 1945, fecha de publicación del libro, o para el 2020, algunos comunes como el amor y el desamor, la pérdida de un ser amado, la gloria pasajera, otros temas intelectuales como la ciencia y la religión.

El libro editado en 2006 por Rayo, aborda temas teológicos y filosóficos sobre la vida después de la muerte y no solo eso, sino que también invita al lector a reflexionar sobre lo importante en la vida mientras se está en la “tierra”, pues a través de la analogía de la ciudad y aquella cúspide, como un espacio entre el infierno y el cielo, para decidir quedarse en la ciudad e ir al infierno o quedarse en la cúspide e ir al cielo, entonces implica dejar aquello que no permite estar allá y eso se responde en dichas tertulias, como el amor de Dios, el perdón, y la gracia.

Aunque es un libro pequeño, invita a leerse más de una vez para encontrar aquellos simbolismos en la fantasía que desarrolla el autor o para encontrar las referencias en los detalles de los diálogos presentados.

Sobre el autor

Clive Staples Lewis (1898-1963), más conocido como CS Lewis, es un autor inglés del siglo XX, reconocido por su pensamiento crítico y teológico, y por sus notables novelas de ciencia ficción como Las Crónicas de Narnia.