Todo esto en un mundo lleno de criaturas fantásticas como elfos, magos, hombres que se convierten en osos, seres horribles y temibles como trasgos, animales que hablan, entre otros, lo cual advierte un mundo peligroso y egoísta de caminos difíciles para un hobbit temeroso, aunque astuto, que solo ha oído de todo ello, pero sin conocerlo de experiencia propia y así en cada paso que daba anhelaba volver a su agujero cálido bajo el suelo.
El autor, excepcional en su obra, presenta una narrativa sencilla de leer, con una descripción suficientemente buena para que logres imaginarte los países, los momentos de angustia así como los momentos divertidos, y sin pasar de largo aquellos instantes en la lectura que te llevan a hacerte saltar por dentro de la emoción hasta como para recrear los cantos y la tensión generada en las extensas pero entretenidas charlas, aunque algunos considerarían anticuadas más otros perspicaces, pues se colman de acertijos y retorica. Una novela del género fantástico recomendadas para los más pequeños, así como para los grandes experimentados, y quienes viven una historia similar.
El Hobbit
J. R. R. Tolkien
Zuriel Alonso García Hernández, Profesor en la Licenciatura en Comunicación de la UAEH
El Hobbit, “el que caminaba sin ser visto, el descubre-indicios, quien fue elegido por el número de la suerte, el que entierra a sus amigos vivos, y los ahoga y los saca vivos otra vez de las aguas”, así se presentó ante un asolador dragón que reposaba furioso sobre una cama de oro y plata, en uno de los momentos más épicos de la historia fantástica que narra J. R. R. Tolkien sobre la aventura de Bilbo Bolsón que nunca había esperado ni mucho menos pedido, pero que se convertiría en la tertulia que lo cambiaría para siempre.
El Hobbit (2010, Minotauro) publicado en 1937, en el Reino Unido, es una novela clásica de todos los tiempos que cobra un sentido de identificación para todos aquellos que dejan la comodidad de su hogar (quizás por necesidad o sin esperarlo, o quizás por obra del destino según Tolkien) para comenzar un viaje lleno de obstáculos a veces por la situaciones que plantea a realidad o por luchar contra ti mismo en cuestión de expectativas, metas y fracasos dónde surge un proceso de adaptación y de crecimiento personal.
Tolkien cuenta la historia de un Hobbit, un hombrecito que mide menos que un enano y de enormes pies resistentes que no necesitan calzado, vive tranquilo tomando el té a las cuatro hasta que un día aparece un mago de nombre Gandalf quien le propone, junto con trece enanos, recobrar un castillo bajo la montaña y el tesoro dentro de él, que Smaug, un dragón amante de las riquezas de los hombres, tomo hace muchas décadas atrás, donde devoró, quemó, y mató a todos los enanos que habitaban ahí. Thorin quien fuera el legítimo descendiente del rey enano, anhelaba la venganza y recuperar lo que por derecho le pertenecía, para esto necesitaban un saqueador como Bilbo, elegido por Gandalf sin mayores explicaciones como el ideal, para la travesía que emprenderían. La recompensa sería una catorceava parte de todo lo que pudieran recuperar si ganaban, claro, y un anillo de poder.