Entre tijeras y sueños: la reinvención de Yacco Sodi

Uno de los actos de amor propio es acudir a un salón de belleza a consentirse, ya sea un nuevo corte de cabello, un tinte, depilación, colocación de uñas, maquillaje y otras especialidades, nos hacen sentir diferente, nos relaja y nos motivan.

Es así como uno de los expertos más reconocidos en Hidalgo en este ámbito es Yacco Sodi, “El máster de la belleza” —como es conocido en el medio—, quien, entre espejos, sillones redondos, alisadoras, risadores de cabello, peines, cepillos y tijeras, recibió a Revista Gaceta UAEH para revelar su historia de reinvención personal, plagada de esfuerzo, pero también de un gran amor por su trabajo, lo que le ha llevado a ser uno de los esteta-cosmetólogos más reconocidos de la entidad.

Yacco Sodi nos reveló que el estilismo no fue su primera elección de carrera, pero le enganchó y le ayudó a salir adelante en uno de los momentos más complicados de su vida y ahora es su pasión.

“Me han llegado a preguntar si esto era algo que siempre quise hacer, si de niño ya me gustaba maquillar o peinar, y no, para nada”, confiesa sentado en el recibidor de su estudio, localizado en la colonia Tulipanes, Mineral de la Reforma.

Inicialmente su vocación apuntó hacia la actuación y la televisión, de la cual tiene mucha preparación, sin embargo, su familia lo empujó hacia un camino tradicional: estudiar una licenciatura. Obligado por las circunstancias, ingresó a Administración de Empresas, pero no le gustaba.

“No era lo que quería. Lo hice solo por complacerlos y al poco tiempo lo dejé, después de eso comenzó mi búsqueda real”, señala.

Tras abandonar los estudios, trabajó en empresas textiles administradas por miembros de la comunidad judía, a la que él también pertenece. Durante un año, se mantuvo económicamente, pero también se perdió.

Reconoce que comenzó a llevar un estilo de vida de excesos. “Me sentía todopoderoso con mi propio dinero, pero no me di cuenta en qué momento caí en ese mundo. Me hice alcohólico. Llegué a despertar tirado en la calle, sin celular, sin llaves, sin dinero…”.

El camino hacia el estilismo

Aquella experiencia fue su punto de quiebre. Entre las personas que le ayudaron se encontró el estilista y cosmetólogo Fernando Estrada, quien lo invitó a una convivencia en su escuela de belleza. No tenía ni dinero para el pasaje, asegura, pero decidió pedir prestado y asistir. Al llegar encontró más que un refugio: halló una oportunidad de vida.

“Fernando me ofreció quedarme a ayudarlo en la escuela, su intención era que tuviera tiempo para pensar qué quería hacer con mi vida”, recordó.

Fue en ese contexto, acompañándolo a eventos de belleza por todo Hidalgo y otros estados, donde algo dentro de él comenzó a despertar. “Era como enamorarme de alguien. Al principio no sabía que me gustaba, pero en cada evento, en cada show, sentía más emoción”, mencionó.

Lo cautivaron los estilistas que subían a la plataforma, mostrando su arte al cortar, maquillar y peinar. “Empecé a imaginarme ahí, arriba del escenario. Me visualicé creando, mostrando algo artístico al público”, dijo.

Señala que con el paso del tiempo no solo se enamoró del arte de embellecer, sino que se convirtió en pionero. Fue de los primeros en aplicar en Pachuca técnicas modernas, como la encapsulación de uñas, figuras en tercera y cuarta dimensión, así como pedrería. También incursionó en micropigmentación y otras innovaciones que hoy forman parte del estándar en los salones de belleza.

“El área de la belleza también estaba evolucionando, y tuve la fortuna de crecer con ella”, expresó.

Cuando decidió formarse profesionalmente en el ramo, se encontró con otro obstáculo: no tenía dinero para pagar una carrera de belleza. Nuevamente, Fernando Estrada fue su apoyo. Así, pasó de la oscuridad más profunda a los escenarios más brillantes de la industria, “El máster de la belleza” construyó un nuevo destino con sus propias manos.

Estudio de belleza y reconocimiento

El siguiente paso fue independizarse. Al principio no fue sencillo, pues quien le había invitado a ese mundo y lo había arropado, le sugirió separarse y poner su propio salón. “Me dolió en esos momentos, pero gracias a que me dio esa ‘patada’, que yo no me esperaba, me forcé a salir adelante por mí mismo”, mencionó.

Puso un salón en la colonia C. Doria, de Pachuca de Soto, un espacio reducido, sin rótulos ni fachada comercial, pero bien diseñado y equipado, permitiendo que se corriera la voz sobre su talento. Desde las primeras clientas, muchas de las cuales lo siguieron desde su empleo anterior, hasta artistas como Andrea García y Maribel Guardia confiaron en su maquillaje para sesiones fotográficas.

En un abrir y cerrar de ojos pasaron siete años, tiempo en el que también fue reconocido y considerado para diversos proyectos, entre ellos atender a las y los artistas que se presentaban en el Teatro del Pueblo de la Feria de Hidalgo.

La creciente clientela, que incluyó desde funcionarios hasta deportistas, fue testigo de su crecimiento. Fue entonces cuando una persona le hizo ver que había llegado la hora de dar el siguiente paso. “Tu lugar está muy bonito, pero ya no cabes aquí”, le dijeron, y, aunque al principio dudó, tomó la decisión de mudarse.

Así fue como se mudó a un local de tres pisos donde ha permanecido los últimos diez años, que, sumados a los siete en su primer salón, marcan 17 años de trayectoria profesional. “El 15 de mayo cumplí 10 años exactos en este lugar”, afirma con orgullo.

La conducción en televisión

Además ha destacado en el ámbito de la comunicación. Actualmente es conductor en el programa matutino “Ya es hora”, de Radio y Televisión de Hidalgo, donde también presenta secciones de belleza.

“Me siento pleno y realizado”, aseguró. Si bien reconoce que tiene el potencial para volverse viral en redes sociales, no lo ve como una prioridad. “Hoy a mis 42 años ya cambiaron mis prioridades. Antes me hubiera emocionado la idea de ser influencer; hoy me basta con saber que he hecho las cosas bien”, afirmó.

Su trabajo ha sido constante, versátil y multifacético. Fue coach y directivo en certámenes de belleza, ha sido jurado en múltiples eventos y concursos estudiantiles, y ha mantenido una conexión estrecha con su comunidad. “Me doy cuenta que soy un personaje presente para mucha gente en Hidalgo. Siempre me han tenido en mente”, refirió.

Hoy, Yacco Sodi es un referente no solo por su talento, sino por su capacidad de resiliencia. Su historia es inspiradora para las y los futuros estilistas, pero también para cualquiera que haya tocado fondo y se pregunte si es posible volver a empezar.