
De plaga a solución, el lirio
Por Alejandra Zamora Canales
Fotografía Alejandra Zamora Canales

¿Sabías que una bella pero invasiva planta está causando estragos en nuestros ecosistemas? La Eichhornia crassipes, mejor conocida como lirio acuático, llegó a México hace más de un siglo desde el Amazonas ¡y no ha dejado de expandirse desde entonces! Aunque parece inofensiva, esta planta ha invadido lagos y lagunas, poniendo en riesgo la flora y fauna de los sistemas hídricos del país.
Uno de los sitios más afectados por esta situación es la laguna de Tecocomulco, un verdadero tesoro natural hidalguense que no solo recibe aves migratorias de Canadá, Estados Unidos de América y el norte de México, sino que también es el hogar del ajolote y la rana Moctezuma, dos especies en peligro de extinción.
Pero no todo está perdido. Milca Eliana Tolentino, estudiante del Doctorado en Ciencias Ambientales en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), está desarrollando una investigación que busca aprovechar la capacidad de biorremediación del lirio acuático para eliminar la presencia de metales pesados para los seres vivos ¿Quieres saber cómo lo está haciendo y por qué este trabajo es tan importante? Quédate a leer el siguiente artículo de Revista Gaceta UAEH.

La eutrofización se da cuando hay un exceso de nutrientes inorgánicos, como el nitrógeno o el fósforo, que provocan un crecimiento excesivo de algas, esto se debe en gran medida al inadecuado manejo de los desechos generados por el ser humano. El lirio acuático aprovecha esta situación para generar densos tapetes verdes en la superficie del cuerpo de agua, impidiendo el paso de la luz y provocando afectaciones en la biodiversidad acuática.
La Autónoma de Hidalgo ha generado varias investigaciones sobre el uso de esta planta para generar bioplásticos, mientras que en otros artículos científicos de instituciones externas se habla de su uso para la generación de papel.
Sin embargo, el trabajo que realiza Milca Eliana Tolentino Mendoza, bajo la guía de José Roberto Villagómez Ibarra, profesor investigador Garza, se enfoca en utilizar la capacidad de bioacumulación que tienen esta especie invasora para sanear las aguas contaminadas por metales pesados. Así, se plantea encontrar un uso real y sustentable para una problemática que ha impactado al humedal hidalguense desde hace más de una década.

Milca Eliana Tolentino Mendoza, estudiante del doctor en ciencias ambientales en la UAEH.
Para ello, la doctorante Garza llevó a cabo un análisis de los parámetros físico-químicos, como la salinidad, dureza y calidad del agua, para saber las condiciones que se presentaban en la zona. En la primera fase se descubrió que existe presencia de metales pesados en el sitio, los cuales se encuentran por arriba del límite permitido por las autoridades, pero contrario a lo que uno esperaría, el 60% de estos elementos tienen su origen de forma natural debido al desgaste de las propias rocas que forman parte de la laguna.
El lirio tiene una eficacia del 98% de remoción de metales en concentraciones bajas.
Actualmente, Tolentino Mendoza está buscando demostrar la capacidad de bioacumulación que tiene la Eichhornia crassipes para capturar los contaminantes de alta toxicidad. La investigadora de la UAEH sostiene la hipótesis de que el metabolito que genera de forma natural el lirio captura estos metales, por ello, es necesario aplicar técnicas de fitorremediación que permitan controlar la presencia de dicha planta y obtener un aprovechamiento del 100%, en lugar de buscar su erradicación total, la cual trae consigo otra serie de problemáticas.
Una de ellas se deriva del manejo de los residuos tras la extracción de la planta de la laguna, debido a que en muchas ocasiones estos remanentes se depositan a cielo abierto y en las orillas del sitio para que se sequen. Sin embargo, la alumna Garza mencionó que esto provoca que los metales acumulados en el lirio se depositen en el sedimento y con la época de lluvias vuelvan al humedal, generando un ciclo sin fin.
Educación ambiental, clave para la población
Milca Tolentino puntualizó que la población cercana al sitio Ramsar sabe que existe la presencia de algunos elementos nocivos, pero desconocen las cantidades, cómo pueden dañar su salud o el origen de éstos. Sin embargo, la preocupación por estos contaminantes es latente, por ello, desde la perspectiva de la científica es necesario trabajar en jornadas, simposios y foros con las comunidades para resolver las dudas que tengan al respecto.

Acumulación de lirio acuático en la laguna de Tecocomulco.
También es necesario brindarles alternativas para el sector agrícola y acuícola para evitar el uso de fertilizantes o pesticidas que tienen hidrocarburos en los campos de cultivo cercanos. Asimismo, prohibir o regular el uso de armas de fuego durante la temporada de caza, pues se emplean perdigones, los cuales contribuyen al problema actual, así como instalar granjas de peces fuera de la laguna para la venta y consumo de carpa, como sucede con los criaderos de ranas en la zona.
Uno de los planes a futuro que tiene la estudiante Garza se encuentra el análisis de la biomagnificación o amplificación trófica del humedal, es decir, en identificar cómo las sustancias tóxicas, como los metales, se acumulan progresivamente en los organismos a lo largo de la cadena alimenticia. Por ejemplo, cuando los animales más pequeños son devorados por otros seres vivos, la concentración de contaminantes aumenta considerablemente. En este caso puntual se busca estudiar a la carpa, un pez que se comercializa y consume en la zona.
“Si te comes una carpa, pues no hay problema. Pero si la consumes con más frecuencia, entonces sí existe un riesgo”, declaró.
Además, se busca que la bioacumulación del lirio pueda ser empleada en otros cuerpos de agua contaminados por el ser humano para ayudar a su recuperación, pero es necesario realizar estudios previos para conocer la concentración y tipo de contaminación que existe en el lugar. Cabe destacar que entre los experimentos más recientes a los que Tolentino Mendoza sometió a la planta, se encuentra la remoción de hasta el 53% de metales cuando se expuso a una alta concentración.
“Hay que determinar qué porcentaje de remoción está logrando el lirio y, si no es suficiente, entonces aplicar otra técnica que no sea fitorremediación sustentable”, declaró la investigadora de la UAEH, quien propone, como alternativas, introducir un agente quelante que pueda secuestrar el metal del agua para después aplicar una limpieza, realizar una electrorecuperación del metal o buscar una solución con las fuentes emisoras de los contaminantes para ayudarlas con el manejo de sus desechos tóxicos.
Este trabajo no solo representa un avance en la búsqueda de soluciones sostenibles frente a problemáticas ambientales locales, sino que también da muestra de la vinculación de la investigación científica con las necesidades reales del entorno. Iniciativas como la de Milca Eliana Tolentino Mendoza demuestran que la ciencia universitaria no solo responde a los desafíos del presente, sino que también siembra las bases para un futuro más consciente, equitativo y en armonía con el medio ambiente.