
Enrique Bátiz Campbell: el legado de un prodigio
Por Eva Becerril
Fotografía: Alejandra Zamora, Carlos Eduardo Cruz, Carlos Fernando Sánchez, Emmanuel Chang y especial

Pocas personas en el panorama musical de México han despertado tanta admiración como Enrique Bátiz Campbell. Con una carrera que abarcó más de seis décadas, su presencia representa una vida dedicada a la excelencia artística, al perfeccionismo interpretativo y a la expansión del repertorio sinfónico dentro y fuera del país.
La Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) tuvo el privilegio de contar con su dirección artística al frente de su Orquesta Sinfónica (OSUAEH), un hecho que marcó un hito en la historia cultural de la institución y de la entidad. Por ello, tras su reciente fallecimiento, el pasado 30 de marzo del presente año, en Revista Gaceta UAEH recordamos su gran trayectoria y legado.
Una vida marcada por la música

Considerado una figura imprescindible en la historia musical de México, Enrique Bátiz Campbell nació el 04 de mayo de 1942, dejando una profunda huella en la escena orquestal nacional e internacional. Su legado se forjó desde la infancia, cuando a los cinco años ofreció su primera presentación pública como pianista, sorprendiendo con un talento que marcaría el inicio de una trayectoria brillante.
Se formó en instituciones de prestigio como la Juilliard School of Music de Nueva York y el Conservatorio de Varsovia, donde estudió bajo la tutela de Zbigniew Drzewiecki, maestro vinculado estrechamente con la interpretación de Frédéric Chopin. Desde estos años se perfiló como un artista disciplinado y sensible, cualidades que se reflejarían en cada obra bajo su batuta.
El impulso orquestal mexicano

Enrique Bátiz al finalizar un concierto con la OSEM
Fundador de la Orquesta Sinfónica del Estado de México (OSEM) en 1971, fue su director general en dos etapas: de 1971 a 1983 y de 1990 a 2018. Bajo su liderazgo, la OSEM se consolidó como una de las agrupaciones más relevantes del país, llevando la música clásica a distintas latitudes.
Ganó fama y reconocimiento internacional al dirigir más de 400 orquestas sinfónicas en todo el mundo, como la Royal Philharmonic Orchestra de Gran Bretaña (GB) y la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México.
Grabaciones

Primeros ensayos con la OSUAEH en el 2022 y 2023.
Su repertorio abarcó desde Ludwig van Beethoven y Piotr Ilich Tchaikovsky, hasta lo más representativo del sinfonismo mexicano, con una discografía de alrededor de 145 grabaciones publicadas. Entre sus interpretaciones más aclamadas se encuentran la Tercera Sinfonía del francés Camille Saint-Saëns, y el ballet Petrushka de Ígor Stravinski.
También destacan la Obertura 1812, Ernani, Carmen, Rigoletto, El Mesías, Los planetas, Pagliacci, La Traviata, El lago de los cisnes, Madama Butterfly, las nueve sinfonías de Tchaikovsky, y la obra orquestal de Joaquín Rodrigo.
Reconocimientos

Entrega del reconocimiento de Patrimonio Cultural Vivo de la Ciudad de México, tras la ejecución de El Cascanueces
Su contribución a la música clásica fue distinguida con galardones nacionales e internacionales. Entre ellos, la Medalla Mozart, el Premio Internacional José Martí de la UNESCO, el Premio Internacional Mercurio en Roma, la Primera Presea Bienal en el Arte del Estado de México, y el título de “Mexiquense Destacado”.
Además recibió el Premio Bicentenario del Estado de México por su trayectoria y ejemplo musical; así como múltiples reconocimientos por su contribución a la cultura musical por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); la Tercera Edición Internacional de Who’s Who of Contemporary Achievement; así como un homenaje otorgado por los Caballeros de la Viña de Plata, entre otros.
Un nuevo capítulo con la OSUAEH

Anuncio de la nueva época de la OSUAEH bajo su dirección artística en 2022.
Aunque años atrás había anunciado su retiro, en 2022, Enrique Bátiz se convirtió en el director de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Acudir a cada uno de sus conciertos fue una experiencia memorable, ya que acercó al público a obras que, por su dificultad de interpretación, pocas veces se escuchan en vivo dentro de los auditorios sinfónicos.
El último concierto de Enrique Bátiz fue el pasado 21 de marzo, con el programa “Famosas y magistrales”, integrado por composiciones de Franz Schubert, Richard Strauss y Manuel de Falla.
Su recuerdo perdurará en nuestra memoria

El público reconoce a Enrique Bátiz con un minuto de silencio y uno de aplausos tras su fallecimiento.
Tras el fallecimiento del director, la Orquesta Sinfónica de la UAEH rindió un homenaje a su memoria con un emotivo programa que reunió a familiares y amistades para recordarlo. Durante este acto, el rector Octavio Castillo Acosta recibió de parte de sus hijas e hijo, la batuta, con la cual, el emblemático músico mexicano dirigió a su última orquesta.
“Agradecemos al público que lo acompañó viernes a viernes estos años en Pachuca, porque el apoyo que le dieron es invaluable. Estaremos por siempre agradecidos por la oportunidad que le dieron de ejercer aquí su pasión hasta sus últimos momentos”, expresó Martha Beatriz Bátiz Zuk, hija del aclamado director.

Rector Octavio Castillo recibe la batuta con la que el maestro Bátiz dirigió a la OSUAEH.
También se dio a conocer la donación de su biblioteca musical —que incluye partituras y libros de música— como legado para las generaciones venideras del país; además de un retrato al óleo y la entrega de una última carta del prodigioso pianista, en la que compartió sus últimos pensamientos para las y los músicos de la OSUAEH.
Un honor para Hidalgo y para México

Primer concierto de Enrique Bátiz con la OSUAEH, en el cual también participó como solista el destacado violinista austriaco, Gernot Winischhofer.
Tener entre sus filas a un músico de la relevancia de Enrique Bátiz ha sido un privilegio para la UAEH. Su presencia en el escenario —más allá de la técnica impecable o el oído fino— representa décadas de entrega absoluta a la música y al arte.
Bátiz Campbell no solo elevó el nombre de México en el ámbito internacional, compartió su conocimiento y pasión con nuevas generaciones, sembrando inspiración donde antes solo había silencio.
Hoy, su legado no solo se escucha, se siente. En cada ejecución, en cada partitura que cobra vida bajo la batuta de quienes lo acompañaron o aprendieron de él, late la historia de un prodigio que transformó el paisaje musical del país. En paz descanse uno de los más virtuosos de México.
