Gaceta UAEH

Medusa: Lucha y orgullo LGBTIQ+ en el pancracio


Por Alejandra Zamora Canales
Fotografía: Alejandra Zamora Canales y Freepik


Medusa: Lucha y orgullo LGBTIQ+ en el pancracio

Arriba del cuadrilátero, no solo se lleva a cabo la tradicional lucha entre los rudos, una especie de villanos que no siguen las reglas con el objetivo de obtener la victoria, y los técnicos, los héroes de la historia que protegerán a los débiles siguiendo el camino de la rectitud.

También, existe otro tipo de luchador dentro de este deporte-espectáculo, “el exótico”, quien vistiendo plumas, lentejuelas, capas o medias de red; portando sombra, brillo labial, delineador, colorete en el rostro, y haciendo uso de movimientos más “femeninos”, de acuerdo con la heteronorma, fungirán como un personaje disruptivo en la lucha libre mexicana.

En Gaceta UAEH, del mes de septiembre, decidimos abordar el arte del pancracio y en esta ocasión entrevistamos a Medusa, el único luchador abiertamente bisexual del estado de Hidalgo, quien nos comparte su experiencia portando la máscara en un deporte donde el machismo y la violencia están latentes, pero en la búsqueda constante de que todas, todos y todes ganen la lucha contra el odio, de dos a tres caídas y sin límite de tiempo ya in prejuicios.



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El luchador exótico se ha ligado a la comunidad LGBTIQ+, sin embargo, en sus inicios el prejuicio estuvo latente, al ser un personajes interpretados por hombres cisgénero heterosexuales, con el objetivo de burlarse de quienes no entraban en la masculinidad hegemónica. Pero con la llegada al cuadrilátero de gladiadores abiertamente homosexuales como Cassandro, Pimpinela Escarlata o Rudy Reyna se buscó luchar para reivindicar a la diversidad sexogenérica. Si bien, el camino no ha sido fácil, sus historias han inspirado a más personas, como es el caso de Medusa, el único luchador éxotico abiertamente bisexual del estado de Hidalgo.



Los luchadores exóticos llegaron a las arenas de México en agosto de 1941 con el texano Dizzy Davis, mejor conocido como “Gardenia”.



Portando los colores magenta, lavanda, azul y rosa, asociados en parte a la bandera de la comunidad bisexual, pero también a esos emblemáticos organismos invertebrados marinos luminicenses, el orgulloso luchador Medusa, oriundo de Tulancingo de Bravo, nos comparte que este alter ego nació tras una búsqueda por reencontrarse con su sexualidad, su persona y su feminidad, así como generar un espacio a otras disidencias sexogenéricas, más allá de la letra “G”.



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“Creo que hay manera de representar otras disidencias. Soy orgullosamente bisexual y creo que desde la lucha podemos hacer algo para cambiar los discursos”, afirmó.



Para Medusa, el discurso que impera en la lucha libre mexicana, cuando se trata de los luchadores exóticos, es la caricaturización, la burla o ridiculizar a la comunidad LGBTIQ+, sobre todo por quienes se identifican como hombres cisgénero heterosexuales. Debido a que este tipo gladiadores se encargan de aderezar los encuentros, se ganan al público con sus performances y atraen los reflectores, sin embargo, enfatiza que es necesario romper con estos estereotipos que mantienen vivo el machismo y son perpetrados por quienes pertenecen a la heteronorma.

El oriundo de Tulancingo de Bravo aclara que gracias a la lucha de personas como My Flowers, Enigma, Rudy Reyna, Cassandro y Pimpinela Escarlata, se fue transformando la percepción del público sobre el luchador exótico, se les tomó como verdaderos gladiadores que estaban a la par e incluso superan a los rudos o los técnicos.



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Pero no fue hasta que conoció a Estrella Divina, Ariana Mami o Miss Gaviota, todas luchadoras abiertamente Trans, así como a Black Andromeda o Paymon, gladiadores bisexuales, que vislumbró al cuadrilátero como un espacio en donde la diversidad puede levantarse y visibilizarse para ir rompiendo patrones, como los besos forzados, los cuales, son considerado una forma de abuso fuera de la lucha.



“Soy el único luchador abiertemente bisexual, también creo que es una responsabilidad. ¿Por qué este tipo de personajes, (hombres heterosexuales) ocupan lugares de lucha que no les pertenecen? De por sí, ya es complicado ser una minoría en este mundo, ahora imagínate ser una minoría en un deporte donde el machismo está bastante presente”, puntualizó.



Medusa menciona que desde el inicio se sintió atraída por tomar de inspiración a la criatura marina que le da nombre a su alter ego, debido a que estos organismos son seres asexuales, a los cuales, no se les cuestiona si son hembras o machos, algo que no suele pasar con las personas bisexuales, a quienes se les debate constantemente sobre sus preferencias. Puntualiza que en muchos casos ha recibido comentarios como: “Seguramente tú eres gay, pero todavía no sales”. “Solamente sales con puros chicos y hace un montón que no tienes novia”.



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De acuerdo con la cartilla universitaria de buenas prácticas enfocadas a poblaciones LGBTIQ+ de la Oficialía de la Abogacía General de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la bisexualidad es la capacidad de una persona de sentir una atracción erótica-afectiva por personas de un género diferente al suyo y de su mismo género, pero un grueso de la sociedad sigue sin creer en esta orientación sexual.

Medusa menciona que si bien la lucha libre es una deporte donde el machismo y la misoginia siguen teniendo una fuerte presencia, también hay una sector del público y el gremio que se muestra interesado por conocer más a las, los y les luchadores de las disidencias.



“Ya estamos en el siglo XXI y no deberías seguir cuestionando la sexualidad de los demás o preguntar qué tienen justamente entre las piernas. Creo que es una lucha que estoy ganando poco a poco, no tengo reparo en decirlo: ‘Soy abiertamente bisexual arriba y abajo del cuadrilátero’. Eso entre mis compañeros se ha recepcionado bastante bien, lo entienden y lo respetan, insisto que esa lucha se está ganando, creo que sí se puede, si vamos por pequeños sectores”, declaró.


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El gladiador exótico hidalguense, quien lleva tres años preparándose en la Escuela Municipal de Lucha Libre Profesional de Tulancingo para formar parte de este deporte, declara que muchos de sus compañeros lo han aceptado y se acercan a él para disipar algunas dudas o mitos sobre la comunidad LGBTIQ+ , pero es consciente de que no todas las personas pertenecientes a las disidencias y la lucha libre cuentan con la misma aceptación, por ello, busca ocupar ese respaldo para visibilizar, así como desestigmatizar a la diversidad y abonar a la creación de diálogos pacíficos al interior de este deporte.



“De alguna manera, soy un puente a preguntas que quizá en otros espacios no harían y que estoy agradecido de que se acerquen para no estar mal informados o terminen viendo un post de facebook, donde se malinterprete todo”, enfatizó Medusa.



Sobre si le gustaría convertirse en un modelo a seguir o en inspiración para las infancias, Medusa declara que sería un orgullo para él que su trabajo sea fuente de inspiración para niñas, niños y niñes de este país, así como lo fueron los luchadores exóticos de los 80 y 90 para él.

Aclara que estos cambios de discurso no sucederán de la noche a la mañana, ni por de facto harán que toda la comunidad LGBTIQ+ se acerque automáticamente a este deporte que en muchas ocasiones pareciera ser un polo opuesto, pero enfatiza que es necesario luchar por hacer esos cambios, visibilizar a la diversidad y fomentar el respeto, en esta disciplina que está marcada por patrones de violencia.



Hagamos de la lucha libre un espacio realmente para todos, no cuestionemos, no nos burlemos y respetemos.


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