Flor de cempasúchil: símbolo de tradiciones y conocimiento ancestral

Flor de cempasúchil

Por Fannia Cadena
Fotografía: Especial


Los muertos así como las creencias y tradiciones libran una lucha contra el olvido. Las flores de cempasúchil, además de ser parte central de la celebración del Día de Muertos o Xantolo, esconden en su místico aroma y el color encendido diversas historias, tradiciones, conocimiento ancestral y usos, que en conjunto constituyen un patrimonio biocultural de México que debe ser conocido, valorado y compartido, así lo planteó la profesora investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), María del Carmen López Ramírez.



Investigadora llama a conocer y valorar este patrimonio biocultural



Adscrita al Área Académica de Biología del Instituto de Ciencias Básicas e Ingeniería (ICBI), la profesora investigadora María del Carmen López subrayó la importancia de saber más acerca de la flor de cempasúchil pues hay detrás una historia precolombina, poscolonial, diferentes usos y un conocimiento ancestral. “En la medida que conozcamos esta información de primera mano, a través de las comunidades originarias, vamos a aprender del valor de nuestros recursos, más allá de lo económico”, afirmó.

“Lo importante es no olvidar, reconocer su importancia y compartir ese conocimiento, mientras hagamos eso, vamos a darle el valor que posee este recurso”, aseguró la investigadora, quien trabaja las líneas de investigación de Historia Ambiental y Patrimonio Biocultural, que es referente al saber sobre plantas, animales y paisaje.



Símbolo de vida y muerte


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La investigadora María del Carmen explicó que la flor de cempasúchil tiene una gran relevancia cultural al simbolizar la celebración del Día de Muertos en México, especialmente donde se asientan las comunidades originarias, como es el caso de las zonas de la Huasteca, la Sierra Otomí-Tepehua, y el Valle del Mezquital, en el estado de Hidalgo. Antiguamente, la flor era considerada por los mexicas como un símbolo de vida y muerte.

La flor de Cempasúchil es originaria de México y su nombre proviene del náhuatl “Cempohualxochitl” que significa “veinte flores” o “varias flores”. Su característico color naranja encendido y aroma intenso es uno de los elementos más representativos en las ofrendas para los muertos, pues según la creencia, son el punto de conexión entre este y el otro mundo, pues se dice que el color de esta flor ilumina el camino y el aroma guía a las almas de los difuntos hacia el altar que colocaron sus familiares.



La flor de cempasúchil perdura en la historia y la cultura mexicana.



En el Día de Muertos es una tradición crear tupidos senderos con los pétalos de las flores de cempasúchil, desde el camino principal hasta el altar de la casa con la finalidad de guiar a las ánimas hacia los altares. Según el conocimiento popular, el 31 de octubre por la noche llegan las almas de quienes fallecieron siendo niños y se van al medio día del 1 de noviembre, cuando llegan las ánimas de los adultos para visitar a sus familiares y degustar los alimentos que les han preparado y puesto en el altar en una convivencia que se prolonga hasta el 2 de noviembre al medio día.



De conectar a los vivos, a la medicina y la gastronomía


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Además de su uso ceremonial y ornamental para el altar de Día de Muertos, la flor de cempasúchil también se utiliza como repelente de insectos para elaborar insecticidas, como pigmento para darle color a textiles, bactericida, neutralizador de olores, así como medicamento para animales y personas. Nuestros antepasados la usaban para aminorar los malestares del vómito, la indigestión y diarrea mediante infusiones o tés. Incluso también se utiliza esta especie como ingrediente para elaborar alimentos.

Dichos usos se han documentado en los códices Florentino y el Badiano -considerado como el texto más antiguo de medicina escrito en América-, que reúnen el saber de los ancianos nahuas de las comunidades de aquel siglo XVI. En estos documentos también se hace referencia al uso ceremonial en diferentes temporadas del año. “Gracias a la conservación de las lenguas originarias y las tradiciones de muchas culturas originarias de México, conservamos el uso y conocimiento de esta especie del cempasúchil”, comentó la especialista.

En los códices igualmente se documenta que en las ceremonias de los nahuas, un grupo olía la flor como una forma de comunicarse con sus dioses y otros elementos en los que ellos creían. “Nosotros seguimos diciendo que su aroma y color de estas flores es una fuente de comunicación con los muertos”, comentó la doctora perteneciente al ICBI.



Motivo de activación económica, trabajo y comercio


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María del Carmen López Ramírez, profesora investigadora del Instituto de Ciencias Básicas e Ingeniería.



En México, los estados de Hidalgo, Guanajuato, Michoacán y Estado de México son los que cuentan con las mejores condiciones de suelo y clima para la producción de esta flor también conocida como cempaxóchitl, la cual únicamente florece después de la época de lluvias.

En tierra hidalguense esta especie se produce en las zonas agrícolas como Meztitlán, la Sierra Otomí-Tepehua, Valle del Mezquital, la Huasteca, entre otras regiones, donde la producción es en gran medida para el autoconsumo y los excedentes se venden.

El uso de esta flor activa la demanda, especialmente para las celebraciones del Día de Muertos, refirió la doctora del ICBI, por ello se cultivan las flores desde la primera quincena de junio a la primera quincena de julio, para que la cosecha esté lista para finales de octubre en la celebración del Día de Muertos.

Aunque existen varias especies de flor de cempasúchil, las personas muestran preferencia por aquellas con más pétalos, pues resultan más adecuadas para los adornos. “México está tratando de conservar el patrimonio que representan estas flores aunque también hay otros tagetes (flores de cempasúchil) que vienen de otros sitios, por sus características quizá están ganando terreno frente a otras especies mexicanas”, mencionó.

Al recomendar el documento “Guía para conocer el germoplasma mexicano del Cempohualxochitl”, de Miguel Ángel Serrato Cruz y otros colaboradores, refirió que este estudio documenta que la flor de cempasúchil es un recurso natural y elemento cultural de gran relevancia con diferentes especies y sus características. El tagete espátula es el más famoso para el Día de Muertos, de esta existen cerca de 50 especies en México.

La flor de cempasúchil, sostuvo la doctora, puede ser estudiada desde diferentes disciplinas científicas, desde la botánica hasta la economía para analizar planes de desarrollo económico a partir de la producción y comercialización de esta especie; además, desde la sociología y la antropología para conocer el papel de esta flor a través de las tradiciones de las épocas y las sociedades, entre otros enfoques de estudio que se pueden encontrar.



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