La plástica de "Rama" y el canto de "Zenteno" integran una sinfonía que comprende a toda la humanidad, la que en esta tercera década del siglo XXI afronta peligrosos desafíos, incluso con la amenaza de un cataclismo nuclear. Rama y Zenteno asumen su responsabilidad como artistas combatientes y profundizan en la raíces del pueblo mexicano buscando rescatar la voz de los ancestros en particular de aquellos que entregaron su vida en la lucha por la justicia, y que al morir se convirtieron en semillas libertarias que las nuevas generaciones habrán de cosechar. La plástica de Rama y la poética de Zenteno se integran en un libro a manera de puente por donde transitan las voces irredentas. Son las Raíces Iracundas las que suben por el tronco de la humanidad y que estallan en follaje de hojas y de rostros.