Ariosto Otero se sabe continuador de una tradición milenaria que se remonta más allá, incluso, de los murales de Cacaxtla, Bonampak, Tajín y Teotihuacan. Códices, murales de Ariosto Otero es, podemos asegurar, varios libros en uno, y plasma una parte fundamental de su producción artística. Una producción que, para mayor asombro, ha sido desarrollada en los últimos dos años, con más de dos mil metros cuadrados de murales esgrafiados.