Desde la antigüedad, el hombre ha necesitado un espacio físico donde recrearse y poder habitar; los primeros arquitectos detectaron la necesidad de que sus espacios fueran durables, útiles y bellos; así podrían considerarlos perfectos. En la actualidad estos objetivos no han cambiado, sigue siendo necesario que los espacios sean calculados correctamente, que cumplan con la función para la cual fueron hechos, que se integren a su entorno en armonía con la naturaleza y se requiere de la belleza para poder llamar a una construcción, Arquitectura.

 “…en toda construcción deben considerarse tres cosas, como son: La utilidad o conveniencia, la duración y la belleza. Ninguna obra puede considerarse perfecta si siendo útil no fuera durable o siendo durable no fuera útil; o teniendo ambas cualidades, no fuera bella.” 

Vitrubio (siglo I A.C.), citado en el primer libro de la Arquitectura de Andrea Palladio (1570)