Semblanza

Desde 2003, trabaja como fotógrafo para la agencia The Associated Press, y antes lo hizo para los diarios argentinos La Nación y La Razón. Lleva 25 años en este oficio que le ha permitido conectarse con realidades tan diversas, y muchas veces desconocidas, de distintas partes del mundo. Ha cubierto los conflictos bélicos en Afganistán, Libia, Siria y el último, en Ucrania. Pero donde siente que mejor se mueve, donde puede ir más allá de una primera impresión, es en América Latina. Allí ha contado con su cámara historias de violencia, de luchas populares, de la pobreza extrema, el arrasamiento de los suelos y las aguas por causa de la minería ilegal o el derrame de petróleo, la desigualdad, el drama social de la droga, inhumaciones y exhumaciones de personas desaparecidas en indignas guerras internas.

 Y siempre, ya sea en Guatemala, Perú, Venezuela, Chile, Argentina o Colombia, trata de acercarse a las personas de modo de entender primero, sin juicios previos, quedarse mucho tiempo en un lugar con ellas y ver cómo poco a poco van apareciendo las distintas capas de su historia.