El pasado lunes 14 de septiembre, el diario La Jornada publicó una entrevista con Hugo López Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, donde abordó dos temas relevantes relacionados con la pandemia por COVID-19. La primera respecto a la decisión de vacunar a alrededor de un millón de niños, niñas y adolescentes, entre los 12 y 17 años de edad que tienen factores de riesgo y podrían desencadenar cuadros graves de la infección por el virus SARS-CoV2, incluso morir. Es decir, que cruzan por enfermedades que comprometen su sistema inmunológico como cáncer, insuficiencia renal o hepática, VIH, entre otras.
En segundo lugar, su reiteración de que, hasta el momento, no habrá aplicación de un refuerzo o tercera dosis de las vacunas en México porque ninguna agencia sanitaria internacional lo han autorizado.
Al respecto, un día antes, el diario español El país, publicó que personas expertas de la Organización Mundial de la Salud y de la agencia sanitaria de Estados Unidos no encontraron evidencias científicas de que sea necesaria una tercera dosis para reforzar la inmunidad de personas sanas ya vacunadas contra la COVID-19.
En un artículo firmado por Nuño Domínguez, explica que hicieron una revisión exhaustiva de ensayos clínicos sobre la efectividad de las vacunas y análisis observacionales sobre su funcionamiento en diferentes países.
Sus conclusiones fueron publicadas en la revista médica The Lancet y mostraron que la eficacia de los fármacos sigue siendo muy alta contra todas las variantes del coronavirus, incluida la delta. “El conjunto de pruebas acumuladas hasta el momento parecen mostrar que no hay necesidad de una tercera dosis en la población general, pues su protección contra la enfermedad grave es aún alta”, escribieron los autores.
Confirmaron que su efectividad es mayor contra la COVID grave que contra cuadros más leves, que es el objetivo principal. “Los estudios observacionales muestran que las inyecciones tienen de media un 95% de eficacia contra la covid grave y un 80% contra la infección, independientemente de la severidad. Y estos datos, recuerdan los expertos, son válidos para todas las variantes conocidas”.
También reconocieron que es posible que haya grupos que sí necesiten esa tercera dosis, especialmente los inmunodeprimidos. Sin embargo, en su opinión, lo más razonable sería que, de aprobarse una tercera dosis, sea una nueva versión de la vacuna especialmente diseñada contra las versiones dominantes del patógeno, como la delta.
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https://elpais.com/ciencia/2021-09-13/