Libélulas y caballitos del diablo en Hidalgo y Puebla, insectos que se adaptan a la altura




Josué Dolores Silva Hurtado

El estudio de cómo se distribuyen los animales y plantas en gradientes ambientales puede evidenciar factores que promueven la gran diversidad de especies en el mundo y por qué es tan difícil de estudiar.

Los odonatos, también conocidos como cordeleros, son un orden de insectos con 6 mil 403 especies actualmente y en el continente americano se subdividen en dos subórdenes conocidos como Anisoptera (libélulas) y Zygoptera (caballitos del diablo). Estos insectos son conocidos por estar presentes en cuerpos de agua dulce, ya que los huevos los ponen en el agua y las larvas (o también conocidas como náyades) son acuáticas. Además, indican la calidad del ambiente y son depredadores de vectores de enfermedades que afectan al ser humano como mosquitos, chinches, entre otros.

En México existen alrededor de 15 familias, 83 géneros y 371 especies de libélulas y caballitos del diablo; sin embargo, se han realizado pocos estudios de la relación entre la altitud y estos insectos, pero las y los investigadores concluyen que hay un aumento en el número de especies en altitudes bajas y disminuye ese número con el aumento de la altitud.

Mi proyecto de investigación durante la Maestría en Ciencias en Biodiversidad y Conservación que cursé en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, lo desarrollé en un gradiente altitudinal que va de los 100 a los 2 mil 450 metros, en cinco lugares en los cuales cruza el río San Marcos, uno de estos sitios está en el estado de Hidalgo y cuatro en Puebla.



Para el estudio, se capturaron odonatos adultos en distintos tipos de hábitats de tipo lótico (aguas con corriente, caudal del río), léntico (charcas temporales, pozas) y vegetación de las orillas del río. Los ejemplares capturados se sacrificaron en acetona para mantener su coloración, un elemento importante para poder identificar las especies, además que las mantiene en un mejor estado para futuras investigaciones. Todos los ejemplares se depositaron en la Colección de odonatos del Centro de Investigaciones Biológicas de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (COD-UAEH), estando disponibles para los interesados en estos insectos.

Entre otros resultados de esta investigación se encontró la misma tendencia altitudinal que investigaciones realizadas con anterioridad, donde existe un descenso en el número de especies conforme la altitud aumenta. Además, se logró registrar nueve familias, 38 géneros y 87 especies.

De acuerdo con los análisis, se registró cerca del 90% de especies del gradiente, estimando que se podrían llegar a encontrar más de 100 especies en el río. El sitio con mayor altitud (Tenango de Doria, Hidalgo a 2 mil 450 metros de altitud) registró el menor número de especies, solo 13. En Chila de Juárez, Puebla (a mil 600 metros de altitud) se obtuvieron 25 especies. Xilepa, Puebla (mil metros de altitud) contó con 28 especies. En Tlacuilotepec, Puebla (450 metros de altitud) se registraron 37 especies y por último, en el piso altitudinal más bajo ubicado a 100 metros de altitud (Coronel Tito Hernández, Puebla) se encontró el mayor número de especies con 51.


Número de especies por suborden en cada altitud.


Los análisis mostraron que las altitudes de mil y mil 600 metros tienen una diferencia del 61% (más baja); mientras que las demás altitudes presentan más diferencias entre ellas (de 84 a 98%). Algunas de las especies que se encontraron en gran parte del gradiente son tolerantes a cambios de temperatura, contaminación e inclusive escazes de agua (por ejemplo, Libellula croceipennis o Telebasis salva).


Telebasis salva colectado en Coronel Tito Hernández, Puebla


A su vez, existen especies que se encontraron solo en algunas altitudes, por ejemplo, a los 2 mil 450 metros se observaron especies tolerantes a climas fríos (Rhionaeschna jalapensis, Ischnura denticollis), mientras que en la altitud más baja (100 metros) hay especies adaptadas a altas temperaturas como Neoerythromma cultellatum o Cannaphila insularis.


Rhionaeschna jalapensis colectado en Tenango de Doria, Hidalgo.


Las especies encontradas en este estudio presentan distintos tipos de distribuciones: amplias (México y otros países) y más restringidas a pocos estados de la República Mexicana. El río San Marcos se encuentra en la Zona de Transición Mexicana donde se cruzan componentes del norte y sur de América, presentando una mezcla interesante desde especies migratorias como Anax junius o Erythrodiplax umbrata, hasta Hesperagrion heterodoxum que es la única especie existente de este género en el mundo y es endémica de México.


Especie migratoria Anax junius colectada en Xilepa, Puebla.

Especie endémica de México Hesperagrion heterodoxum colectada en Tenango de Doria, Hidalgo.


Este estudio nos ayuda a entender cómo es que la altitud afecta en diferente medida a la diversidad de odonatos a nivel local y regional y cómo los distintos componentes (altitud, cuerpos dulceacuícolas, microhábitats y vegetación) juegan un papel importante que se deben tomar en cuenta en todo tipo de investigaciones científicas, pues la relación de todos los factores constituyen un aspecto relevante que podría decirnos más sobre la biología, ecología o comportamientos de los distintos seres vivos que habitan en este mundo.


¿QUIÉN ES?

Josué Dolores Silva Hurtado, nacido en Pachuca, Hidalgo, tiene 26 años de edad. Es egresado de la Licenciatura en Biología y la Maestría en Ciencias en Biodiversidad y Conservación, ambos grados por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH). Durante sus estudios realizó investigaciones de diversidad y taxonomía del orden Odonata (libélulas y caballitos del diablo) en la Sierra Norte de Puebla.

Actualmente estudia el Doctorado en Ciencias en Biodiversidad y Conservación en la misma institución y su línea de investigación es el estudio de la ecología de los odonatos en el estado de Hidalgo.

Ha publicado algunos artículos científicos; uno de ellos en la revista especializada en libélulas “International Journal of Odonatology”. Participó en la formación de la Colección de Odonata del Centro de Investigaciones Biológicas de la UAEH. De igual manera presentó los resultados de sus investigaciones en el Segundo Congreso de la Asociación Mexicana de Sistemática de Artrópodos (AMXSA) y el III Encuentro de la Sociedad de Odonatología Latinoamericana.