Imágenes e historia en Hidalgo

La primera huelga de América




Manuel Alberto Morales Damián
Doctor en Estudios Mesoamericanos y Licenciado en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México.


La primera huelga de América, una protesta minera organizada en Real del Monte en 1766 por los trabajadores de La Vizcaína, manifiesta que había emergido una conciencia, la de su condición social y de sus derechos. El problema había sido generado por la intención de Don Pedro Romero de Terreros de eliminar el partido. Los mineros, si cumplían su cuota de trabajo podían regresar a la mina y extraer algo más que se partía en dos, una parte para el dueño de la mina y la otra para que el minero pudiera venderla por su cuenta. Con el partido obtenían un ingreso extra al del pago de su jornal. Los cambios que pretendía aplicar Romero de Terreros son una temprana manifestación del proceso de proletarización de los trabajadores en el contexto del siglo XVIII; el partido no era una práctica que pudiera convivir con el naciente capitalismo industrial. Por lo cual, la protesta que desembocó en un arreglo temporal a favor de los mineros nos remite a los antecedentes de la lucha obrera.

La memoria histórica de los hidalguenses no puede, por tanto, dejar de lado esta huelga que es un emblema para referirnos a las demandas sociales propias de los trabajadores. El mural elaborado sobre los 600 m2 de la barda del depósito de agua a la entrada de Real del Monte es justamente un baluarte para conservar esa memoria.

Arturo Moyers Villena fue quien en 1986 realizó esta obra, poco después de haber concluido su magnífico trabajo en el Congreso del Estado de Hidalgo. Moyers, quien nació en Los Mochis en 1938, realizó sus primeros estudios de pintura en la Academia de San Carlos a los 16 años, para luego continuarlos en Sinaloa con Erasto Cortés. Más adelante sustituyó a su maestro en la coordinación del Taller de Artes Plásticas de la Universidad de Sinaloa, pero la abandonó en 1969; la postura política de Moyers era claramente de izquierda y, tras el movimiento estudiantil del año anterior, la actitud oficial era represiva lo cual hizo insostenible su estancia en Sinaloa.



En ciudad de México se integraría al grupo de jóvenes pintores que colaboraban con David Alfaro Siqueiros. Participó en el equipo que trabajó en el Polyforum Cultural Siqueiros, una de las grandes obras del arte contemporáneo mexicano, y acompañaría al maestro a Cuernavaca durante sus últimos años. Es a mediados de los 80 que se trasladó a Hidalgo, estado que se convirtió en su segunda patria chica, avecindándose en Huasca de Ocampo. Se trata de uno de los últimos representantes de la Escuela Mexicana de Pintura, la que cubrió el país de murales llenos de un mensaje social y que pretendía contribuir a la concientización del pueblo mexicano sobre su historia y sus derechos. En la obra de Moyers se muestran no sólo la influencia de Siqueiros, sino también de Orozco.

El mural de Moyers Villena está lleno de esas alusiones: podemos reconocer el símbolo nacional, la madre tierra, el trabajador, minero o campesino y las necesidades del pueblo. El minero rompe cadenas. Definitivamente es parte esencial del monumento que recuerda aquella primera huelga. Independientemente del contenido de la obra, la maestría pictórica de Moyers Villena es evidente en los trazos y en la concepción monumental.



El muralismo mexicano siempre pretendió que los murales fuesen del pueblo y para el pueblo, y eso ocurre con la huelga minera. Según me cuenta el historiador Javier Ortega Moral, oriundo de Real del Monte, la figura central es conocida como el minero enojado; esa misma imagen es actualmente el logo del gobierno municipal. Moyers estaba orgulloso de esta obra, en ella se manifiesta su vocación por la lucha social.

Sufriendo los estragos de la humedad, el mural de la huelga minera se ha ido deteriorando en los últimos años. Sería excelente que se considerara una restauración realizada por personal capacitado que conozca el valor patrimonial de esta obra que pertenece a los habitantes de Real del Monte y a todos los mexicanos, de manera que se le dé su lugar no sólo como uno de los principales lugares de atracción turística en este pueblo mágico hidalguense, sino también como una manifestación cultural de trascendencia social y artística.




¿QUIÉN ES?


Manuel Alberto Morales Damián es doctor en Estudios Mesoamericanos y licenciado en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México.

Es profesor investigador en el área académica de Historia y Antropología de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Es nivel 2 del Sistema Nacional de Investigadores.

Su línea de investigación gira en torno a la religión y la cultura visual maya. Algunas de sus publicaciones sobre tales temas son los artículos: “La agricultura en la sociedad yucateca postclásica. El testimonio del Códice Madrid” y “Dioses sembradores en el Códice Madrid” en Xihmai.

Entre sus libros destacan: La meliponicultura en el códice Madrid editado en 2016 por Plaza y Valdés y la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, y Análisis simbólico del Lenguaje de Suyuá en el Chilam Balam de Chumayel en 2011 también por Plaza y Valdés.

Su interés académico también descansa en el estudio de las imágenes y por ello es editor de los tres volúmenes publicados de Imagen y culturas. Estudios interdisciplinarios en torno a la imagen por la Universidad Autónoma de Hidalgo.

En 2004 recibió el Premio Palenque que otorgan el Instituto Nacional de Antropología e Historia y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Actualmente es miembro del núcleo académico básico de la nueva maestría en Historia.