El término populismo se ha vuelto recurrente en la política y el periodismo, aparece con regularidad en los medios de comunicación masiva entre presentadores, reporteros y articulistas, también es empleado con cierta frecuencia por funcionarias y funcionarios públicos, representantes populares y partidos políticos.
A pesar de su uso cotidiano, parece no haber un acuerdo general sobre el significado concreto del populismo, pues cada vez que se emplea se suele caer en el terreno de la ambigüedad. “Populista” es una etiqueta que suele ponerse muy a la ligera en la discusión pública. Hay una diversidad de valores, formas y objetivos relacionados al concepto, como el asistencialismo, la demagogia o la mentira, entre algunos otros. Con frecuencia, la expresión se usa de forma peyorativa o para la denostación, se proyecta como una especie de fantasma que debe ser temido o rechazado, aunque en los últimos años también han aparecido quienes la reivindican. Dependiendo del contexto y la persona u organización que lo enuncia, significa algo distinto. Entonces, ¿qué es el populismo? Ante estas confusiones y ambigüedades, la teoría social puede aportar claridad a un concepto tan difuso. Autores como Enrique Dussel, Ernesto Laclau, Chantal Mouffe e Íñigo Errejón han trabajado sobre este concepto en diversos textos.
El término populismo surgió en Rusia, entre los años 1860 y 1880, cuando el movimiento campesino Naródnik, que suele traducirse como “populista”, surgió como una oposición al gobierno zarista. A finales del siglo XIX, en Estados Unidos irrumpió un movimiento político también de origen campesino que encaró al bipartidismo y que fue llamado por sus críticos e historiadores como Prairie populism o Populismo de pradera. Con este par de antecedentes, el término populismo comenzó a utilizarse entre los círculos de la política, los medios de comunicación y la academia.
En los últimos 20 años, han aparecido esfuerzos teóricos por darle mayor claridad al concepto. Laclau considera que el populismo aparece fundamentalmente cuando un líder o una organización invocan al «pueblo» para asumir activamente el papel de representante de sus demandas, estableciendo un nexo simbólico y político. Lo inherente al populismo, su núcleo de pensamiento y operación es entonces la construcción constante de un vínculo líder-pueblo.
Aclara Laclau que en la política y el derecho hay dos formas de entender al concepto de «pueblo». Primero, como la totalidad de la comunidad de un Estado; y segundo, como los sectores menos privilegiados de toda la población. En el populismo, el líder suele convocar al sector de la población que se ubica en esta segunda noción de «pueblo». Esta parte de la población, aunque suele ser la más extensa, es también diversa en sus orígenes, preocupaciones y necesidades. Laclau y Mouffe consideran entonces que el concepto de «pueblo» es la articulación discursiva capaz de aglutinar a los diferentes sectores sociales y sus demandas. El «pueblo» es una elocución que construye un “nosotros”, que engancha y consigue la adhesión de las masas a un proyecto político.
Para Laclau, la base del populismo es la “formación” de «El pueblo», esto se articula cuando una serie de demandas o reclamos de esa población diversa logran unificarse en oposición a un elemento conformado en singular, por ejemplo “la oligarquía”. Cuando esa serie de demandas se aglutinan surge lo que llama “equivalencia” o “momento equivalencial”: todos los reclamos populares tienen el mismo peso, la misma validez, son igual de importantes. Cuando esas equivalencias son recogidas y abanderadas por un movimiento o personaje político y los demandantes consideran a ese actor como un abanderado legítimo se forma un vínculo. A esa búsqueda y consolidación del vínculo líder político-pueblo es que se llama populismo, que no es bueno ni malo en sí mismo, es simplemente, diría Laclau, “un modo de construir lo político”.
Gustavo Arnulfo Godínez Pérez es licenciado en Ciencias de la Comunicación y maestro en Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH). Ha sido reportero y articulista en diversos diarios y portales web de noticias locales, nacionales e internacionales. Es catedrático de la Universidad La Salle Pachuca y de la Universidad del Fútbol y Ciencias del Deporte (UFD). Actualmente cursa el Doctorado en Ciencias Sociales, enfocado en comunicación política y discurso.