Pachuca (Speaker Icon.svg escuchar) (en náhuatl: Pachyohcan, ‘Lugar de heno, Lugar de estrecho’)?, oficialmente Pachuca de Soto es una ciudad mexicana, cabecera del municipio homónimo y capital del estado de Hidalgo.
Además de los sitios icónicos y la belleza arquitectónica de las construcciones coloniales, Pachuca está rodeada por diferentes y atractivos sitios, como haciendas que se dedicaban a la extracción y purificación de plata o a la producción de pulque, balnearios de aguas termales, hermosos y tradicionales poblados denominados "Pueblos Mágicos" por su belleza conservada a través de los años, e importantes sitios arqueológicos.
A sólo unos minutos de la ciudad se encuentran también amplias zonas boscosas, ideales para practicar espeleología y alpinismo o simplemente gozar un divertido día de campo.
Pueblo mágico, recibió esta categoría el 28 de agosto del 2004, de origen minero y herencia inglesa, tiene sus calles empedradas y hermosas casonas que por la tarde se cubren de frio y neblina. Ubicado a quince minutos de la capital de Hidalgo es el lugar habitado más alto del país.
En este lugar se realizó la primera huelga de América y el nacimiento de la pasión por el futbol soccer en México, cuando los mineros ingleses lo introdujeron al país. Aquí se disputó el primer partido de futbol del país, deporte que llegó para quedarse.
Actualmente Real del Monte es uno de los emblemas turísticos de Hidalgo y forma parte de la ruta Corredor de la Montaña que agrupa a poblaciones como Huasca de Ocampo, Mineral del Chico, Omitlán o Atotonilco.
Antes de la conquista, Real del Monte era conocido con el nombre de “MAGOTSI” del Otomí “Ma”, que significa altura y “Gohtsi”: paso, portillo, portezuelo; ya que era el paso de los que venían a la Huasteca o del señorío de Metztitlan para dirigirse a la gran Tenochtitlán
Se asegura que el nombre de Mineral del Monte se adoptó a la fundación del pueblo, pero durante la dominación española cambió por el de Real del Monte por la costumbre durante la época colonial de llamar así a todo lugar bajo dominio de la corona española, especialmente los centros mineros. Las minas se trabajaron desde el siglo XVI hasta el principio del XVIII; sin embargo, la explotación principal se limitó de preferencia a la veta Vizcaína en los años 1726 y 1727.
En 1824 llegaron los ingleses a este lugar, con la tecnología minera más avanzada que existía en el mundo en aquel momento, lo que marcó decisivamente la fisonomía y la cultura de este pueblo: casas de máquinas, iglesia metodista, cementerio estilo inglés, casas habitación y los ya tradicionales y famosos pastes, que se convirtieron en la comida típica del lugar.
El cementerio inglés en Real del Monte, testigo perenne de su paso por la región, con sus lápidas verticales y aire nostálgico nos transportan a otra dimensión del tiempo y el espacio. Está ubicado en la cima de uno de los montes del pueblo y fue construido en 1851, donado por el inglés Thomas Straffon, quien durante aquella época era funcionario de las compañías mineras.
Huasca de Ocampo, Hgo. es el primer pueblo mágico de la República Mexicana, obtuvo ese reconocimiento en el año 2001 (Turismo, 2019). Su nombre proviene del náhuatl Huascazaloyam, que significa “lugar de pájaros, agua, vegetación y alegría”. En honor a Melchor Ocampo, quien vivió por poco tiempo en el lugar, se adoptó “de Ocampo” (Bonilla, 2015).
Fue fundado por Don Pedro Romero de Terreros “Conde de Regla”, entre 1760 y 1780, quien se encargó de mandar a construir Haciendas de beneficio de oro y plata en la región.
Huasca tiene un paisaje de cañones y bosques de oyamel de la Sierra Madre Oriental; su arquitectura remonta a la época minera, con calles empedradas, casas de cantera blanca y techados rojos a dos aguas (Montero, 2015).
Mineral del Chico es uno de los 5 pueblos mágicos con que cuenta el estado de Hidalgo, de origen minero rodeado de bosques de pino, encino y oyamel, con asombrosas formaciones rocosas, hermosos ríos, presas y antiguas minas.
Es un pequeño pueblo fundado hace más de 440 años como fruto de la explotación minera en la región, con casonas de techados rojos y fachadas multicolores, a veces escondidas tras la densa niebla. Además de la riqueza de su historia minera, está también su riqueza ecológica, protegida bajo el decreto de Parque Nacional; con sabrosa gastronomía y bellos paisajes; volviéndolo único como destino turístico.
Originalmente, la población era conocida como Atotonilco o Real de Atotonilco, que significa «Lugar de aguas termales». Al ser fundado debido al descubrimiento de ricas vetas de oro y plata y su proximidad con la población de Atotonilco El Grande, es que se le cambia el nombre a Atotonilco El Chico, con la finalidad de diferenciarlo. Posteriormente, ya con la explotación minera, se le cambia la nomenclatura a Mineral del Chico. Tanta era la riqueza mineral, que se dice que durante su mayor esplendor existieron 300 minas de plata (Chico, s.f.).
Toponímicamente, Tula tiene dos significados provenientes del náhuatl, en el primero equivaldría a “lugar de tules o juncos”, y en el segundo sería “ciudad o metrópoli”. La zona arqueológica de Tula, sede de la cultura Tolteca, localizada al norte de la Cuenca de México, es el asentamiento que posterior al periodo Epiclásico o Clásico Tardío, unificó, a través del comercio y la conquista un vasto territorio en Mesoamérica, notándose sus influencias desde la zona del bajío hasta la Península de Yucatán, y aún hasta El Salvador y Nicaragua. Su posición estratégica le permitió controlar productos como la turquesa, proveniente del norte de Mesoamérica. Las primeras evidencias de ocupación en esta zona corresponden al momento en que Teotihuacán iniciaba su declive como centro rector de Mesoamérica. A esta época corresponden asentamientos como Chingú, Magoni y Atitalaquia. A mediados del S. VII se inicia la construcción del primer núcleo urbano de la ciudad de Tollan Xicocotitlan, llamado Tula Chico y las primeras representaciones de Quetzalcóatl en relación con el planeta Venus; pero es hacia el Posclásico Temprano que Tula llega a su época de mayor apogeo, se construye Tula Grande y las redes comerciales de la ciudad se expanden hasta Centroamérica (INAH, 2019).
La ciudad de Tollan-Xicocotitlan llega al final de su hegemonía hacia la mitad del siglo XII debido a la incursión de grupos de filiación mexica y a disputas internas. Una de las polémicas más interesantes en torno a la ciudad de Tula es la referente al mito de Quetzalcóatl, quien habría sido desterrado de esta ciudad; sin embargo de acuerdo con los especialistas no hay bases para afirmar que este evento haya tenido como escenario a la ciudad de Tula y que el mito sirvió como un elemento de legitimación del poder político par a las etnias del Posclásico Tardío. Cronología: 800 a 1200 d. C. Ubicación cronológica principal: Posclásico Temprano: 900 a 1100 d. C (INAH, 2019).
Entre sus múltiples estructuras destacan la Pirámide B, el Palacio Quemado, el Gran Vestíbulo, la Pirámide C, el Juego de Pelota y el Coatepantli. Lo más sobresaliente de esta bella y enigmática zona son los guerreros conocidos como Atlantes de Tula. Enormes esculturas de 4.60 metros de altura que asemejan a los soldados míticos de aquel entonces (Escudero, s.f.).
La Ciudad Prehispánica de Teotihuacan fue uno de los centros urbanos más grandes del mundo antiguo, que llegó a concentrar una población mayor a los 100,000 habitantes en su momento de máximo esplendor. Situada en un valle rico en recursos naturales, Teotihuacan fue la sede del poder de una de las sociedades mesoamericanas más influyentes en los ámbitos político, económico, comercial, religioso y cultural, cuyos rasgos marcaron permanentemente a los pueblos del altiplano mexicano, traspasando el tiempo y llegando hasta nosotros con la misma fuerza y grandeza con que sus constructores la planearon.
La evidencia arqueológica descubierta en el Valle de Teotihuacan revela que durante el período Clásico se desarrolló una de las sociedades urbanas más complejas de toda Mesoamérica, así como que dicha sociedad estuvo altamente estratificada, ampliamente especializada y conformada por diversos grupos étnicos. Elementos distintivos del desarrollo cultural de la sociedad teotihuacana durante el Clásico, han sido identificados en lugares diversos del resto de Mesoamérica, incluyendo otros importantes sitios urbanos como Monte Albán, Cerro de las Mesas, Matacapan, Tikal y Kaminaljuyú.
Para los pueblos que precedieron a Teotihuacan, este sitio tuvo un significado preponderantemente sagrado. Varias fuentes históricas señalan que los aztecas y sus gobernantes llegaron a estas ruinas para orar y celebrar ritos. Posteriormente Teotihuacan fue punto de referencia desde el comienzo de la ocupación española; y en la actualidad es reconocida como uno de los testimonios más sobresalientes del urbanismo antiguo y el desarrollo estatal, por lo que es objeto de interés para investigadores de México y el mundo, que a través de distintas disciplinas científicas continúan explorando su complejidad.
Los vestigios arqueológicos de la antigua ciudad son visitados cada año por miles de personas, haciendo del sitio uno de los mayores polos de atracción turística del país.
El reconocimiento del sitio como patrimonio cultural es universal, pues desde 1987 forma parte de la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.