Saúl Uribe Ahuja

(Orizaba, Veracruz, 1928-2020)

Saúl Uribe Ahuja, abogado-humanista, historiador y gran filántropo, nació en Orizaba, Veracruz en 1928. Comenzó sus estudios en el Colegio Simón Bolívar, en tiempos de la presidencia de Lázaro Cárdenas, durante la política educativa de la escuela socialista. Su formación se vio marcada por el carácter confesional de los hermanos lasallistas, bajo cuyo sello pedagógico concluye sus estudios de secundaria y preparatoria.

En 1946 se incorpora a la Escuela de Jurisprudencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el antiguo edificio de San Ildefonso. Su capacidad y entrega fue recompensada con el “Premio Miguel Lanz Duret”, por haber obtenido promedio sobresaliente en sus estudios universitarios. De ese modo, y de la mano de destacados juristas y maestros como Preciado Hernández y Héctor González Uribe, así como Carlos Franco Sodi y Francisco González de la Vega en Derecho Penal, se hizo de los conocimientos que forjarían el distinguible carácter de su trayectoria profesional.

Su trabajo como abogado destaca de manera notable desde la fundación de su despacho. A partir de él llevó a cabo el litigio de casos emblemáticos, como la defensa a las personas que rompían la roca destinada a cimientos, en el Pedregal de San Ángel, llamados los “Picapiedra”; luchó también el Patrimonio de la Fundación “Gonzalo Río Arronte”, entre otros casos que le dieron prestigio como litigante.

En 1950 heredó de su padre la Hacienda de San Francisco Ocotepec, en los Llanos de Apan. El lugar habría sido propiedad de la heroína “Benemérita Madre de la Patria”, Leona Vicario, primera periodista y Mujer Prócer, corresponsal de nuestra guerra de independencia. Años después, en 2020, Don Saúl lograría que el Congreso de la Unión declarara el año 2020 como “Año de Leona Vicario”, con el respaldo de la Diputada Marivel Solís Barrera. También consiguió mover el ánimo de un grupo de distinguidos mexicanos en ciencia provenientes del ámbito científico, cultural, artístico, político y, por supuesto, periodístico, para crear la “Fundación Leona Vicario”.

Por su cariño a la historia, Saúl reconstruyó el casco de la Hacienda de Ocotepec, lo enriqueció y cuidó para enaltecer la finca y preservar los objetos pertenecientes a la histórica dueña, hasta conseguir que el lugar fuera declarado “Monumento Histórico”, por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Del mismo modo, a través de una importante investigación y organización jurídica, contribuyó directamente a que la UNESCO declarara el Acueducto Tembleque como “Patrimonio de la Humanidad”, en julio de 2015. Obra única, patrimonio cultural del estado de Hidalgo, con 43 km de desarrollo perfectamente preservado, sin duda el acueducto más largo y alto en el mundo.

A lo largo de su vida, reunió un conjunto de más de 45,000 volúmenes en su biblioteca personal, curada por una gran sed intelectual y la pasión característica de Don Saúl por el trabajo histórico. Los libros permanecieron bajo el celoso cuidado de Don Saúl en la Hacienda de San Francisco Ocotepec, hasta el año 2017 en que tomó la decisión de donarlos a la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, institución a la que mostró su cariño incondicional todas las veces que vio oportunidad de hacerlo. Los ejemplares permanecen a resguardo de la Biblioteca Central de la Máxima Casa de Estudios en Hidalgo, para su conservación y provecho de todos los hidalguenses y visitantes.

En los últimos años de su ilustre vida, Don Saúl ingresó como miembro distinguido de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos (FAPERMEX), y del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo (CONALIPE), en Mexicali, Baja California. También fue reconocido como académico en la comunidad de la Academia Nacional de Historia y Geografía (ANHG) bajo el auspicio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Estos logros confirmaron la grandeza innegable del trabajo intelectual del señor Uribe.

Como muestra del mutuo cariño y el amplio reconocimiento a su trayectoria, el Mtro. Adolfo Pontigo Loyola, rector de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, le entregó en 2018, durante el Primer Informe de la Administración Universitaria 2017-2023, la estatuilla “Spiritus Universitas” como benefactor de nuestra casa de estudios, la cual representa el afán universitario característico en las personas de genuina voluntad por el saber y el conocimiento, gente de alto compromiso tanto académico como social y, por supuesto, de firme y notable convicción moral.


 

Benefactor de la UAEH

 




Compartir en: